Gratitud: el valor de apreciar lo que otros hacen por nosotros

En la era de las prisas y de la falta de sosiego no somos conscientes, o sí, de que nos olvidamos de mostrar gratitud  a las personas que, de manera directa o indirecta, han hecho algo por nosotros; como ocurre con otros valores la mejor manera de inculcarlo es a través del ejemplo. Una anécdota personal me permite ilustrar la importancia del sentimiento de gratitud para quien lo emite y para quien lo recibe. Con este post devuelvo, de alguna manera,  las muestras de gratitud de la que fui objeto hace unos años.
Corría el mes de abril de 2009, curiosamente el mes en el que nací, y entre la multitud de correos electrónicos que tenía en la bandeja de entrada uno llamó rápidamente mi atención e interés. En el asunto una sola palabra. GRATITUD.
Me dispuse a leer el correo y cuando llegué al final me invadió un sentimiento de felicidad; en ese momento pensé que todos mis esfuerzos por mejorar cada día como profesora estaban dando sus frutos. Una alumna de otra universidad me comunicaba en un correo electrónico que uno de mis libros, del que me siento muy satisfecha, le había ayudado a avanzar en una materia. El libro en cuestión es: Orientación Educativa e intervención psicopedagógica. Cambian los tiempos, cambian las responsabilidades profesionales publicado por una editorial de prestigio y de amplia difusión en España y en toda Latinoamérica: la editorial Pirámide. El contenido del e-mail era el siguiente:


 “Soy estudiante de Psicopedagogía en la Universidad de Zaragoza, estudié en la Universidad de Las Palmas y, por circunstancias de la vida, ahora vivo en Zaragoza. Tengo 46 años, mis hijas han crecido y yo he decidido retomar mis estudios, pero me he encontrado con dificultades, unas por el deterioro normal de la memoria con el paso del tiempo, otras por el cansancio que supone el asistir todos los días a clase, por las tareas de doblete al que las mujeres estamos todavía abocadas, y también por sentir que en la Universidad todavía se prima el aprender de memoria, el hacer trabajos en grupo que en realidad son corta y pega, esta parte para ti, esta para mí, lo juntamos y ya está, aprobado. Cuando decidí volver a estudiar, quería empaparme del espíritu de libertad de pensamiento, de la sabiduría que se les supone a los profesores, de la frescura de la juventud, quiero aprender, conocer, saber. La realidad ahora me parece otra cosa, profesores que no comparten, que el asistir a sus clases es el juego de adivinar qué es lo que están diciendo, alumnos que van a aprobar y ya está, me dan ganas de abandonar, de volver a la realidad de la calle, a veces el compartir la vida con gente al margen de la Universidad enseña más que el asistir a clase. En las asignaturas (…) tengo que hacer un portafolio, como no me enteraba de lo que me estaban contando, empecé a buscar en Internet algo que me aclarara las dudas que me iban surgiendo en las clases, encontré su nombre en bastantes entradas, fui leyendo los artículos que tenía publicados, y me compré su libro  Orientación educativa e intervención psicopedagógica. Lo he leído, he aprendido y disfrutado con él, quiero mostrarle mi gratitud por la forma en que está escrito, por la transmisión de valores que hace, por mostrarme un concepto de la orientación humano y cercano, por lo didáctico que resulta, porque apruebe o no apruebe me ha permitido tener una visión esperanzada, porque a pesar de que el orientador a veces no tiene una percepción clara de sus funciones, yo he encontrado un sentido, y lo resume una frase que me impactó: una de las prioridades de la formación es el uso de nuestros conocimientos con sabiduría.

Muchas gracias por poner sus conocimientos y saber hacer a nuestra disposición”.

            Una vez leído el correo me dispuse a contestarle rápidamente:
Hoy mi esfuerzo se ha visto recompensado con tu hermoso y sentido escrito; tu distancia espacial de mi universidad te aleja de toda sospecha de adulación para aprobar la materia. Como me ha llenado de inmensa alegría que existan este tipo de estudiantes universitarios, me gustaría saber si me permites compartir tu escrito con mis estudiantes porque creo que refleja muy bien lo que debería ser el espíritu de un alumno de Universidad; por supuesto omitiré tu nombre salvo que me autorices a hacerlo público entre el alumnado. Abrazos
PD. Por favor, evita el desaliento y continúa tus estudios; la universidad necesita de alumnas como tú. El haber decido estudiar te permitió encontrar mi libro y el de otros autores y autoras que a buen seguro te serán de utilidad para tu formación personal y profesional.

