“Se le ve tan dueño de lo que sabe como de lo que no sabe”

Hace algunos años Juan José Millás publicaba un artículo titulado "En la trinchera contra el cáncer" (El País Semanal, 1322, 27 de enero de 2002). En mis clases traslado las reflexiones de Millás y del especialista en Oncología, el doctor Bacelga, porque aspiro a que los profesionales del mundo educativo sean conscientes de lo que saben y, sobre todo, de lo que no saben. A veces nos encontramos con personas que en las múltiples reuniones de trabajo que tenemos a lo largo de un curso académico intervienen por sistema, con independencia del tema que se esté tratando; o bien no son conscientes de su “zona de ignorancia”, o bien les encanta escucharse a sí mismos.

            El estudio de seguimiento "convirtiéndose en sombra" que Juan José Millás realizó del experto internacional en oncología Josep Baselga, no tiene desperdicio. El doctor Baselga es presidente de la American Association for Cancer Research, la mayor organización científica de cáncer del mundo, que engloba a 34.000 miembros de más de 90 países. El prestigioso investigador y clínico señalaba al periodista que hace pactos con sus pacientes y que por eso las "decisiones las tenemos que tomar entre los dos. Los médicos llamamos a ese acuerdo 'alianza terapéutica' y para que sea posible el paciente tiene que saber la verdad y convertirse en un agente activo de su cura. (...) En cuanto a la información, su dueño no soy yo, sino el paciente, y esta idea constituye una de las revoluciones de la medicina moderna. Lo contrario sería tan disparatado como si el director de tu banco te ocultara el estado de tu cuenta cuando está en números rojos. Debe decirte que está en números rojos y luego involucrarse en las soluciones para que salgas adelante". Una idea de la profesionalidad de este médico se ve reflejado en el siguiente comentario de Millás: "Baselga es lo más alejado del médico todopoderoso. Si tiene dudas sobre el tratamiento, las expone con sencillez. Se le ve tan dueño, en fin, de lo que sabe como de lo que no sabe, lo que curiosamente proporciona seguridad al enfermo".

            Los futuros egresados del sistema educativo han de exponer sus dudas cuando desempeñen su profesión y ser conscientes de que no poseen la omnisciencia; deben conocer el alcance de su ignorancia para tratar, en la medida de lo posible, de salir de ella. Y si esto no es factible, han de plantear sus dudas de manera sencilla y clara.


Comentarios

  1. Hola Lidia, estoy totalmente de acuerdo con lo que comentas en este blog. Como bien dices, los docentes debemos tener la modestia y asumir el hecho de que no podemos saberlo todo. Citando al grandísimo Albert Einstein cabe decir que "Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas".
    Por ello, es fundamental que todos trabajemos de forma conjunta para que exista un enriquecimiento mutuo. Todos podemos aprender de todos, incluso de nuestros alumnos.
    Ha sido un placer leerte.
    Lidia González Cabello.

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  2. En relación con el rol del orientador, entiendo que estos - al igual que hace Baselga - deben tomar decisiones de manera colaborativa con el resto de profesionales que trabajan en los centros. Si yo fuera orientador, intentaría despertar el interés de estos profesionales hablándoles de igual a igual, evitando siempre la adopción de un rol de experto. Creo que un buen orientador sabe que no debe ser demasiado pretencioso ni cargar de dudas y trabajo al profesorado. Lo más importante sería que fuera capaz de generar y preservar un espacio de trabajo que permita la colaboración activa mientras se huye de los roles de experto y la omnisciencia.

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  3. Como bien dice la tutora Lidia, a veces nos encontramos con personas que son sumamente "cómodas" o son " ignorantes" de lo que pasa en el día a día, pero siguen de largo, sin plantear las dudas, pasando desapercibido cuando hay un problema.
    Uno de los factores fundamentales hoy en día para los docentes y orientadores, es estar al tanto de todos y cada uno de los problemas o dudas que te suceden, plantearlas y buscar una solución, porque las soluciones no vienen solas.

    Alexsa Castro Martin

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  4. En mi opinión, tras leer este post, estoy de acuerdo, ya que considero que debemos de tener una relación en el caso escrito médico-paciente y llevándolo a la educación se debe establecer la misma relación en cuanto a orientador-docente-alumnos-familias. Ya que así se establecerá un mejor vínculo entre todos así podemos aprender unos de otros mejorando la meta que queremos conseguir.
    Noemí Rosquete Lorenzo.

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  5. Leyendo esta publicación y las aportaciones de Millás y el doctor Bacelga sobre sus prácticas profesionales y cómo se aleja de esa concepción de figura central que sabe todo, me es imposible no vincularlo con el término de participación.
    Durante mi formación, en una asignatura le hemos dado varias vueltas y hemos intentado sumergirnos en lo que es realmente perticipar con diversas aportaciones de autores (que se pueden encontrar en artículos en internet como Hart) y es bastante significativa la cantidad de matices que tiene.
    Desde esta perspectiva, se entendía que la participación es ser parte esencial de algo de forma fundamental (desde su comienzo hasta su conclusión), lo que supone que las personas implicada habrán de formar parte de la toma de decisiones y la responsabilidad de las mismas, tanto en hechos que puedan verse como superficiales como en hechos fundamentales y elementales para el desarrollo del proyecto.
    Todo esto lo he vinculado con lo que se expone sobre las prácticas del doctor y cómo hacía tomar parte de todo el proceso médico a los propios pacientes. Creo que es una cuestión muy interesante, fundamental y muy significativa para el proceso vital de todo individuo.

