¿Qué quieres ser de mayor?
Los datos de la encuesta “¿Qué quieres ser de mayor?”, realizada a 2000 niños y adolescentes con edades comprendidas entre los 4 y los 17 años por la empresa de Recursos Humanos Adecco y su Fundación en Valencia, muestran que:
a) 74,4% del alumnado creía tener
vocación para desempeñar distintos trabajos profesionales,
b) un 23% consideraba más importante
el sueldo que el tipo de tareas y actividades a desarrollar en el puesto de
trabajo y,
c) un 2% consideraba que ambos
aspectos son igualmente valiosos.
Asimismo,
se constató que la variable sexo tiene una clara incidencia en los resultados:
las niñas son más vocacionales que los niños, hasta un 83,6% de las niñas
encuestadas valoraban más el trabajo de sus sueños que los niños (66,1%). El
aspecto económico tiene mayor peso a medida que se adquiere conciencia de su
valor; pero habría que introducir la reflexión de que el dinero no compensa si
no te sientes realizado en el trabajo. La encuesta no aporta datos segregados
por edades, de ahí que no se pueda conocer de qué manera la edad incide en la
importancia concedida al factor económico.
Las profesiones más solicitadas por los niños valencianos son: un 28,9%
desea una profesión vinculada al deporte, un 18,6% prefiere trabajos relacionados
con el mundo científico y un 8,2% trabajos relacionados con la seguridad. Las
niñas se agrupan en profesiones como la enseñanza (27,8%), la sanidad (12,4%) y
el cuidado de los animales (11,3%). La
mayoría de los niños y niñas eligen la profesión que les apasiona y pocos
siguen los pasos de sus padres; sólo un 3% aspira a tener la profesión de sus
padres, porcentaje que se da prácticamente igual en niños que en niñas.
En
el decurso de la trayectoria escolar, los condicionantes educativos, económicos
y socioculturales pueden modificar los pensamientos y propósitos vocacionales.
Si la vocación está arraigada en el núcleo de intereses y motivaciones del
sujeto, habría que afianzarla y tratar de crear las condiciones para que las
aspiraciones profesionales no se vean truncadas desde pequeños. Entonces es
probable que en la etapa preuniversitaria se tenga criterio para saber qué
profesión elegir. Desde edades tempranas niños y niñas han de ser concientes de
que en el proceso de toma de decisiones no solo cuenta el aspecto económico, sino
también el profesional; realizar un trabajo gratificante, y en
el que una persona se sienta realizada, no tiene precio. Desafortunadamente
muchas personas realizan una función profesional que no está acorde con sus
inquietudes, y esto les resta grados de bienestar y felicidad. Al alumnado hay
que concienciarlo sobre la importancia de desarrollar el ámbito profesional
acorde con sus inquietudes para alcanzar la ansiada autorrealización.
La familia y la escuela han de trabajar
con la convicción de que valores como el esfuerzo, el pundonor, el trabajo en
equipo o el afán de superación son fundamentales no sólo en el mundo del
deporte, sino también en el trabajo y en la vida.
Es de vital importancia hacer llegar al alumnado que la verdadera felicidad no se logra sólo con un futuro profesional que asegure un buen sueldo para tener un sustento. Sino que se halla en encontrar un trabajo a través del cuál uno mismo se sienta autorrealizado, un trabajo pasional y que realmente llene el día a día de cada uno de ellos.
ResponderEliminarCabe destacar que enseñar esto no es tarea fácil, ni para los docentes, ni para las familias, pues ambos somos sujetos ajenos al pensamiento y verdadero sentir de cada uno de los niños, pues todos ellos son mundos individuales y totalmente diferentes. A pesar de ello, si se puede tratar de orientar y enseñar que una cosa prevalece sobre la otra, ya que en esta vida, claro queda que el dinero es de vital importancia, pero este no abre todas las puertas o te lo da todo, pues hay cosas que el dinero no puede comprar. Como ya mencioné anteriormente, la sensación de sentirse autorrealizado con uno mismo, la verdadera felicidad de ganarse la vida trabajando en aquello que uno realmente desea de corazón, todo eso el dinero no lo puede ni comprar ni asemejar.
A través de una buena educación emocional, se puede hacer ver a los alumnos la importancia de estas emociones inalcanzables con el dinero, haciendo así, tal vez, que reconfiguren su manera de pensar y ver las cosas. Dando la debida importancia al dinero, pero no poniéndolo como una prioridad absoluta sobre todo lo demás.
No obstante, también cabe mencionar que para esto, tanto el docente como la familia ha de operar de manera conjunta y cooperativa, pues es un trabajo que si se lleva de manera unilateral, no se logrará eficazmente, ya que es la propia familia, el entorno más cercano al alumno, quien puede continuar incidiendo sobre esta cuestión.
Está más que visto que la situación económica, familiar y social en la que se encuentran los niños puede llegar a intervenir en esta cuestión. Pongamos un supuesto en el que dos niños poseen una misma vocación por la profesión de camarero. El niño 1, proviene de una familia adinerada, y se encuentra en un entorno social muy desarrollado y rico. El niño 2, proviene de una familia media o pobre, en un entorno social más bien del tipo popular o medio. El niño dos pese a tener esta vocación puede ver afectada esta elección por el simple motivo de la falta de recursos económicos, viendo como una mejor opción el optar por profesiones mejor remuneradas. En cambio, el niño uno, al no poseer ningún tipo de impedimento social o económico, no tiene porque cambiar de parecer.
Con todo este supuesto, lo que quiero decir, es que pese a esta importancia que posee el contexto en el que se encuentre el alumnado, es el docente y la familia quienes han de incidir y hacerles ver que es lo realmente importante.
Fabio Kloet León.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEse 74,4% de alumnos/as que se ven capacitados para tener vocación para desempeñar distintos trabajos profesionales, a simple vista, podemos intuir que se trata de un alumnado bastante comprometido y ambicioso. Es entendible esta idea, durante la etapa estudiantil los/las docentes imparten varias asignaturas para que el alumnado tenga conocimientos sobre varios ámbitos y aspectos. Si sacas buena nota o se te da bien, sería normal pensar que puedes tener vocación para ello, por ejemplo, alguien que se le dé bien una asignatura, en este caso vamos a plantear las matemáticas, esta persona ¿no habrá pensado alguna vez que se le daría bien dar clase de esta asignatura o participar en estudios, etc.?, a la vez podría ser bueno o gustarle conocer e investigar sobre el funcionamiento del cuerpo, enfermedades, etc. y también verse capacitado para ser doctor/a o incluso, se le podría dar bien enseñar y piensa en que sería un buen profesor/a. Cabría decir que pueden estar confundiendo vocación con que se le dé bien, estos no significan lo mismo, alguien se le puede dar enseñar, pero no estar capacitado para hacerlo frente a multitud de alumnos/as y sin mencionar que ser maestro/a o profesor/a no se basa solo en eso.
ResponderEliminarAdemás, esos alumnos/as que se centran en el sueldo, no prestan ilusión ni pasión con respecto al posible oficio, no presentan vocación. Podría comprender este hecho ya que sobre todo en bachillerato, se centran en conseguir una buena media para poder entrar en algún grado y actualmente, aunque de manera injusta, ven superior el hecho de hacer una carrera que otra salida. Debido a esto, sin vocación prestan atención a la salida profesional y al sueldo olvidando que la vida se vuelve muy dura si gastas horas en algo que no te hará feliz. Incluso cabría mencionar que si el sueldo es alto, solo así, se sienten satisfechos.
Es verdad que el alumnado se suele centrar más en unos oficios que en otros, principalmente por ser los más nombrados y por la finalidad que le inculcan, por ejemplo, a los/las niños/as más pequeños/as ser policía, se lo presentan como un superhéroe en la realidad, este/a lucha contra el mal. Otro ejemplo, la sanidad, los encargados de salvar vidas y curar. Además, la distinción entre trabajos para niños o para niñas se debe a un pensamiento antiguo que sigue persistiendo en la sociedad, por ejemplo, la idea de que el bombero debe ser hombre porque tiene más fuerza o valentía y las niñas aquellos oficios relacionados con cuidar y enseñar.
Estas ideas dependen también de su entorno social y económico, no es lo mismo una familia de clase baja en la que sus familiares trabajen en lo que puedan o lo que consigan siendo lo más probable una educación para sus hijos basada en “estudia para que puedas trabajar en algo que te guste” a una familia de clase alta en la que su principal atención esté centrada en la economía. Siendo esto una fuente de influencia para sus hijos/as.
Lo relativamente normal y común es que en primaria se le inculque al alumnado que debe elegir la profesión de sus sueños y aunque no esté demostrado por edades este estudio, es entendible que cuanto más crezcan y estudien, esta idea se quede entre nieblas y se centren en otros aspectos como es la economía.
El alumnado debería a lo largo de su trayectoria estudiantil, mantener esa idea de que uno debe elegir la profesión deseada y en esta tarea, nosotros/as como futuros maestros/as tenemos una tarea fundamental. Deberían pensar en qué oficio disfrutarían más, cuál les haría sentir convicción y satisfacción con su labor, en cual se sentirían más cómodos, cual les ayudaría a aprender y a mejorar cada día... El alumnado debe plantearse una meta que posiblemente se verá modificada a lo largo de los años, un ocio que de verdad les haría feliz para que se superen a sí mismos hasta lograr conseguirla. No se puede educar ni aprender sin ningún tipo de proyecto futuro o idea. Ya de por sí el propio proceso es duro y trabajar en algo en lo cual no tengan vocación se podría volver un sufrimiento.
Érika Thalía Socas González
Tiene gracia que esta cuestión tenga lugar en la infancia, cuando somos “pequeños”... ¿Qué quieres ser de mayor? Sin duda, al recibir una respuesta podemos esperar una amplia variedad de razonamientos y una alta creatividad a la hora de justificar sus elecciones, y es que parece que, a menor edad, mayor capacidad para centrarnos en lo esencialmente importante, llegando a defender nuestra decisión con razones del estilo: “Es lo que me hace feliz”, “De esa manera ayudaría a personas, animales…”
ResponderEliminarMientras que, conforme maduramos y comenzamos a percibir la inexorable presión de la economía, re-estrategizamos nuestro futuro próximo, decantándonos por puestos de trabajo mejor pagados, más seguros y más “útiles”, no para nosotros y nuestro deseo de ayudar a la sociedad, sino útiles para las necesidades de la sociedad en materia económica.
No quiere esto decir que no puedan existir individuos que se aferren a sus decisiones, que sean fieles a su corazón y que consigan su trabajo soñado. Desde luego, más allá de las barreras que nos imponga el mercado de trabajo, todas las personas tienen en su interior el potencial para alcanzar el empleo que ansían desde bien pequeños, pero es labor de la escuela y las familias el arropar a estos individuos, ofreciendo la educación necesaria y alentándolos a que luchen por lo que quieren. Por mi parte no puedo estar más preparado.
José Gabriel del Pino Borges
Tal y como se puede apreciar en la encuesta realizada, el tipo de profesión que prefieren los niños y niñas, dependen mucho de su género, mientras los niños eligen profesiones relacionadas con el deporte, la seguridad y las ciencias, las niñas tienden más a profesiones relacionadas con el cuidado de otros. Deja muy claro cómo la cultura y las expectativas de género afectan, directamente, en el futuro de los/as pequeños/as.