Creo sinceramente que la universidad española no se puede permitir el lujo de perder a una estudiante universitaria como ella; estamos muy necesitados de alumnos y alumnas capaces de pensar por sí mismos, con madurez de criterio para plantear sus puntos de vista y, sobre todo, entusiasmados por aprender. La pasión por seguir aprendiendo, que manifestaba en su correo, no puede ser cercenada; antes bien, es responsabilidad del profesorado universitario alimentarla y, en la medida de lo posible, incrementarla. Se imaginan una clase llena de alumnos y alumnas tan entusiastas y deseosos de aprender. Yo sí, tuve la suerte de dar clase a un grupo de Psicopedagogía de la promoción 2010-2012, del que fui nombrada madrina (qué inmensa satisfacción, ser nombrada madrina del mejor grupo al que había dado clases). Nunca en mi dilatada trayectoria profesional me había sentido tan retada por el alumnado, nunca había disfrutado tanto en mis clases, nunca había aprendido tanto de mi alumnado. A las ocho de la mañana había que ver los rostros de aquellos alumnos y alumnas atentos e interesados por aprender: cómo preguntaban, cómo dialogaban entre ellos y conmigo, cuanta calidad había en sus razonamientos… ¡Qué placer, cómo disfruté con ese grupo de Psicopedagogía¡
  

Comentarios

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  2. Me gustaría comenzar este comentario haciendo referencia a mi madre, probablemente porque es la primera persona en la que pienso cuando leo o escucho la palabra «gratitud». Ella, que como todas las madres parece tener un refranero como libro de cabecera, solía decirme tiempo atrás «si bebes agua recuerda, siempre, siempre, la fuente.» Yo no aprehendí lo que ella quería transmitirme hasta hace unos años, cuando dejé de mirarme a mí misma y comencé a observar a mi alrededor: mis padres, mis profesores, el camarero de la facultad que me sacaba una sonrisa espontánea, mis amigos, el lugar en el que nací y las oportunidades que eso me había dado, etc. Cuando levanté la cabeza y comencé a observar a todas las personas que me rodeaban y con las que me había encontrado en el camino comencé a sentirme, además de afortunada, profundamente agradecida. Abrí los ojos y me di cuenta de que si yo había logrado llegar al más alto eslabón académico no era únicamente por el tiempo que yo había invertido y el esfuerzo que le había dedicado, sino también porque durante toda mi vida mis padres han respetado mis horarios de estudio, me han llevado de una clase a otra y lo han hecho lo mejor que han sabido para que las circunstancias fueran favorables y, así, facilitarme el camino. También casi al final de mi travesía como estudiante y gracias (afortunadamente) a la madurez adquirida, comencé a entender y a valorar el trabajo, entre otros, de mi director de tesis, con el que actualmente me siento infinitamente agradecida. Cada enfado, cada llamada de atención, cada tachón en los artículos y cada fin de semana en el despacho tenían un solo objetivo que la ausencia de perspectiva no me dejaba valorar: que mi tesis y mi preparación como investigadora y profesora fueran lo más completas y competentes posible. Como todos, imagino que podría estar describiendo situaciones y a muchísimas personas a las que les debo mucho más que un agradecimiento. Sin embargo, ese no es el objetivo de mi comentario. La finalidad de mi intervención es invitarles, como hice yo hace algún tiempo, a levantar la cabeza, abrir los ojos y observar a su alrededor. ¿A quién tienen algo que agradecerle?

    Como experiencia personal, me gustaría compartir con ustedes que yo comencé a ser realmente consciente de la necesidad de gratitud, con los demás y con la vida, cuando empecé a conocer otras realidades. Me marcó especialmente el año que estuve como voluntaria dando clases de música en la cárcel y también me marcaron las personas que allí conocí, hacia las que también siento un considerable afecto y gratitud. En la cárcel me di cuenta de que por el mero hecho, completamente azaroso, de haber nacido en un lugar o en otro, en una familia o en otra, algunos ya tendrían las cosas más difíciles en la vida. Aprendí que tendemos a dar por supuesto que lo que tenemos o lo que hacen los demás por nosotros es un derecho adquirido y no un privilegio. Descubrí que no todos los padres quieren a sus hijos, ni tienen por qué facilitarles la vida, ni apoyarlos en la consecución de sus objetivos. Entendí que no todas las personas tenían el lujo de ir a una universidad o de seguir estudiando más allá de la obligatoriedad marcada por la ley, y que a veces la escasez de dinero o el hambre en casa apremian y toca ponerse a trabajar antes de tiempo. Entendí que el camino nunca lo andamos solos y que agradecer, dando las gracias de verdad, a los que nos acompañan y nos allanan el recorrido es una tarea que a veces dejamos de lado.

    En definitiva, mi comentario va destinado a invitarles, como dije anteriormente, a abrir los ojos, mirar a su alrededor y agradecer a las personas o situaciones que les han permitido, por ejemplo, que estén hoy sentados en clase cursando su último año de carrera. Por mi parte, le doy las gracias a Lidia por acogerme, dejarme trabajar con ella y permitirme compartir estas palabras con ustedes.