    Raúl García-Pérez Febles

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  6. Como bien expresa la autora Lidia Santana en esta entrada del blog, es muy importante que los docentes y cualquier profesional sea consciente tanto de sus puntos fuertes como de sus debilidades, ya que, si no somos conscientes de ellas no podremos mejorarlas hasta incluso convertirlas en nuestros puntos fuertes.
    Por otro lado, hay que asumir y tomar con total humildad que dedicarnos a algo en concreto nos hace sabedores de las verdades absolutas, que la sociedad cambia y con ella llegan los avances por lo que los profesionales debemos estar en constante actualización de nuestros conocimientos.

    Haridian Saray González Pérez

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    1. Estoy de acuerdo con el autor del texto, ya que radica que no se puede saber algo con absoluta certeza, incluso en los casos en los que uno cree estar seguro. Pues existe multitud de personas que aunque no sean conscientes de lo que están hablando, siguen haciendo, solo por escucharse, por egocentrismo.

      Debemos de ser conscientes de que no siempre tenemos la razón, y que aprendemos unos de otros. He aquí la importancia de escucharse, de la colaboración en equipo.

      Atteneri Monzón Rodríguez

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  7. Hola Lidia. Es una reflexión muy interesante la que has plasmado en este post.
    El aprendizaje es el elemento central de la enseñanza y no solo se basa en que el maestro enseñe al alumno, sino que también debe ocurrir al contrario y entre los propios docentes. Una persona no puede saber de todo y eso no tiene por qué ser negativo, siempre y cuando busque aprender y sea capaz de reconocer aquello que aún debe aprender.
    Te felicito por tu reflexión. Un saludo, Mixell González.

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  8. En referencia al rol del/la orientador/a, reflexionando sobre lo anteriormente expuesto, creo que sería conveniente recalcar la importancia no solo de las decisiones colaborativas sino de servir de guía durante el camino. Es decir, dar a conocer la información y barajar con el/la participante los posibles caminos que tiene; al igual que las consecuencias que puede acarrear cada una de ellas según la elección que tome. De manera que, la persona se sienta no solo acompañada sino apoyada por alguien, que no le va a juzgar durante el proceso sino que va a ser partícipe omnisciente de cada una de sus decisiones buscando nuevas reflexiones, caminos y respuestas en la persona. Dejando atrás, un poco el papel de experto/a y más el de ser humano.

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  9. Hola Lidia, estoy totalmente de acuerdo con la reflexión acerca de “Se le ve tan dueño de lo que sabe como de lo que no sabe”. Digamos que, por nuestra parte, el lema "el saber no ocupa lugar", se ajusta perfectamente. Como orientadores, debemos ser conscientes de que el alumno nos enseña día a día, de que no nacemos sabiéndolo todo y de que nos encontramos en continuo aprendizaje mutuo.

    Marta Concepción Concepción.

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  10. Totalmente de acuerdo! Muchos docentes tienen demasiado ego para reconocer que no son perfectos y que cometen errores. Lo peor, no solo no lo reconocen sino que son incapaces de escuchar consejos de otros pofesionales.

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  11. Bajo mi perspectiva, el elemento que más ha resaltado de esta publicación es la frase "deben coocer el alcance de su ignorancia para tratar, en la medida de lo posible, de salir de ella". Es muy difícil conocer hasta qué punto nuestra ignorancia destaca por ser de nivel alto o bajo, puesto que somos las propias personas quienes ponemos valor a nuestra capacidad de razonamiento. Depende de nosotros/as el querer tener en cuenta la apreciación que otros/as puedan tener sobre nuestra persona y los motivos por las que tomemos una determinación u otra.

    Por otra parte, la ignorancia es un concepto ambiguo, ya que el/la ignorante puede llamar "ignorante" a una persona informada, y que además, la razón le sea dada al/la que más apoyo reciba y no al argumento analizado y justificado debidamente. La sociedad determina, por medio del voto y mediante la presión colectiva, al argumento válido y al argumento ignorante.

    Concluyo mi respuesta con esta pregunta: ¿qué persona es menos ignorante: quien niega serlo o quien reconoce su ignorancia? La mayoría de nosotros/as abogamos por lo segundo, sin embargo, se vive en mayor medida el impacto de lo primero.

    Apsara Wadhwani Ramírez

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  12. En cualquier ámbito profesional se hace necesario que desarrollemos una consciencia autocrítica tanto de nuestras debilidades como de nuestras fortalezas. Esto también es, tener en cuenta lo que entra dentro de nuestras capacidades y lo que escapa de nuestras posibilidades en ciertos momentos. Partir del desconocimiento reconocido nos permite explorar aquello que no tenemos asimilado como querríamos desde un enfoque más práctico y realista. Además mejora las relaciones laborales y personales, ya que muestra nuestro lado más humano, reflexivo y exigente. Al fin y al cabo, todos somos ignorantes en determinados aspectos, y alardear de lo contrario solo genera rechazo en las personas que perciben esa impresión que busca aparentar. Ser sinceros con nosotros mismos y humildes en nuestra práctica fomentará un clima de confianza y cooperación entre los miembros de un mismo ámbito profesional.

    Natalia

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  13. Después de haber realizado una lectura del post propuesto, se ha reafirmado mi creencia de
    que los profesionales necesitan identificar las propias capacidades y los propios conocimientos que poseemos respecto a los diferentes ámbitos que conforman su labor. En este caso, se hace referencia al ámbito profesional médico, en el que, como señala Baselga, no debemos tener miedo o sentirnos incompetentes por no saber o conocer un aspecto en cuestión, lo que podemos trasladar a otros ámbitos, como por ejemplo la educación. Por ello, es fundamental lo que comentaba la compañera en su presentación. Que se cree un espacio de colaboración entre los profesionales y que ellos mismos sean capaces de investigar en sus propias prácticas, asumiendo así las posibles dificultades o problemas que puedan presentar, y fomentando así la acción de pedir ayuda o ser enseñados por entes externos.
    Miriam

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  14. Mi padre desde pequeña me ha dicho dos palabras que me han ayudado mucho en mi trayectoria vital: "no sé". No es malo, desde mi punto de vista, admitir desconocimiento hacia uno o varios temas, es más, me parece enriquecedor el poder adquirir nuevos conocimientos, ya que esto ayuda a crecer y evolucionar como persona. Asimismo, adoptar una postura de "me lo sé todo", te cierra puertas en cuanto a aprender y en sí a la vida en general. Personalmente, considero que es mejor decir no lo sé, me informaré sobre ello, posteriormente, daré opinión al respecto, e incluso consultar a otros profesionales, ya que, creo que en la sinergia está la clave para evolucionar.