ResponderEliminarEs muy necesario ir eliminando estas expectativas, motivar a los niños y niñas a luchar por lo que realmente les gusta y no por lo que la sociedad espera de ellos.
Ocurre exactamente lo mismo según el nivel socioeconómico. Por ejemplo, un niño o niña que cuenta con un nivel socioeconómico “bajo”, apenas tiene expectativas por llegar a la universidad, parece que la sociedad, en mayor medida el colegio y la familia, se empeña en hacerle creer que eso no es para él/ella y, me atrevo a ponerme como ejemplo.
Nunca fui una buena estudiante, además venía de una familia que apenas contaban con estudios primarios y con un nivel económico bastante bajo. Por lo que, tanto en el colegio como en mi familia, se empeñaron en hacerme creer que no podría llegar a la universidad, que empezara a buscar trabajo a partir de los 16 y así poder ir contando con mi propio dinero “Estudia peluquería, se te da muy bien peinar a tus amigas” “La universidad no es para ti, no sacas buenas notas”. Hasta que conocí a alguien que creyó en mi y me animé a luchar por lo que quería, por lo que hoy en día puedo decir que estoy estudiando mi segunda carrera, para seguir formándome en lo que me apasiona, la Educación.
Sin embargo, una amplia mayoría de personas estudian y dedican su tiempo a trabajos que no les gusta, se dejan llevar por esas expectativas desde muy pequeños/as e, incluso, pasan toda su vida creyendo que no pueden esperar otra cosa, que no pueden cumplir sus sueños, porque son solo eso, sueños.
Tenemos que permitirles a los niños y niñas ser creativos, expresar lo que sienten y apoyarles en lo que les gusta y apasiona, sin importar su género, sus condiciones educativas, económicas o socioeconómicas, para que de mayor puedan decir “Soy todo lo que quiero ser”.
Wendy Expósito Martín
Si a mí me hubiese preguntando que qué quería ser de mayor, mi respuesta hubiese variado en función del momento en el que me la hiciesen. Tuve épocas en las que quería ser entrenadora en algún deporte, maestra, veterinaria, arquitecta, policía, y un sinfín de profesiones más. Pero esto tiene una explicación, siempre dependía de lo que me interesase en ese momento, a quién idolatraba y de muchas más circunstancia.
ResponderEliminarEn cierto momento me siento afortunada por haber tenido esas aspiraciones desde pequeña, siempre me he sentido apoyada y nunca nadie me ha dicho que no podía con ello, al revés. Me crie en un ambiente en el que no importaba lo que querías ser porque si era así lo ibas a conseguir, lo importante era que con lo que decidiese fueses feliz.
Todo esto hizo que cuando llegó el momento de decidir a lo que me quería dedicar no tuviese problemas y estuviera hecha un lio, sino todo lo contrario, lo tenía claro y decido.
Desde siempre he tenido claro que el dinero es importante, pero para mí es mucho más importante ser feliz con lo que haces, que te llene y te sientas realizada. Pues sería muy triste pasar toda la vida dedicándote a algo que no te gusta simplemente por la cantidad tan alta de dinero que ganas.
Según el artículo, en la encuesta realizada a los niños/as, las niñas optaban mucho más por dedicarse a algo más vocaciones mientras que a los chicos les importaba más el salario que el trabajo. Bajo mi punto de vista, creo que puede ser debido a la edad que tienen, pues con cierta edad creo que las niñas piensan más en sus sensaciones y sentimientos, mientras que los niños cuando se encuentran en la adolescencia no le dan tanta importancia al futuro.
Como futura maestra creo que es muy importante trabajar codo con codo con la familia, y formar un alumnado crítico, reflexivo y activo para prepararles para la vida y el día de mañana. Si desde que son pequeños/as hacemos que vayan tomando sus propias decisiones en función de su edad, cuando crezca todo les será más fácil. No podemos cortarle las alas y mucho menos decirle a nadie que nunca va a ser capaz de conseguir y convertirse en la persona que él/ella quiera ser y tener el trabajo que desea.
Finalmente, me gustaría comentar que aunque en muchos aspectos hemos evolucionado y que cada día hay más chicos maestros o enfermeros y más chicas policías o bomberas. Creo que aún queda mucho por trabajar sobre este tema y hacer que por fin llegue el día que se elimine ciertos estereotipos. Por ejemplo: las “profesiones femeninas” y las “profesiones masculinas”. Cada persona tiene derecho a dedicarse a lo que realmente quiera ser.
Lidia Milán Rodríguez
Lo que me ha parecido más interesante de este artículo es la parte final, puesto que estoy de acuerdo en que en las ninguna de las etapas escolares no se tienen en cuenta los diferentes ámbitos profesionales ni las inquietudes laborales del alumnado, es cierto que no podemos modificar el currículo para tener en cuenta el amplio abanico de inquietudes que puede tener todo el alumnado, pero sí podemos enfocar partes de este a diferentes ramas profesionales, para orientar a los que no tengan una vocación específica y a la vez afianzar la vocación de los que sí la tienen.
ResponderEliminarEn mi caso ahora mismo estoy dando las prácticas y justo el otro día surgió este tema, donde de 13 alumnos, solo 3 tenían claro a lo que se querían dedicar y coincide con las estadísticas aquí vistas, un niño quería ser paleontólogo, y una niña quería ser veterinaria, mientras que la otra niña se quería dedicar a las finanzas, pero como se puede apreciar el resto no es solo que no tengan vocación sino que no tienen ni idea de en que pueden enfocar su futuro y son niños con 10 y 11 años los cuales ya deberían tener cierta idea.
Y en mi experiencia propia puedo decir que siempre quise ser maestra (como coincide con las estadísticas), pero que durante la etapa de secundaria siempre te enfocan en otras ramas, a mi parecer más dirigidas a la ciencia y la economía, con trabajos de oficina, en ningún momento se hacía referencia a la vocación y es más, cuando llegaba el momento de bachillerato siempre te empujaban a hacer ciencias de la salud porque tenía más salidas laborales y creo que es un error tratar tan frívolamente el futuro de los alumnos, sin casi apenas preocuparnos de la vocación y lo que de verdad nos gusta, siempre se opina que si no es un trabajo que requiera muchos estudios ya no es tan válido, por eso las artes están tan infravaloradas, por ejemplo.
Por esto mismo muchos de los alumnos se conformarán con trabajos que no les apasionan porque no han sido capaces de encontrar lo que realmente les llena, o que si lo han encontrado no han recibido el apoyo y la orientación suficiente, por lo que al final lo que sucede es que la sociedad los incita a buscar lo más apropiado para su economía, convirtiéndolos en esclavos infelices de esta. Por eso creo que como maestros no solo debemos enfocarnos en enseñar materias sino en guiarlos en su futuro laboral, es decir, dar estas materias pero vincularlas con ciertos ámbitos y si en el aula no podemos incentivar esto si podemos darles herramientas para que lo hagan desde casa.
Tania Simón García
Es curioso el estudio, pues enseña lo que se ha seguido cultivando en la sociedad e inculcando en los niños y niñas. La formación y vocación del docente debe ser tan amplia que pueda ser capaz de romper con esos estereotipos y, a su vez, hacer que el alumnado también los rompa.
ResponderEliminarLa escuela debe proporcionar una variedad de asignaturas y ramas como optativas a partir de cierta edad que enseñen y sean suficientes para que los niños y niñas encuentren una profesión que realmente les apasione, siempre y cuando teniendo en cuenta el valor económico, pues desgraciadamente es un aspecto muy arraigado en la sociedad, siendo necesario hoy en día.
No solo la propuesta educativa debe ser amplia, sino enseñarles a tomar decisiones siendo conscientes de lo que eligen y por qué lo eligen. Ayudarles y enseñarles a buscar la felicidad en su futuro laboral. Esto cabe destacar que no siempre está en la universidad. En mi caso nunca se me informó como tal sobre los ciclos superiores o la formación profesional, se nos educó desde la perspectiva de que la única salida era la universidad, cuando tampoco es así.
Creo que es necesario analizar estos puntos y dedicarles un poco más de atención por parte de los y las docentes.
Es necesario hacer ver al alumnado que la profesión que van a realizar en un futuro proporcionará un servicio hacia los demás y hacia ellos mismos, ya que a través de la realización del trabajo te realizas como profesional, es decir cada día harás un poco mejor esa labor, pero también como persona pues las vivencias que vivimos a lo largo de la jornada laboral van transformándonos.
ResponderEliminarEs por ello que se ha de ver el trabajo desde una perspectiva que va mucho más allá de conseguir una cantidad determinada de dinero. El trabajo debería entenderse como una acción de realización personal de cada uno de nosotros y una aportación hacia la sociedad.
Para conseguir esta visión en nuestro alumnado debemos enseñarles las cosas que de verdad importan en la vida y cómo el elegir una profesión determinada (no hay una profesión mejor que otra, simplemente cada uno tiene una visión propia de lo que le apasiona) puede hacer que ellos se sientan felices y realizados. No obstante veo necesario aplicar al dinero el valor que tiene, pues si bien es cierto que el dinero no otorga la felicidad, la falta o escasez del mismo ocasiona problemas y miedos que pueden dificultar y confundir el camino profesional que una persona tiene que recorrer para llegar a la profesión que de verdad le apasiona.
Este trabajo se debe realizar de manera continua desde la etapa primaria en adelante, trabajando en sinergia con la familia del alumnado. Para que la sinergia se dé de manera adecuada, es necesaria la comunicación activa entre ambas partes de manera que los aspectos que se trabajen en clase sean reforzados en casa y viceversa.
Bahiano Camil Pérez Mamone
Nunca tuve claro a lo que me quería dedicar hasta que tuve que hacer la matrícula de la universidad, y esto fue algo que me preocupó durante toda mi etapa de primaria y secundaria. Incluso quería hacer varias carreras a la vez: médico, profesora, actriz... Es por eso que como futura docente dedicaré muchas clases a enseñar cada profesión y a transmitir las ideas expuestas en el artículo: el sitio de donde provienes no tiene que determinar tu futuro pues hay más igualdad de oportunidades y que el dinero no es la principal fuente de felicidad, sino lo es realizar un trabajo gratificante. También, es importante enseñarles que no existen profesiones para chicos y otras para chicas, rompiendo los prejuicios y estereotipos que hay y de los que no somos muy conscientes.
ResponderEliminarTambién me gustaría trabajar la autoestima relacionada con estos aspectos, pues dependiendo de lo que quiera hacer cada alumno/a, vivirán situaciones de estrés o de sentirse inferior/inútil. Es importante enseñar al alumnado que cada uno tiene su ritmo para elegir su vocación, e incluso, deben aprender que es válido querer dedicarse a muchas profesiones, pues gracias a las tecnologías es posible tener un trabajo cerca de tu casa o a kilómetros.
Considero que la familia juega un papel importante en la decisión del alumnado, pues son la principal fuente de apoyo y en ningún momento deberían de imponer la profesión a la que debería de dedicarse sus hijos/as. Ellos/as deben ser libres de elegir.