    Un saludo,

    Zuleica

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  4. Cuando hablo de gratitud la personifico en mi familia en general, por supuesto en mis padres, pero sobre todo en mi tía a la que le debo parte de lo soy y siento.
    Es gratitud porque desde siempre me ha acompañado y no me ha soltado de la mano, porque siempre ha sido luz y sigue siendo luz, al menos para mí, porque siempre que me hallo en la oscuridad acudo a ella y mis problemas, mis miedos, mis incertidumbres, mis manías, se disipan aunque tan solo en el instante que estoy con ella, porque asola con las ruinas de todos aquellos que hicieron daño, con la de los tiempos pasados en el que sufrí, porque siempre ha creído en mi al igual que mis padres cuando no lo hacía ni yo misma, porque siempre ha hecho que vuelva a la realidad, porque ella con tan solo su presencia me ayuda a crecer y a brillar.
    Es gratitud porque es hogar ya que cuando huyo de todo aquello me atormenta me acoge sin importar cual sea el problema y la desdicha, cuando me regala su tiempo, aquel que aun siendo escaso tiene para mí, por la paciencia que tiene en ciertos momentos incluso cuando no cabe lugar a ello, por la generosidad, en todos los aspectos, esa que callada me ha salvado muchas veces, por el apoyo que me brinda incluso cuando mi comportamiento no es el adecuado, por las enseñanzas que me aporta y sobre todo una, esa que dice que no necesito corazas porque sin ellas crezco, sin ellas muestro al mundo mi verdadero yo, por su compañía, porque aún en la distancia, nunca me ha soltado de la mano, por el afecto y amor que me ha regalado ese que me hace sentir invencible, aunque sea solo cuando estoy con ella por su eterna sonrisa, que es un soplo de vida.
    Porque ha sido, es y será la guía ya que siempre me ha entendido y aún mejor me ha comprendido, ha sabido querer, respetar y valorar mi extravagante idiosincrasia, cuando calla y no está ausente sino para que reflexione, cuando practica la escucha atenta, esa que va más allá de oír una voz, un ruido, pero que siempre ha tenido la solución a mis males, cuando me ha ofrecido consuelo, cuando se convirtió en un pilar fundamental para que hoy esté en Tenerife, me ofreció todo cuanto estaba en su mano, incluso su casa, la que me ha hecho sentir que también es la mía, bueno mi segunda casa, además me ayudó a vencer todos los obstáculos sobre todo el más férreo, el de mi padre, cuando me ha dado y me sigue dando alas para que vaya muy lejos pero sin olvidar que ella está aunque no esté, cuando me ha hecho y me hace grande en el momento que las nimiedades de la vida ordinaria me afectan de una sobremanera especial.
    Cuando me dedica esos besos y abrazos en los que hallo aparte de los de mis padres la seguridad, el calor, y la felicidad eterna, cuando me compró mis primeros libros esos que hicieron que comenzase la vida escolar, cuando en mis cumpleaños aunque no pudiese estar siempre he recibido de ella algo valiosísimo y no es material, cuando en el segundo curso de carrera me regaló el instrumento que me hacía falta para seguir hacia delante, cuando tenemos nuestras charlas en las que recuerdo porque esta es mi vocación y ella en cierta medida me ha librado del fracaso personal ya que no la abandoné porque existen profesoras como ella, y porqué las artes son mi pasión y hace que encuentre en ella no solo a mi tía, sino una confidente, una fiel compañera, a alguien que me hace comprender que siempre tengo un lugar.
    A mis padres porque me han enseñado a ser libre tanto de pensamiento como de acción, a no odiar porque eso para la gente débil, por enseñarme que llorar es signo de fortaleza, por inculcarme el valor del esfuerzo y la superación, por enseñarme a amar la cultura, por enseñarme a ser persona.
    Finalmente como dice un pasodoble de los carnavales de Cádiz que madre hay más de una. Y en eso llevan razón porque madre para mí es quien me dio la vida y me la sigue dando pero madre para mí también es la que siempre me comprende, la que siempre está junto con mis padres cuando se ha ido el resto.

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  6. Hiendo alusión al concepto de GRATITUD propiamente dicho, se entiende como el sentimiento que experimenta una persona al estimar un favor o beneficio que alguien le ha concedido. Al sentir gratitud, el sujeto desea corresponder el mencionado favor de alguna manera. El sentimiento de gratitud está vinculado al agradecimiento, que es la acción y efecto de agradecer.
    Por este motivo, una vez leído el mismo, se me viene a la mente aquellas personas que han formado y forman parte de mi vida, a las cuales siempre tendré presente y tendré palabras de agradecimiento. No obstante, al leer el post publicado rememoro principalmente a personas de mi familia, pero ante todo a profesores que, como expone la estudiante de psicopedagogía me han reafirmado el valor de la educación, más allá de una simple nota o de un aprobado. De este modo estoy totalmente de acuerdo con el planteamiento que lanza esta última, ya que a lo largo del tiempo (tanto en el colegio como en la universidad) a día de hoy sigo considerando que todo se ve reflejado en alcanzar una simple nota, sin tener en cuenta los factores personales o de otra índole que conlleva tal proceso. La triste realidad es el argumento que se lanza, lo que se traduce en fracaso personal al ver que nada cambia, frustración y deseo de abandonar.
    Considero, desde mi punto de vista, que debemos agradecer a las personas que de un modo u otro (a veces hasta de manera indirecta como en este caso) nos ayudan a “empaparnos” y hacer que queramos indagar más sobre algo que realmente nos llama la atención.
    Finalmente, coincidiendo con algunos comentarios acerca del post, yo he alcanzado la gratitud al reafirmar mi pasión por la enseñanza, y no hay nada mejor que vivir cada día disfrutando de lo que haces o a lo que te dedicas, en este caso, a través de mi experiencia en las prácticas, debido a que el alumnado muchas veces, puede enseñarte muchos más conocimientos de los que tu intentas transmitirles.