    Dayda Tejera González

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  15. Considero, que este fragmento podría sernos muy útil en nuestra futura profesión y en nuestra labor profesional, puesto que, en la educación del alumnado nosotros tenemos que ser agentes activos en la educación del alumnado y debemos orientarles y guiarles hacia el aprendizaje, proporcionándoles las herramientas y la información necesaria, sin embargo, son ellos mismos los que toman las decisiones.

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  16. Hola Lidia, ha sido muy interesante leer lo que comentas en el blog. Lo relaciono con la humildad de hablar de lo que sabes, de mantenerte en silencio cuando no conoces algo, de preguntar a tus alumnos aspectos que no dominas, de dejar al lado la figura de profesor que cree que lo sabe todo y abrirte al enriquecimiento de nuevos conocimientos que te pueda aportar tu alumnado, especialmente si hay diversidad cultural e ideológica.

    Saida Chemlal El Yamani

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  17. Me parece muy interesante la idea principal de esta publicación porque considero que los buenos profesionales son los que están abiertos al aprendizaje, se interesan por seguir formándose y sienten curiosidad por indagar tanto en temas conocidos, como en aquellos temas que no conocen tanto. Nadie nace sabiéndolo todo y como dicen por ahí, todos los días se aprende algo nuevo. Considero que es importante no tener miedo de reconocerse ignorante en algunos aspectos porque esto te da la oportunidad de crecer cada día. Saber escuchar y trabajar en equipo es una de las mejores maneras de desaprender aquello que ya está obsoleto, complementar los conocimientos que ya poseemos e introducir nuevas ideas y conceptos que potencien nuestra labor como profesionales.

    Karol Ramírez

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  18. Bajo mi punto de vista, estoy de acuerdo con el blog, puesto que nacemos "ignorantes" y es a lo largo de la vida cuando nos enriquecemos de conocimiento gracias a lo que estudiamos y experimentamos. Sin embargo, no podemos caer en el error de ser egoístas y pensar que por nosotros mismos llegaremos a "saberlo todo". De ahí la importancia del trabajo colaborativo y cooperativo que nos ayudará a enriquecernos tanto profesional como personalmente y de manera mucho más prácticas.

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  19. Teniendo en cuenta lo anteriormente leído en este blog, es importante que, como docentes y orientadores, tengamos en cuenta que no podemos poseer toda la información y para ello, es necesario realizar una colaboración con el resto de nuestro grupo de profesionales.
    Como bien comenta Baselga, las decisiones hay que tomarlas en pareja y por ello, todo los profesionales tiene que tomar las decisiones conjunta.
    Del mismo modo, cada profesional tiene que ser capaz de analizar sus propias prácticas para conocer sus virtudes y debilidades.

    Daniel J. Cabrera Hernández.

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  20. Totalmente de acuerdo con el post Lidia, y me incluyo dentro del grupo de personas que, a veces, creen saber más de lo que saben. Lo importante es reconocer la ignorancia y trabajar para vencerla, partiendo de nuestras carencias para crear nuevos conocimientos, pues, ¿quién no ha sido alguna vez novato en algo?

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  21. Estoy de acuerdo con el autor del texto, ya que radica que no se puede saber algo con absoluta certeza, incluso en los casos en los que uno cree estar seguro. Pues existe multitud de personas que aunque no sean conscientes de lo que están hablando, siguen haciendo, solo por escucharse, por egocentrismo.

    Debemos de ser conscientes de que no siempre tenemos la razón, y que aprendemos unos de otros. He aquí la importancia de escucharse, de la colaboración en equipo.

    Atteneri Monzón Rodríguez

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  22. Hola Lidia, me quedo sin palabras ante este post. Como bien se incide en él, cabe destacar la importancia que se debe atender en mantener una buena relación entre toda la comunidad educativa. Me ha gustado la relación que hace Baselga, en su caso en función de la medicina, en el nuestro haciendo mención al campo educativo, con el no tener miedo a saber y conocer nuevas prácticas, así como a dotarse de nuevos métodos para siempre localizar una buena solución ante cualquier miedo que pueda existir. Para ello, el papel del orientador/a es imprescindible, ya que es la persona que guiaría en el proceso de búsqueda de una solución y conllevar a toda la comunidad a una mejora de calidad educativa. Es clave lo que este post comenta sobre convivir y conllevar el trabajo colaborativo junto el resto de la comunidad, con todas las personas en el centro siempre mediante la red comunicativa.

    Laura Gil Expósito

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  23. Siguiendo en la línea de lo que dicen mis compañeros, es necesario destacar la importancia de la lectura en nuestras vidas y en nuestro día a día. Leer, es una de las mejores habilidades que podemos adquirir. Ella nos acompañará a lo largo de nuestras vidas y permitirá que adquiramos conocimiento, y que entendamos el mundo y todo lo que nos rodea. Desde bien pequeños nos enseñan las letras y palabras en la encomiable (y necesaria) acción de la enseñanza. Todos somos capaces de recordar esos primeros momentos de lectura y quién estaba a nuestro lado para enseñarnos (profesores, familiares…), sin llegar a darnos cuenta de la importancia que ello tenía. En relación a los nuevos avances tecnológicos frente a el olvido de la lectura, estoy totalmente de acuerdo contigo Lidia, ya que cada día influencia más en los niños, porque desde bien pequeños en vez de ponerles un libro, les ponen un videojuego, fomentando así que el niño crezca con ese mundo.