En resumen, es importante dedicarle mucho tiempo a estas cuestiones ya que influyen en el futuro del alumnado, y hablando de manera más global, al funcionamiento del mundo.
Silvia Pérez Suárez
Me hubiese gustado conocer los datos según las distintas edades. En Primaria, personalmente, no me parece que sea importante dedicar demasiado tiempo a pensar en “qué quieres ser cuando seas mayor”. Sí que consideraría vital que el alumnado pueda aprender a valorar la importancia de las distintas profesiones, su relevancia social y/o medioambiental, y que puedan compartir sus opiniones y sentimientos respecto a las mismas; sin atender, por supuesto, a las retribuciones económicas. Como esta encuesta abarca hasta los 17 años, creo que en Secundaria sí que se debería plantear esta pregunta existencial, así como dedicar tiempo a considerar por qué son distintos los salarios y valorar los criterios establecidos que los determinan (¿A qué atienden?, ¿Son realmente justos?). Como educamos para ser mejores personas, individual y socialmente, en ambas etapas sería conveniente reflexionar sobre el origen de las distintas profesiones, el porqué de estas, quienes se benefician de ellas (si somos la mayoría o, en cambio, una minoría) y los pros y contras sociales y personales por el hecho de dedicarnos a unas u otras.
ResponderEliminarJulia Barreto Morales
En mi opinión, es de gran relevancia educar en base a las inquietudes de cada niño, educar con creatividad. Si bien, vivir no consiste solo en trabajar.
ResponderEliminarAdemás, me gustaría señalar que pocas de las profesiones que aparecen en el texto son relacionadas con el ámbito artístico, según la encuesta nadie quiere ser cantante, pintor o bailarín, lo cual me parece extraño. ¿A quién en edad temprana no le mueve esas inquietudes?
Considero importante que desde la escuela se plantee como objetivo conseguir que los niños interioricen que la elección de su futuro no es tarea fácil. Pues este probablemente aporte un servicio a la sociedad y un gran crecimiento personal. Los gustos y las prioridades pueden cambiar con el paso del tiempo y nunca es tarde para empezar a prepararse en busca de una nueva estabilidad que nos haga realmente feliz.
Si a mí me hubiesen hecho esta pregunta hace diez años es muy probable que mi respuesta no fuera maestra. Y, sin embargo, con el paso del tiempo me he dado cuenta de que estudio este grado por vocación. Pero lo que me inquietaba de más pequeña sigue ahí, y no creo que porque haya elegido esta carrera tenga que renunciar a otros sueños. Es con esa idea con la que considero que es adecuado educar en vistas al futuro.
Zuleima Dárias Peraza
EliminarPodemos observar en la encuesta realizada, que un mayor porcentaje se centra en que el alumnado creía tener vocación para desempeñar distintos trabajos profesionales. Aun así, hay otro pequeño porcentaje que se centra en lo que se gane en dicho trabajo que las acciones que se lleven a cabo.
ResponderEliminarDe esta manera, opino que elegir u optar por un trabajo en el que uno/a se sienta con vocación, es muy importante. Eso lo pienso por el simple hecho de que en muchas ocasiones cuando vamos a comprar a un centro comercial o simplemente acudimos a un lugar dónde atiendan al público, podemos observar en repetidas ocasiones a quién de verdad le gusta lo que hace y a quién no. Y es que esto pasa porque estas personas están en un puesto de trabajo o bien porque tienen que trabajar para poder subsistir o simplemente se centran en el sueldo y no prestan ilusión o pasión con respecto al posible oficio.
Asimismo, creo que desde la escuela deberíamos de ir eliminando diferentes expectativas que se pueden observar en la encuesta realizada, que tienen que ver con el género de los niños y niñas a la hora de elegir profesión. Es por ello que el alumnado tiene que luchar por lo que realmente le gusta y en lo que en un futuro se sentirían feliz y no por lo que la sociedad espera de ellos/as.
Es cierto, que a medida que vamos creciendo y pasando por el ámbito educativo, se nos delimita en ciertas ocasiones, por ejemplo, optar por una nota media en bachillerato relativamente alta o acorde para poder entrar en un grado, etc. Y es por ello, por lo que siempre he oído que hay mucha gente que por su nota no ha podido entrar a estudiar y a formarse en una carrera que de verdad le gusta o le apasiona y ha tenido que optar por elegir otro camino sin vocación.
Finalmente, estoy de acuerdo con el final del escrito, ya que la familia y la escuela son los que tienen que trabajar con diferentes valores, como el esfuerzo, el trabajo en equipo, el superarse… ya que es cierto que en ocasiones los valores nombrados anteriormente no solo los experimentaremos en el ámbito de la escuela o de un trabajo, sino que día a día tenemos que superarnos y optar por ir eligiendo lo que de verdad nos hace feliz.
Beatriz Domingo Delgado
¿Cuan de importante es saber que queremos ser de mayor?
ResponderEliminarTras leer el texto , me he percatado que desde edades bien tempranas siempre se nos realiza la misma pregunta. A lo que la mayoría de niños/as, siempre tenemos clara nuestra respuesta. Pues unos queremos ser maestros, otros bomberos, otros médicos, veterinarios...
Por otra parte, muchos niños se ven condicionados con rol impuesto y este rol es de "no eres apto para..." Y es que si, durante nuestra etapa estudiantil hemos tenido que oír frases como: "Tú no vales para eso", "Mejor piénsatelo bien, porque es difícil", "A ti se te dan mejor las letras" y así, un sinfín de frases. Pues son pocos los docentes o familiares, que nos dan su mano y nos dan un respiro a cerca de lo que queremos ser. Por ello, creo que como futuros y futuras docentes, es sumamente importante dedicarle la importancia que tiene valorar al alumnado en su decisión.
Por último y con ello respondiendo a la pregunta que planteó al principio, en muchas ocasiones le damos mucha importancia a lo que queremos en un futuro, olvidándonos lo que queremos en nuestro presente. Es muy curioso que cuando más pequeños somos tenemos muchas más cuestiones claras, como es esta (quizás influenciadas por terceras personas) y a medida que vamos creciendo la incertidumbre se apodera de nosotros. Con apenas 17/18 años nos hacen tomar LA decisión y remarcó "LA" porque parece que en nuestro vocabulario no cabe la palabra error. Con apenas esas edades, tenemos que tener claro que esa, va a ser la profesión que nos va a acompañar durante gran parte de nuestra vida.
Por ello, creo debemos permitirnos equivocarnos, ya que eso nos va a hacer crecer con personas. Al final lo que nos haga sentir vivos y lo que realmente nos haga felices, nos encontrará.
Aroa Alonso Alonso
Normalmente cuando son pequeños y responden a esta pregunta, podrían pasar por sus mentes infinitas profesiones sin tener en cuenta aspectos que tienen relevancia cuando son mayores. Sin embargo, a medida que van creciendo la realidad en la que viven les va condicionando, pues según la economía de su hogar podrá estudiar, o no, lo que quiera en la universidad.
ResponderEliminarMuchos alumnos también se ven condicionados por la profesión de sus padres, y en vez de realizar lo que verdaderamente les gusta, siguen sus pasos.
El colegio juega un importante papel en esto. Todos tenemos virtudes diferentes y con la ayuda de las familias tendríamos que ayudar a reforzar esas virtudes para que estos se den cuenta que valen y se sientan realizados en la vida. Llegando a tener así una mayor vocación por la profesión que elijan teniendo en cuenta sus virtudes.
También considero poco adecuado que el rumbo de sus vidas tengan que decidirlo a una temprana edad. Muchos se dan cuenta a mitad de carrera o cuando hacen un ciclo que esto no es lo de ellos, y no pasa nada. Digo no pasa nada, porque cada uno debe recorrer su carrera de vida y no importa cuanto tarden en saber lo que verdaderamente les apasiona, pues no hay establecidos ítems en la vida que digan como tienen que ser esta y este pensamiento llega a frustrar a muchos alumnos.
Finalmente tenemos que encontrar una fusión entre las familias y la escuela para que lleven a cabo una educación donde los niños encuentren realmente su vocación, dejarlos ser ellos mismos y enseñarles a tomar decisiones que, aunque no siempre pueden salir bien, siempre tendrán una vía de escape.
Melania Cabrera Curbelo
En un sentido amplio, el proceso educativo se entiende como un proceso mediante el cual la infancia de una población se prepara para insertarse de una manera óptima en la sociedad del futuro. Esto implica el desarrollo múltiples campos en el ámbito personal, como pueden ser: el desarrollo de valores o la adquisición de habilidades y competencias… entre ellas, es necesario que la Educación enseñe a los niños y a las niñas a decidir por sí mismos.
ResponderEliminarEn este sentido, coincido con la reflexión final de la entrada en la que se expone que los docentes deben permitir que el alumnado experimente con las profesiones, por ejemplo a través del juego simbólico, así como deben crear las condiciones para afianzar las vocaciones establecidas entre el alumnado y enseñar a tomar decisiones que no estén basadas en un puro condicionante económico, sino que los niños y niñas tengan en cuenta otros aspectos como la realización personal a la hora de elegir la profesión a la que se van a dedicar toda su vida.
Y es que decidir una profesión no es tarea fácil, pues conlleva una gran responsabilidad: tal y como se comentó, se trata de una decisión que acompaña a las personas, en la gran mayoría de los casos, durante toda su vida. Si bien, considero que durante la etapa de la Educación Primaria aún es muy pronto para decidir sobre este aspecto, creo que estas edades son un buen momento para experimentar y conocer diferentes profesiones o campos. En este sentido, me parece interesante abogar por trabajar en el aula a través de las inteligencias múltiples, mediante las cuales se puede ir dando el espacio para que el alumnado vaya conociendo sus intereses y habilidades innatas.
En sentido de lo anterior, hay una frase de Anthony de Mello que me gusta mucho y que dice: “hay dos tipos de Educación, la que te enseña a ganarte la vida y la que te enseña a vivir”. Y es aquí donde entra la responsabilidad del docente para decidir el tipo de educación que le quiere brindar a su alumnado. Considero que sería recomendable que todos los maestros y las maestras se comprometieran con su alumnado para darles una Educación que les enseñe a vivir: ayundándoles a desarrollar los valores comentados en las líneas anteriores y animándoles a alcanzar la autorrealización personal. Pues el dinero es importante, pero lo es aún más sentirse autorrealizado y feliz con tu trabajo.
Para terminar, rompiendo con la idea anterior también me gustaría apuntar que en la entrada se puede ver fácilmente como:
- La mayoría de los niños encuestados (55,7%) eligen profesiones relacionadas con la seguridad, el conocimiento y el deporte: deporte, ciencia y seguridad.
- Mientras que la mayoría de las niñas (51,3%) eligen profesiones relacionadas con el cuidado de los demás: enseñanza, sanidad o cuidados de animales.
Por ello, creo que los docentes deberían no sólo comprometerse con que los niños experimenten las profesiones, sino que experimenten todo tipo de profesiones. Creo que la Educación tiene un poder transformador y en este sentido, la Escuela puede ser un buen lugar para romper con los roles de género: animando a los niños también a cuidar animales y animando a las niñas a estudiar ciencia y deporte.
Alba Díaz Estévez.