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  7. Atendiendo a las bajo mi punto de vista, acertadas palabras que se exponen en el post, estoy de acuerdo totalmente con el hecho de que el estilo de vida actual nos hace vivir a un ritmo muy apresurado. Siempre como locos a cualquier parte, como burros con los ojos tapados, viendo nuestra propias obligaciones, nuestros intereses y objetivos, incluso siendo esto a veces a costa de los demás a cualquier precio, sin ver que para todo eso que uno mismo se propone conseguir como individuo, intervienen numerosas personas, desde la que se para en el paso de peatones para dejarte pasar, la que te da un sencillo buenos días, un gracias, por cualquier acto amable y agradable, que por desgracia cada día se pierde más, hasta el profesional para el que trabajas, que trabaja contigo o para tí.

    Vamos por la calle sumergidos en nuestra propia burbuja sin agradecer a los demás las cosas buenas que hacen por nosotros, un simple gesto, una cara amable, una simple sonrisa, o tan si quiera una mirada tranquila para mi significan gratitud. Pero, por desgracia, no sólo vivimos en un mundo con mucha prisa, sino que vivimos un mundo en el que el respeto, los valores, y la educación ética, cívica y moral se está dejando atrás, en todo el ámbito educativo.Cuanto hablo de todo el ámbito educativo, incluyo a todos los agentes que lo componen, porque sí, el profesorado es importante y merece ser tratado adecuadamente, pero el resto de personas también, no merecemos dar sin recibir lo mismo o algo tan si quiera parecido.

    A lo largo de mi trayectoria académica he tenido profesores maravillosos, respetuosos y me han aportado cosas magníficas y por ello les estoy agradecida, pero también es cierto que me he topado con algún docente que su actitud distaba de ser precisamente respetuosa, por ello creo que el respeto debe ser mutuo, porque nadie es superior, todos somos personas y cada uno de nosotros podemos aportar cosas diferentes, en la relación profesor-alumno, existe un maravilloso feedback que sólo se lleva a cabo adecuadamente si ambas partes se respetan y agradecen las aportaciones de la otra persona.

    Claro que no se puede generalizar, pero sí, se puede decir que la gran mayoría ha perdido el respeto mutuo, la gratitud honesta, humilde y sincera, porque la educación de hoy ya no se basa en eso por mucho que intenten poner un parche para hacérnoslo creer. La educación de hoy tal y como la entiendo yo, sólo se focaliza en el conocimiento, y la verdad se olvidan de que somos sociedad, de que convivimos y trabajamos juntos, por lo tanto, sí, los conocimientos son importantes para desempeñar adecuadamente un trabajo, pero lo es más aún, ser respetuoso, amable y agradecido con el resto de personas que nos rodean porque gracias a eso la convivencia en sociedad es mejor, y gracias a eso por lo tanto, nuestra calidad de vida también lo es.

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  9. ¿Qué es la gratitud? ¿Realmente nos paramos a conocer su significado? Hoy en día es un término muy olvidado, se nos olvida apreciar lo que los demás hacen por nosotros.
    Cuando escucho la palabra gratitud se me viene automáticamente a la mente, mi madre y mi colegio.
    Mi madre, porque estoy donde estoy gracias a ella, por todo el esfuerzo que ha hecho por mi, por apoyar mis decisiones aunque no le gustarán, por todo lo que me ha dado y me sigue dando. Realmente comencé a darme cuenta al irme de casa, dicen que nunca se sabe lo que se tiene hasta que se pierde.
    A mi colegio, porque es el otro factor determinante de que haya logrado que mi vida fuera de casa fuera mucho más llevadera, sin duda mi gratitud es eterna hacia ellos, por estar a mi lado cuando quería abandonar y cuando me frustraba en la carrera, por transmitirme todos los valores que tengo ahora y por darme la oportunidad de seguir con ellos por más años que lleve sin estar en el centro como alumna.
    Al leer el post me doy cuenta que en el sistema educativo actual hay un grave problema. Ya casi no quedan profesores a los que darles nuestra mayor gratitud. Muchos nos tienen como máquinas a las que solo hay que meterles un usb con conocimiento y no buscan que indaguemos, no animan nuestro espíritu emprendender ni de curiosidad por un tema. Quizás son los años de desgaste que les han hecho cambiar o siempre han sido así.
    Por otro lado, veo a un alumnado dedicado a competir y no a cooperar. Solo veo comparaciones por todos lados, mínimos esfuerzo por conseguir lo que se proponen y una cultura de voy a aprobar no a aprender.
    Yo, como Maestra de Infantil me parece frustrante que los pensamientos de mis 4 años de carrera fueran ¿De verdad estas personas van a ser maestros y maestras? ¿Qué les vamos a enseñar a nuestros alumnos y alumnas si dentro de la carrera hay más competitividad que fuera? ¿Cómo se puede enseñar a niños y niñas pequeños que no se hace algo cuando tú lo haces? Puedo decir que fueron los 4 años más contradictorias de mi vida estudiantil. Sueñas con algo, con tu futuro, durante gran parte del tiempo y cuando llegas para formarte y poder cumplirlo te encuentras con una realidad que no esperabas.
    Doy gracias a aquellos profesores, ya no solo del colegio o instituto, sino a aquellos profesores de Universidad, que a pesar del desgaste, de los malos años e incluso de los malos días, nos enseñan de verdad como ser un buen maestro o maestra, por enseñarnos a ser mejores. Y animo a todos a que sigan ese camino, considero que es el camino del éxitos. Personas bien enseñadas, es más fácil que enseñen bien.
    Y también al alumnado, que recupere el espíritu emprendedor y pierdan las ganas de "quiero acabar esto cuanto antes".