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  24. Siguiendo en la línea de lo que dicen mis compañeros, es necesario destacar la importancia de la lectura en nuestras vidas y en nuestro día a día. Leer, es una de las mejores habilidades que podemos adquirir. Ella nos acompañará a lo largo de nuestras vidas y permitirá que adquiramos conocimiento, y que entendamos el mundo y todo lo que nos rodea. Desde bien pequeños nos enseñan las letras y palabras en la encomiable (y necesaria) acción de la enseñanza. Todos somos capaces de recordar esos primeros momentos de lectura y quién estaba a nuestro lado para enseñarnos (profesores, familiares…), sin llegar a darnos cuenta de la importancia que ello tenía. En relación a los nuevos avances tecnológicos frente a el olvido de la lectura, estoy totalmente de acuerdo contigo Lidia, ya que cada día influencia más en los niños, porque desde bien pequeños en vez de ponerles un libro, les ponen un videojuego, fomentando así que el niño crezca con ese mundo.
    ALEXSA CASTRO MARTIN

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  26. Es un tema complejo, porque es una atrevida acción que muy pocas personas hacen. ¿Quién es capaz de reconocer sus limitaciones o hasta dónde llegan sus conocimientos? Las palabras del doctor son sabias, pero no sólo por ser doctor, y poder pensar que sus conocimientos podrían ser superiores, sino porque denota gran empatía y calidad humana, las cuales son habilidades que deberían ser inherentes en el ser humano, pero que, tristemente no lo es. Creo que todos los profesionales, de cualquier ámbito o sector, deberían de poseer este rasgo tan necesario, y en lo que atañe a las personas que ejercen por la parte educativa, ya sea formal o no formal, debería de ser un requisito indispensable, para que, de esta manera, se pudiera llegar a todas las personas que precisaran de este perfil guía, pues el educador, profesor, maestro, orientador etc. y resto de personas que conforman este " departamento educativo", tiene como objetivo el crecimiento de quien lo precise, por ello, una formación constante, y un poco de humildad, haría que en este mundo, hubiera más gente como el doctor Juan J. Millás.

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  27. El tema de reconocer la ignorancia propia sobre algo no suele ser agradable en la sociedad en la que vivimos, nadie esta preparado para admitir que sabe menos que alguien, mucho menos en la sociedad que vivimos donde todo parece ser una competición de a ver quien más. Debido a esta forma de vivir tan poco social, o simplemente contraria a lo que debería ser, muchas personas creen que admitir que no saben algo los pone en un punto de inferioridad con respecto a otros. Todo ello deriva en que, en muchas situaciones, las personas tratemos de dar respuestas que no tenemos en muchas ocasiones simplemente por "quedar bien".
    En relación al campo de la educación, el profesorado debería admitir mas veces que no lo sabe todo, siguiendo el ejemplo del doctor Juan J. Millás. De esta manera se generaría un clima en el aula donde el alumnado siente que el docente también puede aprender de ellos, y que no tienen todas las respuestas a absolutamente todos los temas, porque solo de esta manera lograremos una sociedad más justa, donde prevalezca el ayudar antes que el competir y donde el sentimiento de pertenencia al grupo tenga más importancia que la individualidad.

    Julián Alesander González Ramos.

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  28. Es necesario aprender de otras personas para poder enriquecernos tanto profesional como personalmente. Por ello, ir de “sabelotodo” y siempre demostrando que eres el o la mejor en todo y que no necesitas la ayuda de nadie, no te hará prosperar y poder alcanzar tus objetivos. Centrando esta idea en la educación, el papel que juegan tanto los compañeros y compañeras de trabajo, como el alumnado, es muy importante, ya que todos y todas vamos a aprender de las personas que nos rodean, pudiendo alcanzar conocimientos muchos más enriquecedores y profundos. Tal y como expone Lidia Santana Vega y la mayoría de personas que han comentado en este post, es muy importante evitar el rol de experto que nunca se equivoca y conocer en profundidad tanto nuestros puntos fuertes como los débiles para así poder desarrollar cualquier labor de la mejor manera posible.

    Carla Negrín Arbona

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  30. Con respecto a mi opinión de la publicación escrita por la profesora Lidia en este blog, considero que es un planteamiento muy acertado, ya que desde el sistema educativo no vamos a crear “máquinas perfectas” que almacenan la información y tienen respuesta a todo. En cuanto a la relación entre el médico-paciente es un gran ejemplo que de igual forma se puede llevar a cabo en los centros educativos haciendo referencia a la relación entre escuela-familia dado que si en este vínculo la relación es mutua se pueden dar respuesta o solución a los problemas que se les planteen.
    Yohaly Vargas Pérez

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  31. Después de hacer realizado una lectura, estoy de acuerdo con el autor del texto, ya que suprime la idea de que no por saber más de algo te hace ser mejor y siempre tener la razón sin escuchar los consejos de los demás y por eso aparece el egocentrismo.
    Por lo que, se debería de fomentar el trabajo colaborativo, donde podemos ir aprendiendo unos de otros y al mismo tiempo escuchar diferentes opiniones, las cuales nos podrían ayudar en algún momento.
    Lilia Jesabel León Martín

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  32. Es curioso como intentamos salvaguardar nuestras apariencias ante las opiniones y/o críticas de los demás. Tal como se expresa en esta publicación, muchas veces nos rehusamos a expresar libremente aquellas cosas que no sabemos o que no hemos profundizado lo suficiente, no sólo en el ámbito profesional, sino también en el personal. Ciertamente considero que, como profesionales de la educación, no sólo debemos prestar atención a los conocimientos que poseemos y/o que podemos transmitir, sino los valores y principios que podemos demostrar ante todos, con una actitud honesta y realista. Admitir que no sabemos algo, es quizás lo que nos hace más sabios y conocedores de nosotros mismos. Pero, por supuesto, no podemos quedarnos “atascados” en ese punto de incertidumbre y/o ignorancia. Debemos tener una actitud proactiva, de indagación y de mejora para poder enriquecer nuestros conocimientos, y en general, crecer como persona.