Hoy en día, es cada vez más frecuente ver que los niños y niñas están condicionados bajo factores económicos y socioculturales a la hora de elegir su profesión. Es bastante común escuchar frases como “esa carrera no tiene salidas laborales”, “estudiando eso te vas a morir de hambre”, etc. Vivimos en una sociedad en la que tiene más peso las ganancias materiales que el bienestar de las personas. Por este motivo, es fundamental que la escuela y las familias trabajen conjuntamente en una educación basada en valores, haciéndoles ver que lo importante no es que consigan un trabajo donde posean un buen sueldo, sino que se sientan realizados y a gusto con lo que hacen.
ResponderEliminarPor otra parte, también es de relevancia que se eduque en igualdad enseñando que niñas y niños pueden hacer lo mismo. Aunque mentalmente se haya avanzado mucho durante estos años aún queda presente la cultura machista, afectando así a que se hayan establecido profesiones para hombres y mujeres. ¿Cuántas mujeres estudian ingeniería? ¿Y la carrera de arquitectura? Es necesario romper con estas barreras y dedicarte a lo que realmente te apasione y te haga ilusión y no a lo que la sociedad te inculque.
Cabe mencionar que a medida que vamos creciendo nuestros gustos cambian, por lo que quizás con cuatro años queremos ser astronauta, con doce queremos ser médico y con diecisiete queremos ser diseñador gráfico, o incluso ni siquiera tenemos claro a qué queremos dedicarnos. Durante nuestra trayectoria académica estamos sometidos/as a una toma de decisiones que van a influir en nuestro futuro, pero ¿y si nos equivocamos? En mi opinión, la mayoría de las dudas comienzan cuando te dejas influenciar por otras personas. Por esa razón debes poner en segundo plano las opiniones de la gente y escuchar qué es lo que te gusta a ti.
Finalmente, en este tema tiene mucho peso la presencia de las familias. Muchas veces las decisiones se ven influenciadas por la situación económica en la que estén o por la situación que hayan vivido los padres de jóvenes. Los padres y madres no deben plasmar sus miedos en sus hijos e hijas, sino animarles a conseguir lo que ellos/as se propongan.
Bajo mi punto de vista, creo que desde edades tempranas siempre se nos hace la misma pregunta: ‘‘¿Qué quieres ser de mayor?’’. Muchas de las respuestas sobre todos los más pequeños van en función de los gustos y descubrimientos que van conociendo a lo largo de su crecimiento y aprendizaje. Por ejemplo, si un niño vive en un entorno rural tendrá más preferencia de ser pastor o ganadero , que por trabajar en un hotel o un banco. Por eso, desde esta perspectiva, creo que está pregunta muchas veces está influida por el entorno en el que se encuentra el alumnado.
ResponderEliminarPor otro lado, me gustaría destacar y reflexionar que para mí, la verdadera importancia que se le debería dar al alumnado no es tanto: ‘‘¿Qué quieres ser de mayor?’’; sino por lo contrario lo reflejaba más en que el alumnado se auto descubra a través de una base de aprendizaje donde conozca las diferentes actividades y profesiones que podría adoptar en un futuro y en función de sus motivaciones, gustos y preferencias el pudiera ir especializándose y formándose en algo en el que alumno se siento de verdad identificado y le haga ser un futuro buen profesional. De esta forma, el mundo laboral estaría lleno de personas que por su vocación adoran y disfrutan su trabajo dando un mejor servicio y generando indirectamente una ciudadanía más unida y feliz.
Agatha Báez Yanes
Desde que somos pequeños los humanos tenemos esa capacidad de experimentar y desarrollar las actividades que disfrutamos haciendo. Generalmente, podríamos decir que el término de vocación aparece desde que somos pequeños de forma casi involuntaria. Sin embargo, existen casos en los que el sentimiento de vocación no aparece sino hasta entrada la adolescencia e incluso después.
ResponderEliminarDel mismo modo, se debe tener en cuenta que los gustos de las personas se van transformando con el tiempo, por lo que en algunos casos es poco probable que una persona mantenga su vocación desde pequeño hasta adulto. Por ello, considero que no hay una edad exacta para tener orientación vocacional, y aunque puede aparecer desde edades tempranas, al fin y al cabo todos somos diferentes.
Así mismo, con respecto a trabajar por vocación o trabajar por dinero, desde mi punto de vista, aun cuando decidimos estudiar la carrera más rentable económicamente, nada nos puede asegurar que logremos conseguir empleo y que además sea bien remunerado. Considero que conseguir un trabajo bien pagado está ligado al talento. A su vez, el talento suele depender de la pasión que se tiene por el campo elegido, lo que significa que, además de tener una mayor probabilidad de éxito en el empleo, el disfrute por la labor que se desarrolla traería una gran satisfacción personal.
A la hora de elegir una profesión, debemos tener en cuenta que probablemente la vamos a ejercer por el resto de la vida. Si decidimos ejercer un trabajo por dinero, lo más seguro es que acabemos mirando día tras día el reloj para saber cuánto nos queda para finalizar, que saltemos de alegría en los días libres y estemos tristes cuando tengamos que regresar. Sin embargo, si hacemos por el resto de nuestras vidas algo que nos apasiona, aunque los ingresos no sean tan altos, tendremos un estado de tranquilidad y disfrutaremos cada día la labor que estamos desempeñando. Imagínense dedicar gran parte de vuestras vidas a hacer algo que les llena y apasiona. En mi opinión, eso es vivir.
En conclusión, el alumnado necesita ejemplos de personas vocacionales, no de personas que realizan su trabajo sin alma ni corazón. Vocación y educación van unidos de la mano.
A continuación, quiero hacer hincapié en que ciertas profesiones son elegidas más por chicas como es la enseñanza y otras que son elegidas por chicos, como es el caso del deporte. En este caso, considero que es necesario romper con estos estereotipos de género para poder ayudar a los niños y niñas a crecer desarrollando sus capacidades reales como personas y no en función del género. Considero que la escuela juega un papel muy importante. Si no rompemos con los roles de género desde que son más pequeños, posteriormente se deberá dedicar mucho tiempo a reconstruir todo aquello que se ha absorbido como natural.
Melanie Díaz Benítez
Como bien refleja el post y que creo que es importante es el establecer un vínculo con las familias para transmitirles al alumnado diferentes valores que hagan que crezcan como personas sin tener en cuenta la profesión que quieran ejercer en un futuro. Aunque creo que muchas veces esto no se llega a cumplir en el ámbito educativo puesto que muchos de los profesores y profesoras piensan que solo trabajan por y para el alumnado sin tener en cuenta un factor muy importante como el agente que ejerce realmente la influencia en los discentes, es decir, los padres y madres.
ResponderEliminarUn dato interesante y que me ha llamado mucho la atención es acerca de las profesiones que eligen los estudiantes cuando se les cuestiona la famosa pregunta ¿Qué quieres ser de mayor? La mayoría de las respuestas están relacionadas mayoritariamente por las aceptadas en la sociedad, por ejemplo, las niñas eligen profesiones como la enseñanza y los niños las que están relacionadas con los deportes, seguramente la mayoría habrá dicho que quería ser futbolista. Creo que la elección de este tipo de profesiones está influenciada por lo que han aprendido en sus casas y en su entorno más cercano. Además, me impresiona que la mayoría del alumnado encuestado piensa que tiene vocación para desempeñar su trabajo profesional algo que creo que es muy importante puesto que si no tienes vocación no obtendrás una felicidad plena y vivirás como una persona infeliz. Por otro lado, estoy totalmente de acuerdo con que tenemos que enseñar a los estudiantes a tomar decisiones por muy pequeñas que sean para que puedan llegar a obtener un bienestar y una felicidad plena tanto en el plano profesional como en el plano personal y en concreto creo que hay que fomentar la autorrealización en los estudiantes y esto se puede llegar a realizar a través de actividades que podamos plantear en el aula, por ejemplo, a partir de retos que tengan que realizar de forma autónoma.
Por último, este post refleja la realidad social que están viviendo nuestros pequeños y pequeñas y aunque se diga que la sociedad está cambiando realmente creo que todavía queda mucho por cambiar puesto que pienso que todos y todas podemos ser quienes queramos ser independientemente de lo que esté socialmente aceptado.
Andrea Álvarez Vargas
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar
ResponderEliminarResulta curioso como son los más pequeños y pequeñas de la sociedad aquellos quienes dan más importancia a lo emocional y al disfrute del trabajo. Pese a que son los componentes de la sociedad más alejados, por su edad, de ocupar puestos laborales, son los que tienen más clara su vocación. Por ello encontramos que la gran mayoría de niños y niñas desean tener un trabajo relacionado con el mundo del deporte, lo que sin duda se debe a lo mucho que disfrutan la actividad física por medio del juego a estas edades. Otro ejemplo es la gran cantidad de niños y niñas que tienen como objetivo dedicarse al cuidado de los animales, donde se ve reflejado este amor incondicional que sienten los niños por sus mascotas. En definitiva, son los niños y niñas aquellos que tienen más claro que, sí o sí, se dedicarán a algo que les llene y, la gran mayoría, sin dar importancia a seguir los pasos de sus padres y madres. Aunque este trabajo soñado puede ir cambiando a medida que crecen y sus gustos se modifican, tienen completamente claro que quieren dedicarse a sectores que les aporten un disfrute lo más amplio posible.
Es una pena que este estudio no haya llevado a cabo una segregación por edades, para así poder observar como ese deseo de dedicarse a algo que les llene emocionalmente se va modificando a medida que crecen. Esto nos podría mostrar cómo, a medida que crecen, van eligiendo roles de trabajo que ellos y ellas creen más “realistas” y como quizás esa ilusión de ser aquello que más admiran en el mundo laboral va cada vez a menos.
Aunque considero que en el estudio no se ha hecho suficiente énfasis en cuestiones de género, considero que es de máxima importancia ir educando en cuestiones referentes al mundo laboral desde edades tempranas, poniendo especial atención a eliminar completamente y de raíz posibles estereotipos que la sociedad haya inculcado en niños y niñas sobre trabajos destinados a un género y a otro. No cabe duda que son los niños quienes más sueñan con dedicarse a trabajos que requieran de un mayor esfuerzo físico como ser deportista, carpintero, fontanero, y una infinidad de trabajos que son socialmente identificados como trabajos de hombres. Por otro lado, son las niñas quienes sueñan con trabajos tales como ser enfermera, maestra, secretaria y demás trabajos socialmente relacionados con la mujer. Otro de los puntos en los que se debe hacer más hincapié es el hecho de que la mujer está igualmente capacitada para puestos altos como el hombre, para así acabar con la situación que estamos viviendo por la cual la inmensa mayoría de cargos altos en empresas son dados a los hombres mientras que las mujeres, aunque en muchos casos estén más capacitadas, ocupan puestos bajos.
Es sumamente importante que los docentes enseñen a los niños y niñas desde pequeños la diversidad de profesiones que hay, independientemente de los sueldos que se ganan, o del sexo que sean.