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  10. El hecho de que esta persona haya decidido mostrar su gratitud es un acto de admirar. En mi reflexión, coincido con una las palabras de William Arthur Ward, escritor estadounidense: "Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo."
    ¿Tanto nos cuesta darle las gracias a esa persona que nos deja pasar cuando la guagua está a reventar? ¿Tanto nos cuesta darle las gracias al camarero o la camarera que nos sirve un café con una sonrisa? Hoy en día parece que no está de moda ser agradecidos y, cuando alguien lo es, parece sorprender al resto.
    Desde nuestras parejas, amigos y familiares hasta al desconocido que nos cede el paso, todos y todas tenemos algo que agradecer y que nos agradezcan pero ¿por qué no mostramos este gesto tan humano como es la gratitud? Pienso que, vivimos en una época tan estresante, tan rápida y tan automatizada que ni nos damos cuenta de lo que pasa a nuestro al rededor. Nos adentramos tanto en nuestros asuntos, tan centrados en lo que tenemos que hacer, en ir al trabajo, estudiar, ir a casa a seguir trabajando... que nos olvidamos de que estamos rodeados de personas que quizás puedan tener un mal día, pero que con tan sólo un "GRACIAS" su día puede verse iluminado, sentir esa calidez de otra persona aunque no la conozcamos de nada. Pienso que eso es ser humano.
    Por último, me gustaría añadir que pienso que es una pena. Una gran pena y una gran pérdida humana el hecho de que, cada vez más, la sociedad se esté haciendo más fría y metódica...
    Todo esto puede verse desde las escuelas hasta el sistema sanitario, donde parece que ya no se trata con personas, sino con cifras...
    Ojalá a través de la educación cívica pueda comenzar a emprenderse un nuevo camino, donde desde los más pequeños se comience a trabajar la educación a la ciudadanía, el respeto por nuestro planeta y el amor a la vida.

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    1. Es indiscutible que vivimos en una época apresurada en la cuál no nos paramos a pensar a la hora de tomar decisiones, ni en lo que esta bien o mal. Tenemos automatizada una rutina de la que no podemos salir. Considero que el paso rápido del tiempo ha creado una sociedad competitiva en el que siempre un tiene que ser mejor que el otro y no se muestra GRATITUD. Nadie llega a cumplir sus objetivos sin ayuda de otra persona, ya sea un familiar, un amigo, una pareja o un profesor, ya que queramos o no, seamos conscientes o no necesitamos muchas veces de la ayuda del otro. Al igual que otros posts que he leído, yo no sería quien soy hoy sin la ayuda que me ha brindado tanto mi familia como mi pareja. Mi familia, aún cuando se presentaron adversidades creyeron en mi y me ayudaron a alcanzar mi meta que era estudiar Psicología, gracias a ellos he llegado a donde estoy hoy y he de reconocer que no fue un camino fácil. Este post me ha hecho darme cuenta de que la gente no valora el apoyo que tiene a su alrededor, que si, que a lo mejor se dan cuenta de que no todos sus logros se deben a ellos mismos y que en un momento dado han recibido ayuda, pero aún así no hacen nada para mostrar GRATITUD, aunque sea con la palabra GRACIAS.

      Para concluir, considero que tenemos que predicar con el ejemplo, no podemos enseñar a los más pequeños que es la GRATITUD , si nosotros mismos no somos capaces de agradecer a los demás lo que hacen por nosotros por mínimo que sea.