    Elizabeth Martín Izquierdo.

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  33. Respuestas
    1. Tal y como se comenta en el post, es fundamental ser conscientes de nuestras limitaciones, pero no solo para ejercer como profesionales de la educación, sino que también debemos aplicarlo en la vida cotidiana. En los últimos tiempos, con el crecimiento de las redes sociales se ha podido observar la cantidad de personas que opinan acerca de un tema sin realmente ser expertos o simplemente conocedores de esa temática. No debemos caer en ese sin sentido.

      Con respecto al artículo, resulta inevitable no comparar la relación del doctor Baselga y sus pacientes con el nuestro con el alumnado, docentes o familias. Queda claro que debemos ejercer nuestra profesión con honestidad para ofrecer al usuario soluciones coherentes y proporcionarle seguridad.

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  34. Estoy muy de acuerdo con el tema que se aborda en este post y con la visión que tienen ambos profesionales acerca de cómo atender a las personas para las que trabajan.
    Creo que es muy importante conocer nuestros límites y reconocer nuestra ignorancia para poder desarrollar nuestra labor, de manera honesta y apropiada. Además, admitir la ignorancia es el primer paso hacia la adquisición de nuevos conocimientos.

    Sayen Jorge Rodríguez.

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  35. La reflexión realizada por la docente resulta enriquecedora en sí misma. En relación con la temática expuesta, se podría considerar que el carácter omnipotente que manifiestan algunos/as profesionales se debe mayoritariamente al efecto que tienen las expectativas que vuelca la sociedad sobre ellos/as. En muchas de las ocasiones, es el/la propio/a profesional el/la que adopta el rol de experto/a y se comporta y actúa acorde a lo que se espera de él/ella en determinadas situaciones. Es por ello que, a algunos/as profesionales, les cuesta admitir y manifestar sus limitaciones.
    En el ámbito profesional, pareciera que se debe ser solvente en términos absolutos, puesto que aparentemente solo en estas condiciones se puede desempeñar el ejercicio de la profesión con la calidad que se requiere. Sin embargo, lejos de lo que se pudiera pensar, el hecho de que el/la profesional acepte sus limitaciones conforma un acto de calidad profesionalidad que lo/a ilustra como competente en su área de conocimiento. En este sentido, se deben desmitificar las concepciones asociadas al rol de experto/a, dado que este no es omnipotente y su calidad estriba en reconocer cuáles son sus limitaciones y aceptarlas como elementos a mejorar.
    Si cada profesional (incluido el profesional educativo) expusiese con honestidad sus dudas y lagunas, se adoptarían decisiones profesionales más acertadas y adecuadas.
    Elaborado por Sibisse Machado Hdez

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  36. Buenas Lidia, de esta reflexión cabe destacar primero que nada que debemos ser agentes activos de la educación, que debemos estar involucrados y saber ver el problema o la dificultad. También hay que saber ayudar y no de manera individual sino de manera conjunta, colaborando con las familias, el equipo docente, otros profesionales, etc para encontrar la solución adecuada.

    A continuación me gustaría destacar que antes de orientadores/as, docentes o cualquier persona activa en la educación somos PERSONAS y como tales no lo sabemos todo y por ello no somos mejores o peores, decir "no lo sé" no es algo negativo y es de lo más común y corriente. Cada centro, cada alumno o alumna es diferente y no todo sirve para todos/as, así también es como nos nutrimos a través del desconocimiento. Lo importante es seguir informándose y formándose haciendo uso de las herramientas y competencias que se tienen para hallar dicha solución conjunta, haciendo participe al resto (familia, docentes, el propio alumnado...).

    Para cerrar me quedo con la frase encontrada en su reflexión que dice: "Aspiro a que los profesionales del mundo educativo sean conscientes de lo que saben y, sobre todo, de lo que no saben”.

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  37. La reflexión que plantea este post me ha recordado:

    1- las palabras que me dijo una vez un profesor: "educar es guiar a la persona para deconstruirse y volver a construirse. Para lograrlo, los/as profesionales de la educación debemos empezar por deconstruirnos a nosotros/as mismos/as". Creo que esta es la clave para ser un/a profesional excelente, ser capaz de autoevaluarse para conocer aquello en lo que se está errando y trabajar para mejorarlo.

    2- La entrevista de Marta Ferrero (El Mundo, 2021), en la que hablaba de la tendencia en el ámbito de la educación a aplicar cualquier práctica innovadora, como si fuera una moda que todo el mundo trata de seguir, sin contrastar con evidencias científicas. Un claro ejemplo es el uso de las TIC en las aulas. Se emplean sin tener en cuenta si el alumnado será capaz de adaptarse, si el/la docente cuenta con los conocimientos necesarios para manejarlas o si su aplicación favorece realmente el proceso de aprendizaje.


    Sara Santana López.

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  38. Tras leer con detenimiento este post, puedo asegurar que estoy totalmente de acuerdo con lo que redacta la profesora Lidia Santana, pues como bien expone, los profesionales de la educación deben conocer y reconocer lo que saben y lo que no, ya que si aparentamos saber todo, nunca nos explicarán o nos molestaremos en aprender lo que realmente no sabemos, consiguiendo con esto ser unos mal informados. No obstante, creo que no solo los profesionales que intervienen en la educación deben actuar de esta manera, esto debe tenerlo en cuenta cualquier persona, ya que es innecesario e incoherente mostrar falsos conocimientos. Sin embargo, en la sociedad en la que vivimos donde todo es una competición de a ver quién es mejor que el otro, esta reflexión es insuficiente. Lo ideal sería que la humanidad se vuelva más honesta consigo misma y, solo así, se lograría una sociedad más culta y menos incompetente.