ResponderEliminarEs curioso que hayan niños y niñas pequeños que estén pensando antes en el dinero que en un propia profesión que les haga felices y sentirse autorealizados. Y a pesar de que no sé refleje el dato exacto, si se hace referencia a que los más grandes son los que están más asociados a esta idea. Por ello, considero que desde que son pequeños y pequeñas, las familias, la televisión, las redes y muchos factores en general influyen de manera directa en la elección de una profesión. Así, escuchan que si estudian X profesión van a ganar muchísimo dinero, si estudian Y van a ganar menos, y al final lo realmente esencial, que es la pasión que sientes sobre esa profesión, se va dejando un poco de lado a medida que van creciendo, enfocado más su objetivo en el factor económico de dicha profesión.
De esta manera, considero que se debe cambiar está concepción de las profesiones, y enfocar a los estudiantes a escoger una profesión de la que se sientan enamorados para en un futuro dedicar al máximo sus capacidades para desempeñarla, sin importar el dinero que van a ganar, sino el bienestar y la felicidad que van a sentir estando ahí.
Además, también se se debería enfocar las profesiones desde la neutralidad de género. Y nuevamente destacó aquí, que considero que los medios, la televisión, etc. inciden en este aspecto de manera directa, provocando que el final los niños y niñas se decanten por una profesión simplemente por ser hombre o mujer. Por ello, me parece importante que desde pequeños se enseñen a los niños y niñas todo tipo de profesiones, para que incluso jueguen con sus compañeros y compañeras a interpretar el rol de esa profesión dejando de lado ese factor sexista que no debería influir en la elección de una profesión u otra.
Alexander González González
En esta encuesta, se ven reflejados los esquemas de la sociedad valenciana, aunque se podrían extrapolar a cualquier otro lugar en el mundo actual; puesto que sigue dos líneas de pensamiento muy marcadas.
ResponderEliminarEn primer lugar, el modelo de una sociedad consumista, la cual da un alto valor al dinero y al estatus que este proporciona. Como se ve reflejado en el 23% de los niños y niñas que consideran más importante el sueldo que el tipo de tareas y actividades a desarrollar en el puesto de trabajo. Otro ejemplo de este aspecto es el deporte; el cual deja de ser el foco principal para ser interesante por verse como una forma de ganar mucho dinero en, relativamente, poco tiempo y de manera sencilla; ayudado por los medios de comunicación al mostrar los elevados sueldos que no se pueden equiparar a cualquier sueldo en otra profesión y rara vez exponen la dificultad que existe para llegar a esas metas.
En segundo lugar, podemos observar los rasgos de sesgo de género en el ámbito laboral; ya que las niñas siguen optando por profesiones vinculadas al cuidado del resto y los niños siguen optando por elegir aquellas que se relaciones con acciones heróicas y de riesgo; dicha selección está avalada por la cultura machista que existe. Por ejemplo, en el ámbito de la educación cuando se establecen científicos importantes, estos siempre son hombres. Además, cuando se les enseñan las distintas profesiones al alumnado, las ilustraciones que se utilizan refuerzan estas ideas. Para ello, se debería contrarrestar estas ideas preconcebidas enseñando a diversidad de hombres y mujeres realizando distintas profesiones, destacándoles de manera reiterada y de diversas formas que tu género no debe interferir en la elección del trabajo que desees realizar.
Por otro lado, otro aspecto que se debería tener en cuenta, es que no todos los estudiantes cuentan con una alta posición económica, lo que puede resultar en la elección de carreras que aporten una mayor estabilidad, por encima de sus propios intereses o aquellas actividades que los hagan sentir realizado o con sensación de bienestar. Por ello, los docentes y las familias deben trabajar juntas para reforzar la idea de que si trabajas con esfuerzo en el ámbito que te hace sentir realizado, te puede proporcionar esa ansiada estabilidad junto a la autorrealización.
Inés Domínguez Rodríguez
ResponderEliminarDesde mi perspectiva, este texto me ha resultado bastante interesante ya que como futuros docentes es un aspecto que observaremos en los centros educativos y que es de vital importancia puesto que es relevante tratarlo ya que de esto depende el futuro de los alumnos/as. Cabe destacar además que esta cuestión ya la hemos experimentado a lo largo de nuestra etapa educativa, como en mi caso le daba mas importancia a la vocación de la profesión deseada que al factor económico que a día de hoy pienso que tiene igual importancia. También este aspecto lo he observado en otros compañeros que he tenido durante mi etapa estudiantil viendo que a diferencia de mí no tienen claro exactamente en la actualidad que concepto es más importante que otro.
Es importante inculcar en las escuelas los diferentes conceptos que se deben tener en cuenta a la hora de elegir la profesión para el futuro ya que si no ponemos énfasis en estos aspectos puede ser que tengamos un trabajo en el futuro que no cumple con nuestras expectativas que nos llevara a no sentirnos realizados con lo que estamos ejerciendo.
Emma Rodríguez Padrón
Estamos ante una de las preguntas más frecuentadas en los colegios, y posiblemente la pregunta que se hacen muchos padres sobre sus hijos ¿Qué serán de mayores?
ResponderEliminarConsidero que es una pregunta muy amplia, que no es lo mismo preguntarla a un niño o niña de 7 años que a los que tienen 15, no porque no aspiren a menos, sino porque han vivido más, tienen otra perspectiva de la vida, considero que las experiencias que vive una persona es lo que te hace ser quien eres y esta implicado en tu forma de actuar, hay cosas que antes no se consideraban importantes y ahora sí, aunque también pasa a la inversa.
Adentrándonos en el tema del género, considero que no pasa nada si hay niñas como dice el post que se centran más en la rama de la salud o de la educación, o los niños que se centran en la rama científica, da igual el porcentaje, lo que veo realmente importante es que como futuros docentes que somos tenemos que ayudar y enfocar a los niños y niñas a ser autosuficientes, libres de elección para que estudien y realicen su futuro como ellos consideren oportuno, sin que se vea influenciado por gente externa.
Es muy bonito estudiar y trabajar de lo que a uno realmente le gusta, pero también tenemos que ser conscientes que vivimos en una sociedad en la cual tenemos que subsistir, por lo que el tema económico es también muy importante. Si educáramos a los niños y niñas con nociones de fianzas posiblemente el tema económico cambiaria mucho al actual.
Julia Fombuena Martínez.
Algo que me resulta muy curioso y me llama mucho la atención, es como nuestra futura generación ya tienen casi claro que es a lo que se quieren dedicarse cuando sean mayores. Donde destaca más trabajos con una carga más emocional y vocacional, donde disfruten del trabajo y no por obligación. Haciendo que entre las elecciones se descarte los trabajos de los familiares, destacando la elección de trabajos relacionados con: la sanidad, la educación y el cuidado de los animales, que seguramente será veterinaria o biología marina, en el caso de las niñas; y los deportes, la seguridad y el mundo científico en el caso de los niños. Al ver estas elecciones me he dado cuenta de que esto puede estar justificado por dos motivos; en primer lugar puede ser porque tienen interiorizado que roles o carreras deben ejercer según su género, ya que seguro que piensan que todo lo que tenga que ver con cuidar o enseñar tiene que ser algo para las mujeres por ser trabajos más "sencillos". Mientras que todo lo que englobe lo tecnológico o el mundo del deporte es algo de hombres porque es para personas con una mayor inteligencia o mayor fuerza física/corporal. En segundo lugar, puede ser por el elemento esencial: la vocación, por lo cual se puede ver como la mayoría que desean tener un trabajo relacionados con el deporte, dándonos a entender que disfrutan haciendo actividad física y estar en movimiento o los que tienen pensado dedicarse al cuidado de los animales, donde se ve reflejado el amor que tienen por los animales y ayudarles.
ResponderEliminarPero algo que sí nos deja claro esta encuesta, es que nuestra futura generación se dedicará en cuerpo y en alma en un trabajo, que los llene y les haga felices, sin tener en cuenta de seguir los pasos de sus familiares y descubrir su propio rumbo en esta vida. También hay que tener en cuenta que siguen siendo niños/as y su sueño o trabajo al que se quieren dedicar puede cambiar porque aún son jóvenes y sus ideas pueden cambiar.
Una cosa que yo hubiera hecho al hacer esta encuesta hubiera sido una separación por edades para ver cual es el trabajo al que se quieren dedicar en cada grupo y ver si está condicionado por su edad. Además, yo volvería al año siguiente para ver si esas elecciones se mantienen o han cambiado y ver el porqué.
Nadiuska Delgado Hernández
Es fundamental enseñar a los niños y niñas desde pequeños que cualquier profesión es válida y que cada una aporta unas cosas distintas y significativas para cada individuo. De esta manera, debemos también saber alejarnos de comentarios muy arraigados como, por ejemplo, si estudias eso no tendrá salida, con ese trabajo siempre estarás en paro… Por desgracia mucha gente piensa de esta manera y esto hace que se vea reflejado en las futuras profesiones de los niños y niñas.
ResponderEliminarAdemás es crucial hacer lo que quieres, porque sería algo imposible ser algo que tú no quieres ser, ya que de alguna forma te podría influir a tu vida personal y emocional. Voy a poner un ejemplo muy concreto referido a mí profesión para que se entienda porque es importante estudiar lo que realmente quieres.
En el caso de la docencia, no es lo mismo que todos los días te levantes con una sonrisa en la cara que puedas transmitírselo a muchas personas de sentirte feliz y realizado por lo que haces, a que te levantes sin ganas de ir al trabajo porque no te gusta dar clases, comunicando a los niños y niñas ese desajuste de autorrealización personal incluso pudiendo ocasionarles algunos perjuicios.
Por tal razón se debe enseñar la importancia de vocación en el aula y fuera de ella también, trabajando para ello con las familias el convencimiento de los diferentes valores además de apoyar al niño o niña sobre su futuro oficio.
Es verdad que el alumnado va cambiando constantemente de profesiones a lo largo de las diferentes etapas, pero debemos dejarle claro que todas y cada una de ellas serán las correctas.
Por otro lado, el tema de la separación de profesiones por géneros para mí está un poco antiguo, puesto que tanto las mujeres como los hombres estamos capacitados para desarrollar cualquier trabajo. Por ejemplo, una mujer mecánica podría arreglar un coche sin ningún tipo de problema como lo podría hacer un hombre. Por tanto, debemos romper los estereotipos y luchar por lo que queremos ser.
En conclusión, cada persona debe adentrarse en su propia vocación exponiendo al máximo sus capacidades, habilidades o talentos a fin de ser y hacer aquello que quieres ser, consiguiendo de alguna forma tu objetivo personal por medio del cual se puede alcanzar la felicidad.
Marineide García.
Tras leer los datos de esta encuesta, me ha parecido muy interesante mencionar dos variables que, personalmente, considero que influencian en la toma de decisiones relacionadas con el futuro profesional de niños y niñas: por un lado, la variable del género, que condiciona a los niños y niñas a elegir la profesión más "adecuada" para ellos/as. Y, por otro lado, la variable de los juguetes, que son "herramientas hipnotizadoras" que condicionan al subconsciente de las personas.