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  13. La verdad que este post invita a reflexionar incluso aunque no tuviera esa intención. Y es que "dar las gracias"... Es algo tan común y a la vez no. Estamos acostumbrados a vivir en un mundo en el que cuando te hacen un favor directo está bien visto agradecer con palabras, pero se nos escapan un universo de cosas ocultas al primer plano de la vida que nos influyen en gran cantidad en las decisiones importantes que tomamos. Probablemente todos saben de lo que estoy hablando de una forma u otra sin darse cuenta, y es que a lo que quiero llegar es a hablar sobre esos gestos que presenciamos cada día pasando desapercibidos a pesar de que son un punto de inflexión entre un mal día y otro lleno de oportunidades. Una mera sonrisa por la mañana, un café que nos sirven que sabe mejor que de costumbre, un "buenos días" o un "cómo estás"... Todo ello puede ser lo único que necesitamos para transformarnos en nuestra mejor versión durante el resto del día que afrontamos. No nos damos cuenta que esas pequeñas motivaciones nos hacen tener más éxito o menos en nuestras metas; por ello olvidamos mostrar gratitud. O quizá no. Yo soy de los que les gusta pensar que cuando me sonríen haciendo la compra y me dan un buen trato yo tengo que seguir la cadena siendo amable con otra persona, siendo positivo, transmitiendo buenas vibraciones. Eso para mí es mostrar gratitud también aunque no sea como respuesta a la misma persona, pero agradeces que la vida tenga esos detalles por los que seguimos aquí como si fuese el primer día. Logramos que todo fluya sin tantas complicaciones.
    Esa es mi reflexión, espero que les guste a pesar de que no trato el tema desde un concepto que deba desarrollar, pues a mí parecer dar las gracias en ocasiones es algo que sobrepasa los límites de la palabra, es una cuestión de actitudes y valores.

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  14. Vivimos tan centrados en lo que hacemos en el día a día que no dedicamos tiempo para pararnos a pensar en que lo que vivimos y tenemos, hasta las cosas más simples, son bendiciones que tenemos, de las que otras personas en el mundo no pueden disfrutar simplemente por haber nacido en un país u otro o en una familia con pocos recursos económicos. Cada cosa que gozamos, lo vemos como algo normal: me levanto cada mañana, me dirijo a la parada de guaguas, voy en guagua a la Universidad, recojo apuntes en el ordenador portátil y libretas mientras disfruto de diferentes profesores y asignaturas, y vuelvo a casa. Es el día a día. Una rutina. Como si lo normal fuera ir a la Universidad tras acabar el Bachillerato, o que es normal cursar Bachillerato tras la ESO. Esta manera de pensar a lo único a lo que nos lleva es a no sentirnos satisfechos nunca con nada de lo que tengamos -ya sea abundante o escaso-, sentiremos en toda circunstancia que no tenemos suficiente, que no llegamos a ser felices con lo que tenemos, que nos falta algo para llegar a ese nivel de satisfacción, pero sin saber qué. Una búsqueda laberíntica sin salida definirá nuestras vidas, buscando objetivos, lográndolos, y al poco tiempo sentir insuficiencia con lo logrado.
    Oscura realidad, pero así es.
    Una visión completamente contraria sería desde el punto de vista de la Gratitud: que uno vea que cada detalle de su vida es un gran regalo, desde la respiración diaria hasta asistir a una Universidad cada día. Esta perspectiva cambia las tornas por completo: permite disfrutar de la vida. Agradecer a todas las personas que hacen posible que uno haga lo que haga a diario. A esos profesores que, personalmente, me han logrado transmitir una enorme pasión por la enseñanza animando a que sea una docente pasional, o profesores que han traído a clase inventos "chulísimos" que podemos dejar boquiabiertos a los niños Enel aula así como me quedé yo cuando los vi, como si volviera a ser una niña de nuevo durante esos minutos de clase; o profesores que han logrado revivir mi pasión por la lectura que creía extinta desde hace mucho tiempo atrás. He aprendido que cuando uno agradece, recibe siempre bien. El amor no deja de ser: cuando damos amor, recibimos amor. Consiste en una retroalimentación de ayudar al otro, pensar en los demás; y eso, es lo que nos hará personas- personas agradecidas con el servicio y ayuda de los demás; tengamos una visión positiva de la vida y le encontremos sentido a nuestro caminar.
    Este post me ha ayudado a reflexionar profundamente sobre la importancia de la gratitud en la vida el ser humano, y más para alguien que pretende ser un futuro docente. Estos valores precisamente son esenciales transmitir a las futuras generaciones, ya que poco a poco se van perdiendo en el eco de los antepasados; y estos valores son los que nos mantienen unidos por el lazo del amor como habitantes del plantea Tierra que somos.

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  16. Como futura maestra, haber leído este post me ha inspirado a reafirmarme en el sentimiento de amor por la docencia. Imaginarme que, algún día, cierto alumno/a reconozca mi labor y sea capaz de sentirse agradecido, a la vez que demuestre ilusión por aprender, me emociona. Todos y todas deberíamos contagiarnos con el entusiasmo que se muestra en el mensaje. Del mismo modo, considero que siempre seré aprendiz, dejándome enseñar, además, por el alumnado.
    A veces, no tomamos conciencia de que poder estar aquí sentados/as, en una clase de cualquier asignatura, es un privilegio. Si, desde mi hogar, no me hubieran dado la posibilidad de seguirme formando, si no me hubieran ayudado ni apoyado tanto, si hubiéramos priorizado algo antes que mi aprendizaje, soy consciente de que nada de esto sería posible. Seguramente, no podría haber desarrollado un pensamiento crítico, conocer diferentes culturas o disfrutar leyendo un libro, cosas que, a día de hoy, valoro poder experimentar.
    No podemos dar por supuesto todo lo que tenemos, sin darnos cuenta del gran valor que tiene ni verbalizarlo. Reflexionando y escribiendo este comentario, soy más consciente y, por lo tanto, debo agradecer tanto el querer como el poder estudiar, contando con el sostén de una familia y amigos/as, a los que debo el ser quién soy. Igualmente, agradezco al profesorado que me ha encaminado en mi proceso de enseñanza y aprendizaje, dándome las pautas a seguir y corrigiendo mis errores, impulsándome cuando lo necesitaba y motivándome para continuar.