    Bárbara Saray Pérez Pérez

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  39. Desde mi punto de vista, y haciendo referencia a idea de esta entrada de blog, considero que como profesionales es necesario ser conscientes de nuestras carencias y necesidades formativas, puesto que es nuestra obligación garantizar una intervención de calidad. Además, el conocimiento y la información cambia con el tiempo, por ello considero que es muy importante adoptar una actitud motivadora para encontrarse actualizado.

    Cristina Herrera Vera

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  40. Tras leer este post me doy cuenta de que esta reflexión debería leerla cualquier profesional del ámbito que sea, me quedo sin duda con la parte de su último párrafo en la que dice: “deben conocer el alcance de su ignorancia para tratar, en la medida de lo posible, de salir de ella. Y si esto no es factible, han de plantear sus dudas de manera sencilla y clara”, creo que además de hacerte un mejor profesional, te hace humano, ya que no conocemos todas las respuestas para todo, como bien dice el refrán “El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”.
    También veo muy interesante y además le veo una relación con la psicopedagogía, es la parte en la que habla de hacer pactos con sus pacientes, ya que nosotros como posibles futuros orientadores tanto laborales como educativos vamos a tener que trabajar con otra persona, y vamos a tener que trabajar mutuamente para que esa persona pueda elegir el mejor camino posible.

    Diego Rodríguez Garrido

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  41. Estos tipos de blogs refrescan bastante para darnos cuenta en la sociedad en la que vivimos. Es bastante cierto con lo que se menciona en este blog, ya que, nosotros como profesionales debemos estar siempre como esponjas logrando de superar nuestras metas y miedos para crecer en todos los ámbitos y no quedarnos en la ignorancia. No podemos saberlo todo ya que nosotros debemos equivocarnos para poder superarnos cada día pero siempre con actitud de querer superarse. Como dice Henry Ford: ¨El fracaso es la oportunidad de empezar de nuevo, con más inteligencia¨. Sabiendo esto, es la clave para convertirnos en lo en los próximos profesionales que descubramos la cura para muchas enfermedades, crear mejores generaciones, entre otros.

    Ma. Fernanda Clot

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  42. Estoy totalmente de acuerdo con lo que se expone en este blog. Como bien se menciona en el texto, no lo podemos saber todo, por ello es mejor aprender que enseñar y buscar respuestas a todo. Por tanto, necesitamos aprender de otras personas para enriquecernos.

    Laura Armas Alba

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  43. Como bien dice Millás, todos deberíamos mostrarnos como profesionales dueños de lo que sabemos, pero también de lo que no. Creo que, como futura docente, uno de los mejores aprendizajes que le podría transmitir a mis alumnos y alumnas es esta idea, admitir que no soy dueña ni conocedora de todos los conocimientos del mundo, y eso está bien. Lo importante es saber implicarse y comprometerse a seguir aprendiendo y formándonos.

    Davinia Sierra Beltrán

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  44. Totalmente de acuerdo con lo que se señala en el texto, ante el conflicto o problema, las personas implicadas en él, deben ser transparentes y sinceras, con el fin de buscar una solución que beneficie a la parte afectada. Cuando no existe transparencia, puede que las soluciones encontradas no vayan a resolver el verdadero conflicto.
    Marina Santiago Medina

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  45. Estoy de acuerdo con lo planteado. Para que un profesional pueda ayudar a una persona, debe haber transparencia, es decir, se debe hablar de las cosas negativas y positivas de la intervención o del tratamiento para así tener en cuenta todos los aspectos y abordarlos de una manera óptima. La alianza terapéutica refuerza la relación psicólogo-paciente, lo que hace que el proceso de cambio sea bajo un buen entendimiento y confianza.
    De modo que los docentes deben asumir ese hecho de que no lo saben todo y que por ello no son vulnerables, al contrario. Para ello, es muy importante que el docente no asuma un rol de superioridad frente a los demás, sino que la enseñanza se trata de transmitir todo aquello que queremos hacer llegar a los alumnos, y además, aprender de ellos, aunque para eso, se debe tener una mente abierta, con ganas de aprender cosas nuevas y desconocidas cada día.


    Noelia Ramos Luis

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  46. Muchas veces el ser humano recae en la ignorancia o el desconocimiento y se esfuerza de sobremanera en ocultar dicha carencia de dominio en algún tema, ya sea mediante una cortina de discursos con grandes palabras pero de contenido vacío, o con soberbia evitando reconocer su desconocimiento. El profesional educativo, como aquel profesional de otras ramas (la medicina por ejemplo), no está exento de vivir dicha ignorancia frente a un tema que se le plantea, pero es su compromiso, con sigo mismo, con su vocación y el ser educador que tiene en su interior; el reconocer dicha ignorancia e ir más allá, buscar aquella información de la que no dispone y subsanar la carencia que presentaba. Fomentando lazos con quien se trabaja, e incluso, haciéndolo partícipe de este proceso, del cual, seguramente ambos se nutran. Es preferible ser sincero y cercano con aquellos con los que se trabaja acerca de unas revertibles limitaciones, como la ignorancia, antes que crear una barrera de soberbia y elocuencia vacía que distancia y difumina futuros mensajes y conocimientos que no calaran en aquel alumnado, trabajador o persona que lo escucha.

    Jesuan Montesdeoca Perozo.