ResponderEliminarPara poder explicar mejor mi perspectiva en cuanto a estas variables, es importante mencionar un vídeo que vi hace tiempo en el que se realizaba un experimento mediante el cual se vestía a un niño con "ropa de niña" y a una niña con "ropa de niño", cambiando así sus identidades y se invitaba a una serie de voluntarios/as para que jugaran con ellos y comentaran al final el juguete que creen que más les ha gustado a cada uno. Con este experimento se pudo observar como los/as voluntarios/as escogían muñecas y peluches para la "niña" y coches y puzles para el "niño", sin darse cuenta de que sus prejuicios estaban influenciando en su elección de juguetes para ambos. Un dato importante que destacar es que al darle a la "niña" este tipo de juguetes blandos, no se daban cuenta de que obviaban aquellos que enseñan la percepción espacial y/o la confianza física (aspecto que tal y como explicaré más adelante, tiene relevancia en su futuro). Una vez terminaba el experimento se les contaba la verdad a los voluntarios y voluntarias y estos se daban cuenta de que su propio subconsciente, y a través de los prejuicios que tiene, había dictaminado los juguetes que le mostraban a cada uno de los niños.
Es importante entender que, aunque jugar con "cocinitas" o herramientas de juguete no significa necesariamente que de mayor vayas a ser cocinero/a o albañil, muchos estudios advierten de que el hecho de que toda tu infancia juegues con un mismo tipo de juguete puede influenciar en tu decisión futura, pues condicionan tu desarrollo madurativo y el desarrollo de capacidades y habilidades. Por ejemplo, si a un niño se le compran durante su infancia juguetes de estrategias o puzles, se estará incentivando su habilidad y gusto por la lógica, la resolución de problemas y el razonamiento, de esta manera y a medida que el niño crezca, este se dará cuenta de que asignaturas como las matemáticas y la física se le darán mejor y elegirá profesiones relacionadas con estas. Con los juguetes, también potenciamos o limitamos los intereses de los niños y niñas, por ello los considero "herramientas hipnotizadoras" porque sin darnos cuenta y con el paso del tiempo, estos juguetes dejan una huella en su subconsciente que estará con ellos y los acompañará durante el resto de sus vidas, guiando su toma de decisiones, que, parece ser, no son tan "conscientes" como muchas veces creemos que son.
Personalmente creo que estas variables son clave en el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes y en las decisiones que tomen en sus vidas, pues condicionan en su desarrollo e inadvertidamente, les muestra desde edades tempranas lo que es "adecuado" para ellos/as y los gustos que "deberían" de tener.
Muchas veces creemos que el género es lo que dictamina las preferencias de una persona cuando en realidad todos somos diferentes e incluso los gustos de una persona pueden variar dependiendo del día o de su estado de ánimo, por ello es importante tratar de que los niños y niñas jueguen con el mayor número de tipos de juguetes posibles, permitiéndoles probar y descubrir sus propias preferencias. Además, los diferentes tipos de juguetes tienen contenido educativo diferente, por eso es beneficioso que, tanto docentes como familiares, fomenten que niños y niñas jueguen con el mayor número de tipos de juguetes con el fin de conseguir una educación más integral en ellos/as.
Andrea Albarracín Perera
Mi reflexión sobre el artículo se relaciona con la siguiente pregunta: ¿puede un maestro/a sin vocación guiar a sus alumnos/as para que encuentren lo que realmente les apasiona?
ResponderEliminarQuiero decir, como ya sabemos tanto en Magisterio como en muchas otras carreras, se da el caso de personas que están estudiando pero no sienten realmente que les apasiona esta profesión e incluso ni siquiera se ven a corto/largo plazo trabajando en un colegio. Partiendo de esa base, cómo puede una persona así enseñar a jóvenes y niños/as a encontrar a lo que realmente se quieren dedicar.
Ser maestro/a conlleva muchas responsabilidades (no sólo enseñar contenidos) por lo tanto debemos ser conscientes de que nuestro ejemplo tendrá un gran impacto en la vida de esos niños/as y jóvenes. Con esto me refiero a predicar con el ejemplo.
Además, elegir una profesión, desde mi punto de vista, es una decisión bastante difícil. Yo por ejemplo, no tuve claro a qué me quería dedicar cuando terminé el bachillerato. Desde pequeños/as inconsciente o conscientemente nos van generando esa presión por no saber lo que queremos trabajar en el futuro y pienso que aunque en primaria podemos trabajar las profesiones y temas relacionados tampoco hace falta poner al alumnado en esa situación de tener que elegir sin tener a lo mejor una idea concreta sobre lo que conlleva realizar x profesión.
Por otro lado, en secundaria y bachillerato sí me parece más acertado dar al alumnado charlas, información y/o herramientas para que poco a poco vayan descubriendo lo que les gustaría llegar a ser pero si pretender que deben saberlo simplemente porque van a finalizar el bachillerato.
Para finalizar, en ocasiones hemos hablado en clase sobre vivir el momento presente y personalmente creo que centrarnos en lo que queremos ser en el futuro puede hacernos perder ese foco y generar estrés en algunos/as alumnos/as (como fue mi caso).
Mary Esther Delgado Díaz
Tras haber leído el texto, se pueden diferenciar algunas de las acciones que creo son realmente necesarias y que se pueden llevar a cabo desde el ámbito de la tutoría en los colegios. Si bien el alumnado, durante sus primeros años de etapa escolar, considera más importante la vocación que un buen sueldo, ¿qué sucede para que, más tarde, suceda justamente lo contrario? Parece que a lo largo de su escolarización, tanto los alumnos como las alumnas, se ven expuestos a situaciones y comentarios que les hacen plantearse otra forma de proyectar su futuro profesional.
ResponderEliminarEn mi opinión, sea cuál sea el “trabajo de sus sueños”, con este debe primar la felicidad y la realización personal, y si no es capaz de lograr esto, debe ser una razón para valorar otras opciones. Esto resulta una lección bastante fácil de plantear desde edades tempranas, con actividades en las que se anteponga el esfuerzo y la constancia ante la consecución de logros materiales. De esta manera, poco a poco conseguiremos ir dejando atrás todo aquello que consigue desmotivar (en cierta manera) para perseguir aquello que realmente le gusta.
Por otra parte, el hecho de que haya tanta diferencia entre las respuestas de los niños y niñas también nos hace plantearnos ciertas estrategias que deberían aplicarse para eliminar esta estandarización por géneros de los intereses del alumnado. Hay que incluir en todas las clases (no solo en el ámbito de la tutoría) y en todos los ámbitos de la vida de las niñas y niños aquellas actitudes que les hagan comprender que su género no limita su futuro ni su vocación.
Con todo esto se podrá alcanzar una generación en la que no se vean limitados ni por la presión de obtener un buen sueldo, ni encasillados en un trabajo que nunca les ha motivado únicamente por ser niño o niña.
Por último, me gustaría señalar lo importante que me parece que haya un trabajo en equipo por parte del tutor/a del alumnado, del resto del cuerpo docente y también de la familia. No puede haber controversias sino una red de apoyo hacia el/la niño/a para que se sienta lo suficientemente seguro/a para mantener sus ideas e intereses firmemente y siempre siendo fiel a su propio criterio.
María Gutiérrez García
Tras la lectura del texto, es evidente que son muchos los lineamientos que condicionan las respuestas de estos niños y niñas en relación a la cuestión planteada de “¿Qué quieren ser de mayor?”. Salta en mí mucha curiosidad la forma en la que estos y estas contestan dicho planteamiento. Está claro que a día de hoy vivimos en una sociedad caracterizada por la implantación de una serie de estereotipos que condicionan a simple vista los pensamientos de vida de los más jóvenes.
ResponderEliminarLamentablemente son pensamientos que arrastramos de tiempos pasados, favorecidos actualmente por los medios de comunicación, por la falta de información y educación… Ahora bien, aquí es donde nace la idea de seguir evolucionando para poder limitar esta mentalidad retrógrada que no favorece en nada.
La noción de que los niños y niñas tengan automatizado el valor económico por encima del valor vocacional de las profesiones realmente me preocupa. Nosotros como futuros profesionales en el ámbito de la educación primaria, tenemos como principal objetivo educar en valores y orientar a los más jóvenes en la idea de que cualquier profesión es válida, ya que cada una de ella aporta conocimientos y funciones distintas y significativas para cada sector en donde se ejerza. Tenemos que cambiar la idea en la que los niños y niñas se fijan más en cuánto ganan, que en la felicidad y en la estabilidad emocional que le puede dar determinado puesto laboral.
No obstante, partiendo del análisis de la encuesta realizada a estos niños y niñas de la comunidad valenciana, observamos claramente que poco a poco los niños y niñas se guían más por su propia vocación, que por los intereses económicos. ¡Vamos avanzando!
Considero que aún así queda mucho por avanzar ya que la encuesta vuelve a reflejar la aprobación de determinados estereotipos a la hora de elegir profesión entre niños y niñas. Esto lo vemos reflejado claramente cuando vemos que los niños siguen escogiendo profesiones que "normalmente son para niños" según como ha sido establecido por la sociedad, y con las niñas pasa lo mismo. Es algo que debemos y tenemos que cambiar.
Es crucial que ayudemos a los niños y niñas a aprender desde pequeños a romper con todos los estereotipos con los que se han ido criando y asimismo a como saber detectarlos. Es esencial igual recordarles que dedicarse a un trabajo que les llene emocionalmente no tiene precio, y ahí es donde realmente está a donde deben llegar.
Andrés Cota Bedoya
A lo largo de la historia, hemos experimentado numerosos cambios que, de forma muy gradual, han mostrado que podemos formar una sociedad en la que de alguna u otra manera, podamos convertirnos en aquello a lo que aspiramos.
ResponderEliminarTal y como nos muestran los resultados de esta encuesta, cada vez se logra que los estudiantes, tanto desde los más pequeños, hasta los mayores, escojan y realicen la profesión que deseen. Quizás hay hoy en día demasiadas complicaciones aun cuando estamos en un momento en el que es más que evidente, la capacidad que tienen ambos sexos para dedicarse a lo que les apasione. Resulta lamentable que todavía existan argumentos que ciertas personas quieran dedicar a los más vulnerables, con el objetivo de cerrarles la mente y hacerles escoger aquello que, según su criterio, tiene más salidas o se cobre mejor.
Como ya hemos observado, la parte económica es difícil de hacerse comprender cuando todavía no se conoce el valor, pero es de real importancia hacer ver que la felicidad y el bienestar de uno muchas veces no depende solo del sueldo que se reciba. Es evidente que al final todos trabajamos por el hecho de necesitar un apoyo con el que poder vivir con todo lo necesario y a veces más de lo necesario, pero la felicidad como todos sabemos, no la da el dinero.
Nosotros como futuros maestros y maestras, somos los encargados, junto con las familias, de lograr que todo el alumnado logre tener un futuro donde se sientan felices y disfrutando de aquello que quieren.
Al final, bajo mi punto de vista, lo esencialmente importante son nuestros estudiantes, son ellos los que determinan sus gustos y ello debe de producirse de manera libre. Podemos ayudarles en momentos de indecisión, darles nuestros consejos, pero siempre siendo fieles a sus opiniones y a sus deseos. Es normal tener miedo y sentirse abrumado a la hora de tener que escoger entre tantas ramas que determinarán el futuro profesional, pero creo que lo mejor es dejar que sea nuestro corazón el que elija lo que sienta adecuado.