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  17. Con la lectura de este post, he comprendido la poca gratitud que he tenido hacia mis padres, contemplando que el agradecimiento que debo tener a ellos debe ser mayor. Por esta razón utilizaré este comentario para agradecer la labor de mis padres y de un profesor.
    Dado que, sin su esfuerzo, perseverancia y constancia realizada, no estaría luchando por tener un próspero futuro y formarme como docente. Además, quiero mostrar mi gratitud por el apoyo obtenido para el desarrollo de la carrera de magisterio. Sin su ayuda en la actualidad no estaría en esta carrera, ni tan si quiera en la universidad, por ello, estoy eternamente agradecido a ellos y además a la educación que me han aportado con los valores y la ética. Intentando en un futuro transmitir los valores y la educación que me han transmitido mis padres a mis hijos contemplándolos como un modelo a seguir.
    Por otro lado, tengo que agradecer la labor de los docentes, en general todos han aportado alguna enseñanza en sus aulas. Pero a pesar de ello, quiero destacar la labor de un profesor en particular. Es necesario enfatizar que este docente no prioriza los ingresos obtenidos, sino la gratificación obtenida cada día al ir a enseñar y educar a sus alumnos. A pesar de que, en algunos casos, esta enseñanza implicaba perder parte de su tiempo libre. Sin comprender su dedicación un día pude apreciar en su mirada como el esfuerzo realizado en algunos casos obtenía sus frutos, ya que cumplía su objetivo encauzar los rumbos de los alumnos más perdidos como era mi caso y lograr sacar lo mejor de cada uno tanto a nivel de estudios como a nivel de ética.
    Este maestro a su vez, me mostró la importancia de educar en valores y ante todo me demostró afecto y valoración cosa que ningún otro docente me había mostrado.
    Por todo lo expuesto, este docente con su esfuerzo, pasión y dedicación me logró inspirar a realizar este grado, con el objetivo de aproximarme, aunque sea un poco a ser tan buen profesor como lo es él. Consiguiendo no solo enseñarme conocimientos como se limitan la mayoría sino también educándome en valores y ante todo mostrándome afecto y valoración cosa que ningún otro maestro había hecho anteriormente en mí.
    En conclusión, estaré eternamente agradecido a mis padres y a mi maestro, Tito.

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  19. Gratitud para mi es una palabra muy grande, solo tiene ocho letras, pero encierra un significado mayor. No quería comentarlo en clase, puesto que tomaría mucho tiempo y creo que es algo bastante personal, pero me he armado de valor para exponerme en este blog.

    Cuando estaba en el instituto, debido a diversos motivos, como mi situación familiar y personal. No gozaba de una buena autoestima, sumado al tipo de compañeros y compañeras con los que compartía aula, era muy difícil poder quererme y aceptarme como era, porque ser diferente es difícil.

    Por suerte y por desgracia, un día en plena exposición de lengua, dos alumnos comenzaron a reírse debido al tema que estaba exponiendo. Esa misma semana había experimentado mi primera “ruptura” amorosa, tratar el tema da la exposición era incluso un esfuerzo para mí, puesto que trataba de las relaciones amorosas y sexuales entre personas del mismo género.

    Al oír las risas de esas personas, mi voz comenzó a temblar hasta que quedé mudo, estuve a punto de comenzar a llorar, pero una voz se alzó en el incómodo silencio que se había formado. Era una amiga de la infancia con la que tenía una increíble amistad, ella dijo en voz alta: “No sé de qué estaréis riéndoos, pero si no queréis atender a la exposición podéis salir de clase”. Esas palabras me llegaron al corazón y me hicieron darme cuenta de que cuando más roto estoy y cuando más necesito un apoyo, ella siempre está ahí.

    Terminé mi exposición lo mejor que pude y al acabar fui a agradecerle sus palabras. De camino a casa estuve pensando en todas esas veces en las que me sentía mal y ella me consolaba, en las veces en las que faltaba a clase y ella me daba sus apuntes de mil amores, cuando me quedé tirando en Santa Cruz en plena madrugada sin tener a donde ir y ella me dejó quedarme en su casa. En definitiva, de todas esas veces en las que he necesitado una mano amiga que me ayudara.

    Me di cuenta de que ella siempre estaba ahí, sin importar lo que pasara, para agradecerle todo lo que había hecho por mí, un 12 de Abril decidí hacerle unos regalos a modo de sorpresa. Los regalos consistían en una carta donde expresaba mi gratitud y el amor que siento hacia ella y un peluche que hice a mano.

    Desde ese momento tomamos el 12 de abril como nuestro día. Un día en el que nos escribiríamos una carta en la que plasmáramos los sentimientos del uno hacia el otro. Y a día de hoy seguimos celebrando nuestro 12 de abril.