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  47. Yo creo que existe una creencia generalizada de que nos creemos con todos los conocimientos de todas las materias y todos los temas del "mundo mundial". Y probablemente uno de las justificaciones de esta creencia ha sido avivada por la facilidad con la que podemos acceder al conocimiento gracias a las TIC. Citando a Bertrand Russell, encontramos que "El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas". Personalmente creo que no es mejor profesional aquel que no duda nunca, aquel que no es capaz de decir "pues ahora mismo no sé la respuesta, pero lo investigo y te contesto". En el proceso de búsqueda de la información despertamos habilidades y destrezas que alimentarán nuestro intelecto y que serán los cimientos para nuevos conocimientos.

    Paloma Martos Martín

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  48. Me encuentro en total acuerdo con lo planteado. La mayoría de veces llegamos a sentir vergüenza e incluso miedo a mostrar nuestro poco conocimiento ante un tema, en vez de afrontar la dificultad y pedir ayuda a los profesionales correspondientes para solucionarlo.
    Es muy importante que esto no ocurra en el profesorado, ya que son los responsables de formar a personas que no tienen conocimientos previos de lo que trabajarán, por lo que para ellos la opinión de sus docentes siempre será la correcta. Ante estas situaciones es preferible reconocer la ignorancia hacia lo planteado y comentarles que buscarás la respuesta con detenimiento para darles la mejor información posible.
    Todo ello no solo formará adecuadamente al alumnado sino que mejorará las relaciones personales entre ellos y el profesorado a causa de cambiar la imagen que tenían de docentes soberbios y poco cercanos, a sinceros y comprometidos con su labor.

    Laura Alonso Pérez.

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  49. La ignorancia de los docentes puede ser una oportunidad para reconocer su falta de dominio en el tema y aprovechar para conocer más del mismo, siempre que se tenga la suficiente madurez emocional. El problema radica en la citada “omnisciencia” que creen poseer muchos docentes con respecto a la información que manejan, que no es más que un abuso de poder y una especie de endiosamiento por su parte. Efectivamente, la información nos sirve para tomar las decisiones más adecuadas, y acaparar o no compartir dicha información no beneficia a ninguna de las partes.
    Por tanto, cuanto más humilde y transparente sea la educación, mejor, tanto para los estudiantes como para los docentes.
    Juan Manuel G. Segurado

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  50. Plenamente de acuerdo con lo que se plantea en el texto. Es importante saber reconocer cuando no tenemos los conocimientos necesarios acerca de un tema, porque si admitimos que sabemos y no es así, como docentes quedaremos como ignorantes y no estaremos siendo sinceros con nuestro alumnado. Es importante tener autocrítica y ser transparentes en los que podemos ayudar o no. Por ende, es importante tener en cuenta la información que nos dan profesionales de otros ámbitos, para poder tener una opinión más contrastada y útil.
    Sergio Expósito Rodríguez

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  51. Estoy totalmente de acuerdo con el Post. Las personas tendemos a no exponer la falta de conocimiento que tenemos en algunos campos, siendo esto perjudicial a la hora de orientar, en nuestro caso, a las personas. Si nos centrásemos en aceptar que, en algunos campos o ámbitos no tenemos formación o información, y en normalizar que no debemos tener conocimiento acerca de todo, podríamos empezar a pedir ayuda o consejo a otros/as profesionales y así orientar de manera correcta a todo aquel que lo necesite. En cuanto al campo educativo, es por lo comentado en el Post que, podemos observar de la importancia de trabajar de manera colaborativa, exponiendo las dudas e ideas, y así lograr una educación de calidad.

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  52. Ciertamente, existen multiplicidad de personalidades, pero ninguna resalta más, que aquella que cree conocer acerca de cualquier índole, pero que además da lecciones acerca de ella, sin realmente fundamentar sus conocimientos.

    La ignorancia es atrevida, pero si se utiliza para bien, si se fomenta una actitud proactiva ante la búsqueda de soluciones, una actitud de iniciativa hacia la búsqueda de un aprendizaje válido, verdadero y que enriquezca a una persona, tanto para sí misma (en lo personal) como en lo profesional, crearemos una comunidad de enseñanza aprendizaje, en la que cada quien sea honesto y consciente de sus limitaciones y se deje asesorar/ llevar por aquellas que sí conocen y suplan o subsanen esa carencia de otras personas.

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  54. Cicerón dijo “no me avergüenza confesar la ignorancia de lo que no sé”, esto resulta fundamental en cualquier orden de la vida. Es cierto, nadie quiere reconocer que es ignorante, porque eso implica ya no solo exponerse al escarnio social, sino también requiere pasar tiempo consigo mismo reflexionando acerca de lo que sabemos cómo de lo que no, y nadie está dispuesto a parar y tomar perspectiva, porque ello significa que hay cosas que no conocemos, es reconocer que erramos y somos humanos, y para ello hacen falta grandes dosis de valentía, sensatez, coherencia y sobre todo honestidad, y eso es algo chapado a la antigua, eso es algo imperdonable y aberrante en esta sociedad tan mundana, tan arrogante, tan ordinaria, tan volátil, en definitiva, tan líquida.
    A la ignorancia se le atribuyen ciertos asuntos y uno de ellos es el error, algo injustificable dentro de cabezas tan simplonas como las nuestras, por eso la sociedad, nosotros, configuramos un sistema en el que se castiga severamente el error, pero sobre todo, se encubre con gran habilidad, y en ello es algo que estamos participando de forma consciente o no los profesionales de la educación, se están educando a las nuevas generaciones para no sufrir el fallo y evitar la frustración, cuando esta es algo esencial para el adecuado desarrollo humano, es algo natural confundirse, pero grandioso y muy humano rectificar y mejorar para no volver a incidir en el mismo, algo similar ocurre con la estulticia, o dicho de otro modo, la ignorancia, es imprescindible aceptar que es lo que no sabemos y tomarlo como punto de partida para progresar porque el problema en sí, no es el error o la ignorancia, sino utilizarlos para justificarse, o compadecerse, esto se entiende de forma fácil, no es malo a priori, que un R2 del servicio de urología no sepa diferenciar entre una infección o la vejiga neurógena, sino que lo utilice para no trabajar, para no aprender, para dar lástima, porque así nunca se puede llegar ser un buen profesional.
    ¿Sabemos cuál es la diferencia entre ese médico y nosotros, los profesionales de la educación?, que consideramos que es inaceptable que últimamente ese médico, ese urólogo, por ejemplo, no trabaje de forma multidisciplinar con otros especialistas y esté al tanto de las últimas investigaciones, cosas que nosotros, profesores, pedagogos y demás expertos en educación, nunca hemos llegado a interiorizar eso, e incluso nos jactamos porque somos los más listos, ¿no?, lo que realmente somos unos catetos cuando actuamos así, y por desgracia, ocurre muy a menudo, nos empeñamos en trabajar de forma individual, cuando debería ser todo lo contrario, debería ser un entramado, un sistema abierto, en el que todos nos retroalimentamos de todos, todavía es peor cuando trabajamos en base a opiniones, supersticiones, cuando tendría que ser al contrario, la investigación debería ser un elemento esencial en este profesión, no podemos combatir ese sentimiento que nos impulsa a sentar cátedra, si nosotros mismos no aceptamos que no estamos actualizados, que desconocemos muchas cosas, y que las verdaderas mejoras y el impacto positivo de las mismas se produce gracias a reconocer esa ignorancia y esforzarse en dejar de ser ignorantes, en dar una solución óptima a la misma.