Todavía tenemos muchas causas por las que luchar, pero debemos de ser conscientes de que estamos logrando avanzar en cierta medida, ya que muchos estudios y encuestas generales, muestran el aumento del sector femenino en ámbitos que han estado ligados a los hombres y nos hace ver que realmente no hay un trabajo hecho para las mujeres o para los hombres. Lo que hay que hacer sin miedo a las críticas, es aquello que nos haga disfrutar y ser felices (siendo conscientes de que todos sufrimos idas y venidas).
Gabriela Maria Ciuhandru
Parte 1: Una vez leído el texto, mi reflexión en cuanto a todo lo que se desprende de esa encuesta, es que debemos dar un salto madurativo como sociedad para dejar de comprar de una maldita vez el falso mantra neoliberal de la meritocracia.
ResponderEliminarAntes de desarrollar las ideas que me llevan a plasmar de manera firme esa conclusión, creo que es importante dejar claro que una encuesta realizada por un gigante empresarial como Adecco, no debería considerarse un termómetro válido, objetivo, ni tampoco carente de intereses.
Esta macroempresa dedicada al trabajo temporal y por lo tanto, necesitada de la existencia de puestos de trabajo precarios, no tiene derecho a erigirse de ninguna manera, como agente imparcial y mucho menos a aleccionar con datos tendenciosos la realidad laboral de una sociedad como la española.
Cabe destacar, que Adecco es una de las empresas que presiona políticamente para endurecer las condiciones laborales en España, con prácticas tan despreciables como inflar las cifras de absentismo, inlcuyendo en ella las bajas por maternidad, los permisos por motivos familiares o las bajas por enfermedad. Una manipulación necesaria para encajar con calzador su discurso ultraliberal en el imaginario colectivo, y culpabilizar a los trabajadores y trabajadoras que desean ejercer sus derechos laborales.
Pero dejando este tema al margen, y haciendo un esfuerzo por desprenderme de la realidad mencionada, si nos centramos en su encuesta, son pocos los datos que facilitan para poder concluir si la muestra tomada es representativa o puede arrojar datos válidos y objetivos.
Me llama poderosamente la atención, que se utilice una muestra tan sumamente diferente teniendo en cuenta que no hay separación por edades: ¿De verdad debemos considerar un reflejo de la realidad del deseo laboral o vocacional, las respuestas de niños y niñas de 4 años? ¿Y de 5, 6, 7, 8 o 9? ¿En qué franja de edad deberíamos entender que existe una madurez suficiente como para pensar con claridad las opciones de futuro que se prefieren? En mi opinión, un estudio tendría sentido en alumnado a las puertas de terminar su formación obligatoria, o al finalizar la etapa de Bachillerato, donde el terreno laboral asoma realmente.
Adrián Pérez Antón.
Parte2:
EliminarLa escuela en las sociedades capitalistas, cumple un papel estratificador, y no esconde su principal objetivo de formar y clasificar personas para que encajen en los engranajes y mecanismos de producción.
Corroborar esta afirmación es muy sencillo si atendemos por ejemplo a los currículos escolares. Éstos introducen desde cursos bien tempranos las ideas de economía, Mercado, y la necesidad del desempeño laboral a cambio de un sueldo. Los niños y niñas de la Etapa de Primaria conocen los sectores económicos, y la idea de empresa, mucho antes que los tipos de arte que existen, las corrientes de pensamiento filosófico, o la gestión de sus propias emociones, por poner algunos ejemplos.
Este trabajo de segregación, no está libre de los constructos sociales, y es por ello que las niñas “prefieren” profesiones relacionadas con los cuidados, pues la sociedad machista y patriarcal influye en ellas desde que nacen.
Pero no solamente eso. Está más que demostrado que la idea de meritocracia es una falacia. La aurorrealización, el trabajo y el esfuerzo son ideas vacías e irreales, pues nada tiene más peso en el desarrollo de cualquier persona que el lugar en el que nace. El entorno de cada persona es lo que marca su futuro. Las propias estructuras familiares, económicas y redes de relaciones son las que determinan el presente y en consecuencia el devenir de cada uno y una. Es por ello que el ascensor social no funciona. Ni siquiera tener un título universitario es ya garantía de ocupar un mejor puesto de trabajo.
Somos parte de varias generaciones golpeadas por diversas crisis, que han visto devaluadas sus formaciones y aspiraciones. El pundonor, el sacrificio y el trabajo no son herramientas que sirvan para progresar; son adjetivos de un discurso neoliberal que solamente busca colocar sobre los hombros de una clase trabajadora, la culpabilidad de no progresar.
La única solución es la justicia social, pero para conseguirla, hay que derrumbar varias estructuras de Estado. Pero solamente el hecho de exponer esta idea, es ahora mismo una utopía inalcanzable.
Adrián Pérez Antón.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPrimera parte:
ResponderEliminarTras observar detenidamente los resultados de la encuesta realizada por la empresa de trabajo temporal Adecco, a una muestra de infantes y adolescentes entre 4 y 17 años, y las conclusiones en base a éstos, resulta confuso tomar la indagación como una fuente de datos rigurosa. En primer lugar, porque el rango de edad escogido para el análisis vocacional es demasiado amplio, fluctuando entre la niñez y la adolescencia, lo que supone diferentes periodos madurativos marcados por la producción de hormonas, y los cambios en la construcción de la personalidad y el autoconcepto que determinan las posibles expectativas. En segundo lugar, porque no se especifica a qué rango de edad corresponden los resultados de cada uno de los porcentajes, por lo que resulta imposible determinar la edad a que pertenecen según las variables analizadas. En tercer lugar, porque el organismo que realiza la encuesta es la multinacional Adecco. Empresa de trabajo temporal que acumula diferentes denuncias por manejo irregular en materia de contratos y maltrato laboral a nivel internacional, cuyo interés primero se centra en la economía de mercado y el beneficio económico. Una empresa que carece de relación con el contexto pedagógico o la investigación educativa, y cuya praxis se aleja del buen hacer que caracterice el acto educativo.
Las razones enumeradas me resultan suficientes para tomar de modo dubitativo el planteamiento inicial, procedimiento y conclusiones de esta encuesta. Aunque a continuación intentaré desarrollar el porqué de las conclusiones que surgen a raíz la lectura de este artículo.
Para comenzar, resulta interesante incidir en el rango de edad durante el que se conforma el desarrollo de la personalidad a lo largo del ciclo vital. Aunque comienza en edades tempranas, antes del nacimiento, según la psicología evolutiva, el periodo más activo ocurre entre los 20 y los 40 años. De manera que resulta impertinente la población infante seleccionada para esta encuesta, pues resulta natural que durante este periodo el aspecto vocacional prime ante la remuneración económica, y que esta vocación varie a lo largo de la infancia. Asimismo, resulta complejo imaginar a niñas y niños planteándose un futuro profesional cuando aún se está desarrollando su pensamiento abstracto y por tanto desconocen las implicaciones supuestas de la autonomía económica y su gestión de gastos como: el acceso a la vivienda, el transporte, la educación, la salud, el ocio o el emprendimiento profesional según se reciba un salario mínimo o un sueldo más elevados. De este modo, su elección se basa en un aspecto emocional determinado por los referentes a los que ha tenido según su contexto y no por una vocación firme y asentada.
Además, imaginando el porcentaje correspondiente a adolescentes de edad más avanzada, no es llamativa la preferencia económica ante la vocacional, teniendo en cuenta el complejo contexto económico en el que se encuentra el estado español desde hace algunas décadas, y el incremento de la precariedad tras la crisis sanitaria. Causas que podrían motivar a las jóvenes generaciones a priorizar el salario ante la realización vocacional.
Igualmente, en el artículo se alude a la influencia de los condicionantes socioeconómicos y socioculturales del sujeto en su trascurso escolar y propósito vocacional, obviando la influencia de la clase social tanto en el logro educativo, como en la elección de estudios o abandono escolar; causa determinante, sin embargo, en el porcentaje de acceso a estudios superiores y su finalización entre las clases populares y clases dominantes, según muestra el estudio del INE - Instituto Nacional de Estadística (2019).
Segunda parte:
EliminarConque la afirmación: “en el proceso de toma de decisiones no solo cuenta el aspecto económico, sino también el profesional”, resulta incompleta, pues parece que señala al alumnado de su elección profesional, determinada ésta por su contexto socioeconómico. Creo que no se trata de esfuerzo o afán de superación, como se apunta más adelante, sino de necesidad y elecciones eficientes basadas en la necesidad socioeconómica individual.
Quizás, en hogares de clase popular con precariedad, ausencia de acceso a la cultura y posiblemente enfermedades mentales como depresión o ansiedad -ante la permanencia de esa condición en el tiempo-, el alumnado que lo habite sentirá la urgencia de lanzarse al mundo laboral del modo más eficaz posible, obviando, naturalmente, la preferencia vocacional que pudiera sentir. Alternativamente, como expone Colle Y Tort (2009): el alumnado de clase dominante sí puede vincular educación, vocación y felicidad. De modo que las familias de los niños y niñas que disponen de capitales culturales altos -estudios universitarios- y capital económico también alto- , buscan que sus infantes se conviertan en “personas capaces de impulsarse y individualizarse”. Es decir: de vivir un proceso de individualización activa, creativa, libre, querida; y no pasiva, impuesta, no deseada y pautada como ocurre en un porcentaje alto de las familias de clases populares.
Así, parece que romantizar el aspecto vocacional poniendo en la balanza sueldo y bienestar/ felicidad como elementos opuestos, o incluso como una mala decisión del alumnado que no “se esfuerza” por llegar “a lo más alto” puede resultar atrevido.
Aunque es clara la complejidad implícita en el desarrollo de un puesto para el que no hemos desarrollado un atracción vocacional, aunque la elección vocacional que imposibilita la necesaria estabilidad socioeconómica también es desencadenante de trastornos mentales como ansiedad, depresión ocasionadas por “no poder llegar a fin de mes «serenamente.
De este modo, las razones desarrolladas intentan describir mi oposición hacia la defensa y promoción de la postura vocacional entre el alumnado como prioridad.
Por otro lado, en el artículo se alude a la segregación presente en la rama del conocimiento elegida por niñas y niños, en la que éstas prefieren las profesiones relacionadas con los cuidados y ellos con el deporte y la ciencia, no es sorprendente. Pues a pesar de las innegables mejoras alcanzadas en cuestión de igualdad de género, los estereotipos sexistas siguen ampliamente presentes en la socialización primaria y secundaria en la que se desarrollan los infantes. En este sentido, el papel socializador de la escuela es determinante, razón por la que la coeducación está presente en los currículos de Primaria de todas la comunidades autónomas; para trabajar de manera transversal la abolición de este tipo de sesgos aún presentes en la sociedad. En ese sentido, resulta claro que el cumplimiento de derechos fundamentales y constitucionales de igualdad e integración (independientemente de la condición económica, étnica, cultural, social o política) debe ser la base de los valores de la escuela, y así éstos serán transmitidos al alumnado y a sus familias en las reuniones con éstas.
Por todo ello, centrándome en alumnado de Primaria que me ocupa, considero que la escuela no debe abordar de manera directa, en esta etapa educativa, el aspecto profesional futuro del alumnado, sino centrarse en proporcionarle un amplio abanico de experiencias y conocimientos de todas las ramas del saber a lo largo de su ciclo escolar. Esta oferta, amplia y variada se basará escrupulosamente en el currículo evitando estereotipos de género, etnia, clase u otros tipo, suponiendo para el alumnado referencias varias con las que descubrir posibles vocaciones.