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    1. Tampoco se puede frenar esa imprudencia, o esa mezquindad, de creerse conocedor de todas las materias del saber, sino somos conscientes los nuevos egresados que no tenemos las fórmulas universales, que debemos y tenemos la obligación moral de escuchar las voces de la experiencia porque ellas siempre tienen mucho que aportar y dejarnos de tanto discurso vacuo, que resulta vital que tengamos presentes que para realizar un cambio significativo a lo largo del tiempo debemos contar con todos.
      Como dice Lidia y Juan José Millás “Se le ve tan dueño de lo que sabe cómo de lo que no sabe” y esto debería ser un recordatorio para todos de trabajar conjuntamente, como ya he dicho, pero sobre todo para los pedagogos, no podemos aislarnos en nuestros despachos amparándonos en la normativa vigente, que debemos ser conocedores de la verdadera realidad que rodea el contexto educativo en el que estemos, no lo que queramos creer conocer para aplicar nuestras medidas, sino lo que realmente hace falta, y relacionarnos con todos los agentes sociales que participan.
      Ya no solo los pedagogos sino todos, debemos trabajar así porque creo que es la una buena manera de presentarnos como profesionales cercanos, ya que al tiempo que todos estamos respondiendo de forma concienzuda a las problemáticas, además demostramos a través de la acción que no somos todopoderosos y que no lo sabemos todo, que necesitamos de la comunidad y de la investigación, y que al igual que ellos siempre estamos indagando, evaluándonos porque no nos conformamos y queremos mejorar, por lo que debemos ser cabales y saber que no podemos decepcionar a nuestros “pacientes”, lo que nos debería obligarnos a asumir de una vez por todas, que no podemos ser ilustres ignorantes que aparentamos saber cuando en realidad no es así, puesto que nuestra labor responde no a intereses materiales sino a cuestiones elevadas, lo que implica por un lado, que no podemos supeditar la educación a modas pasajeras sin fundamento alguno y por otro, la condición inapelable de imbuirnos del verdadero espíritu de esta profesión, porque si el médico te puede salvar de la muerte física, nosotros podemos salvar la del espíritu y eso es tremendamente importante, como dice mi profesora de evaluación de los sistemas educativos “ una persona bien formada es una persona feliz”.
      Por lo que ahora cuando nos enfrentemos a situaciones tan desagradables, como la de tener que padecer a esos petulantes, sea en cualquier circunstancia de nuestra vida, en vez de enfadarnos podemos tomarlo como ejemplo de lo que los profesionales de la educación no debemos ser jamás, así como un reto, porque si algo ha puesto de relieve vivir en una pandemia en mitad de la sociedad de la información hiperconectada y globalizada, es que uno de los grandes retos a los que se enfrenta la educación del s.XXI es la sobre información, que en algunos casos produce, esta ignorancia, es una paradoja, pero como indica distintas investigaciones este exceso de información es mucho peor que la propia ignorancia, ya que muchas veces hay personas que aunque tienen un acceso en tiempo récord a la información al no tener, en algunos casos, las competencias necesarias para descodificar las claves que tiene el conocimiento veraz, por lo que si queremos enfrentar esa ignorancia, aparte de todo lo dicho en párrafos anteriores, también debemos incidir no solo en tener acceso, ya que este sin una formación adecuada no sirve de nada, sino en desarrollar acciones a nivel macro y micro estructural para evitar estas dinámicas perjudiciales.
      Para concluir, creo una posible solución para intentar combatir esta tendencia, tan alza últimamente, los profesionales de la educación tenemos que trabajar de forma contextualizada, dando respuesta a los problemas de nuestro tiempo, como el manejo de la TIC, y cooperativa, teniendo como base, entre otras, la investigación y la reflexión, desarrollando un sentido de pertenencia a la profesión.

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  55. Estoy de acuerdo con lo planteado en el post, considero de suma importancia poder reconocer las faltas y lo que se desconoce, pues solo es desde esta posición donde se puede aprender y descubrir. Es la curiosidad por lo novedoso lo que incentiva el aprendizaje y la capacidad de poder entender y aprender no solo de la teoría sino tambien de las experiencias y de las vivencias del otro. Esto parte del autoconocimiento, la reflexión y la verdadera capacidad para poder reconocer y transformas las falencias.

    Maria Paula Cely Sánchez

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