Última parte:
EliminarPara terminar, me gustaría insistir en la creencia según la cual la escuela no debe centrarse en proyectar saberes en el alumnado como futuros seres adultos, basando sus saberes en un diseño curricular competencial neoliberal, relacionado con la economía de mercado. Por el contrario considero que la escuela es mucho más que educar al discente como adulto. La escuela Primaria debe posibilitar el acceso al conocimiento en todos sus saberes, mediante variadas metodologías que faciliten al alumnado -en proceso de construcción emancipadora- su progresiva capacidad en la toma de decisiones autónoma. Así, quizás, será posible la construcción -sin miedo al juicio adulto- de su identidad y futuro profesional, vocacional o no, en plenitud y en consonancia con sus necesidades personales y sociales.
Una opinión de Esterlicia Sicilia, para la asignatura de Acción Tutorial, del Grado de Maestra/o de Educación Primaria de la Universidad de la Laguna.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSin duda una encuesta que no te deja indiferente. Los rangos de edad son bastante amplios y aunque debido a ello surgen a quien la lee varias dudas porque efectivamente estamos hablando de periodos evolutivos y de desarrollo muy diferentes supongo que a quienes la realizan también reconocen este hecho como limitaciones de su estudio. La realidad de la que nos hablan no es realmente tan ajena a lo que sucede en el mundo que conocemos, no sólo por la sociedad en la que estamos imbuidos, en las que las atribuciones a la felicidad y éxito están determinadas en gran parte por el dinero del que disponemos. Dedicarte a alguna profesión por vocación sin duda en mi opinión ya es una garantía de éxito, al menos personal, dedicarte a lo que te gusta es lo mejor que te puede suceder. Sin embargo, ¿estudiar algo que te encanta pero que no tiene futuro es una opción? ¿te hará feliz?. La información de la que se dispone para tomar esas decisiones es muy vaga dentro de una determinada vocación existe infinidad de opciones que desconocemos, quizás habría que trabajar por ahí .
ResponderEliminar¿Vivir para trabajar o trabajar para vivir? Esa es la cuestión. A mis ojos, en este ámbito, no hay premisas correctas o incorrectas, solo ideales de personas con diferentes vidas y pensamientos. Es verdad que todo el mundo debería de elegir su trabajo soñado para ganarse la vida, para que así no tengan que hacer algo que no les gusta, algo que no les causa vocación. Pero ¿acaso todo el mundo tiene la vocación de trabajar? Todos tenemos sueños diferentes. Hay gente que le gustaría ser veterinario/a porque le gustan los animales, pero hay gente que su único sueño es tener dinero, muchos coches y grandes anillos costosos, o simplemente su sueño es vivir una vida simple y sin preocupaciones monetarias, por lo que el trabajo que tengan no les importa mucho, solo la meta a seguir. Les da igual si tienen que trabajar en algo que no les gusta mientras consigan su meta soñada, la que realmente creen que les dará el objetivo que quieren, independientemente del proceso.
ResponderEliminarYa sé, es mejor buscar una fórmula para que estos sueños puedan conseguirse sin que el alumnado sufra el tener que trabajar en algo que no les guste o no les resulte pesado. Pero eso me parece muy idealista. Vivimos en un mundo en el que los puestos de trabajos escasean, donde aquellos que eligieron sus profesiones soñadas, no pueden trabajar en ellas. Y aquí me quiero focalizar sobre todo en el ámbito artístico. En este, es muy difícil sobresalir, aunque seas técnicamente bueno en el ámbito, lo cual podemos ver en muchas películas de Hollywood (por ejemplo, La La Land) que representan esta realidad: hay más actores y actrices trabajando en las calles como camareros que trabajando en el ámbito que realmente debería estar trabajando, el de la actuación. Y sin irnos tan lejos, ahora hablando del ámbito educativo, ¿cuánta gente que estudió magisterio está ejerciendo realmente como maestro/a? Según los datos publicados por la Conserjería de la Junta de Castilla y León, de un total de 12 602 aspirantes solo pudieron ejercer como maestro/a 1 026, es decir, menos de un 10% pudo trabajar de aquello en lo que, probablemente, quisieron trabajar (ya que magisterio es una carrera muy vocacional).
Me gustaría estar en lo incorrecto con esta reflexión, me gustaría que poco a poco la gente que quiere trabajar en lo que quiere pueda hacerlo, agrandando así sus grados de bienestar y felicidad. Pero el mundo no puede ser de color de rosas. El mundo es injusto y no todos/as podemos hacer todo lo que queramos, siempre habrá factores delimitantes. Por ello, desde mi perspectiva, no está mal el ver el trabajo como un medio para conseguir lo que realmente quieres hacer o conseguir; Y tampoco está mal trabajar en algo que te gusta, solo digo que conseguir ambas cosas es difícil. Por ello, a modo de reflexión final, creo que no deberíamos de focalizarnos en qué trabajo quiere nuestro alumnado conseguir, sino qué metas quieren conseguir. Si quieren un trabajo ideal, o un sueño fuera del trabajo ideal, ayudarlos a planear a conseguir eso que quieren, teniendo en cuenta los factores externos que podrían ponerse en contra a sus sueños, para que así puedan intentar superar estas barreras.
María Daniela Gutiérrez Petit
Actualmente en nuestra sociedad, cuando se le pregunta a alguien lo que quiere estudiar, en la mayoría de ocasiones se obtienen respuestas poco precisas debido a que la gran mayoría todavía no lo tienen claro. Esto es debido a que la decisión a tomar ha de realizarse en edades muy tempranas dónde el alumnado todavía no ha identificado lo que verdaderamente le gusta o le apasiona. Debido a esta indecisión a la hora de elegir, el alumnado trata de buscar salidas que de cierta forma les atraigan o les llamen la atención pero cuando no las encuentran también miran el factor económico. Otro caso también puede ser debido a los padres, que de cierta forma quieren que sus hijos estudien algo que luego en un futuro les pueda servir. Aunque esto naturalmente es difícil de prever, al vivir en un mundo en constante cambio.
ResponderEliminar58
ResponderEliminar¿Vivir para trabajar o trabajar para vivir? Esa es la cuestión. A mis ojos, en este ámbito, no hay premisas correctas o incorrectas, solo ideales de personas con diferentes vidas y pensamientos. Es verdad que todo el mundo debería de elegir su trabajo soñado para ganarse la vida, para que así no tengan que hacer algo que no les gusta, algo que no les causa vocación. Pero ¿acaso todo el mundo tiene la vocación de trabajar? Todos tenemos sueños diferentes. Hay gente que le gustaría ser veterinario/a porque le gustan los animales, pero hay gente que su único sueño es tener dinero, muchos coches y grandes anillos costosos, o simplemente su sueño es vivir una vida simple y sin preocupaciones monetarias, por lo que el trabajo que tengan no les importa mucho, solo la meta a seguir. Les da igual si tienen que trabajar en algo que no les gusta mientras consigan su meta soñada, la que realmente creen que les dará el objetivo que quieren, independientemente del proceso.
Ya sé, es mejor buscar una fórmula para que estos sueños puedan conseguirse sin que el alumnado sufra el tener que trabajar en algo que no les guste o no les resulte pesado. Pero eso me parece muy idealista. Vivimos en un mundo en el que los puestos de trabajos escasean, donde aquellos que eligieron sus profesiones soñadas, no pueden trabajar en ellas. Y aquí me quiero focalizar sobre todo en el ámbito artístico. En este, es muy difícil sobresalir, aunque seas técnicamente bueno en el ámbito, lo cual podemos ver en muchas películas de Hollywood (por ejemplo, La La Land) que representan esta realidad: hay más actores y actrices trabajando en las calles como camareros que trabajando en el ámbito que realmente debería estar trabajando, el de la actuación. Y sin irnos tan lejos, ahora hablando del ámbito educativo, ¿cuánta gente que estudió magisterio está ejerciendo realmente como maestro/a? Según los datos publicados por la Conserjería de la Junta de Castilla y León, de un total de 12 602 aspirantes solo pudieron ejercer como maestro/a 1 026, es decir, menos de un 10% pudo trabajar de aquello en lo que, probablemente, quisieron trabajar (ya que magisterio es una carrera muy vocacional).
Me gustaría estar en lo incorrecto con esta reflexión, me gustaría que poco a poco la gente que quiere trabajar en lo que quiere pueda hacerlo, agrandando así sus grados de bienestar y felicidad. Pero el mundo no puede ser de color de rosas. El mundo es injusto y no todos/as podemos hacer todo lo que queramos, siempre habrá factores delimitantes. Por ello, desde mi perspectiva, no está mal el ver el trabajo como un medio para conseguir lo que realmente quieres hacer o conseguir; Y tampoco está mal trabajar en algo que te gusta, solo digo que conseguir ambas cosas es difícil. Por ello, a modo de reflexión final, creo que no deberíamos de focalizarnos en qué trabajo quiere nuestro alumnado conseguir, sino qué metas quieren conseguir. Si quieren un trabajo ideal, o un sueño fuera del trabajo ideal, ayudarlos a planear a conseguir eso que quieren, teniendo en cuenta los factores externos que podrían ponerse en contra a sus sueños, para que así puedan intentar superar estas barreras.
María Daniela Gutiérrez Petit
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn la época que vivimos se nos exige a los jóvenes un gran esfuerzo académico para conseguir un puesto de trabajo. Y cada día somos más conscientes de eso, por lo que si vas a tener que destinar tantos años de tu vida en formación lo preferible es algo que te apasione lo que estudias. Esa creo que es la razón de que esa sea la tendencia de voto.
ResponderEliminarLos votantes que prefieren un buen sueldo no creo que estén en el error, porque probablemente podemos tener un trabajo que no nos apasiona, que cobremos bien y que no nos haga deprimirnos. La realización personal no solo depende del trabajo, uno puede sentirse realizado con otros proyectos o actividades.
Por otro lado, si es cierto que existen ciertos sectores que precisan de unos profesionales con cierto grado de predisposición al oficio que desempeñan. Por que estes requiere un nivel mayor de implicación emocional, como podría ser la docencia.
Sinceramente me parece reduccionista la visión de que todo el mundo ha de intentar trabajar en algo que le apasione. La diversidad de situaciones personales (nivel socioeconómico, estar a cargo de una persona dependiente, neurodivergencias, zona geográfica en la que se encuentre, las oportunidades en la vida, etc.) te pueden imposibilitar el acceso a un puesto de trabajo de en sueño, pero no conseguir esto no es inherente a una vida no plena.
Es cierto, que es necesario que se invierta en la elaboración de unos sistemas de orientación para que el alumnado pueda tener acompañamiento e información en las decisiones. Para que pese a las condiciones determinantes del párrafo anterior conozcan todas las opciones que el sistema ofrece y las ayudas de políticas sociales que disponen a su alcance.
Finalmente, considero que la vocación es un condicionante para el éxito escolar por la predisposición que a porta a la persona frente al aprendizaje, pero no debe ser determinante para una vida plena.