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  22. La lectura de post ha revoloteado en mi cabeza y me ha hecho pensar si alguna vez en mi vida he sentido gratitud hacia los demás. La primera imagen que se me ha venido a la mente ha sido la de mi madre y mi padre. Mi madre con un nivel de estudios hasta lo que hoy se llama ESO y mi padre que desde los doce años ha trabajado sin parar. Sin embargo, ellos siempre antepusieron sus intereses a los de sus hijos, a la vez que nos enseñaban valores como la humildad, el respeto, responsabilidad…

    Toda una vida de trabajo les ha servido para saber, para querer, que sus hijos (cuatro) estudien y saquen una carrera, con la intención de que en un futuro consigan un buen trabajo. Sabiendo, además, que esto no solo sería trabajo nuestro, tendrían que ayudarnos: económicamente, comida, transporte… Lo fácil en estos casos sería decirle a tu hijo o hija “búscate un trabajo”, “a tu edad yo ya estaba trabajando”, “tienes que aportar dinero en casa”, pero ellos siempre buscaron lo mejor para nosotros.

    Aun sabiendo esto y las mil y una cosas más que han hecho por mi y mis hermanos, nunca seré capaz de devolverles ni un 10%. A parte del amor, del afecto, de la admiración que siento hacia ellos, hoy he descubierto que también siento una inmensa gratitud.

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  23. Tras leer el post y la definición de “gratitud” (referida al sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera), he podido reflexionar y darme cuenta de que debo ser más agradecida, no solo dando las gracias, sino ayudando tanto moralmente como físicamente a los que siempre han estado ahí. Debo devolverles a mis padres las horas de sueño, las lagrimas que han derramado de preocupación, los esfuerzos que han hecho para que yo este aquí hoy. GRACIAS.

    Como bien dice mi madre es de bien nacidos el ser agradecidos y por ello aunque estemos en la generación de las prisas esa gratitud no va a volver a desaparecer por ello.

    Como futura maestra este valor es uno de los pilares que enseñaré, ya que la falta de tiempo es solo una escusa para no dar las gracias o ayudar a los demás.

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  24. A lo largo de mi corta vida, he tenido el placer, la suerte y el privilegio de cruzarme con maestras y profesores para los que no éramos un número en la lista. Me gustaría darles las gracias a todas ellas. Pero en este post me gustaría agradecer a una profesora en particular.
    En primer lugar, gracias por conocernos, por interesarte por nosotros, porque las buenas maestras o profesoras ponen tiritas cuando muchas veces la herida está en nuestra imaginación.
    Gracias a esa maestra que no se creía superior a sus alumnos, sino al contrario, venía con ganas de aprender de nosotros y con nosotros, porque sin ninguna duda, era como más aprendíamos nosotros de ella.
    Gracias por guiarnos ante cualquier duda que nos surge, no solo en el aula, sino cualquier inquietud, por muy pequeña que sea, sabemos que tenemos la oportunidad para hablar de ella, siempre que sea parte de la clase o no sea una locura, claro.
    Gracias por dejar que tu clase sea un lugar donde la libertad de expresión no se castiga, sino al contrario, quieres que busquemos, nos informemos, indaguemos para dar la mejor respuesta. Que podamos hablar de lo que nos parece bien, por supuesto, pero sobre todo de lo que no vemos bien, las injusticias, porque no podemos hacerlo con cualquier profesor, y pedir debates, nuevos puntos de vista.
    Que la diversidad no sea un problema en tu clase, porque siendo realista, todas las clases son diferentes y no hay una clase perfecta, pero en muchas clases imperfectas está la perfección y no solo lo aceptas, sino que nos preguntas y te interesas por conocernos un poco más todavía y no dejar de aprender cosas nuevas, porque creo que para eso vamos a clase.
    Al final, las clases de acción tutorial son parte de una asignatura más, pero estoy agradecida porque el ámbito enseñar a ser persona es el que más se trabaja. Gracias Zuleica por ser nuestra profesora.

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  26. La palabra “gratitud” envuelve un amplio sentimiento de agradecimiento hacia una o varias personas. En mi caso, este sentimiento va dirigido hacia mis padres, quienes me dieron la oportunidad de haber estudiado en un colegio inglés. No fui consciente de la educación que me estaban dando hasta que pasé al instituto, para realizar bachillerato, que me di cuenta del nivel de inglés que había adquirido todos esos años en el colegio británico.
    Sé que no fue fácil permitirse tantos años en ese colegio, pues no fui la única, también fueron capaces de darle esa enorme oportunidad a mi hermana pequeña. Y estoy segura de que gracias al esfuerzo y la constancia que han tenido con nosotras, nos facilitará nuestro futuro en el ámbito laboral, ya que, en el mundo, el inglés se ha convertido en el idioma de comunicación universal.
    En ese momento no me daba cuenta de la gran oportunidad que me estaban dando, porque era pequeña y no le di importancia. Ellos me repetían una y otra vez, “algún día nos lo agradecerás”, y ahora, a medida que fueron pasando los años y pasé al instituto, puedo decir que estoy y estaré eternamente agradecida de ello.

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  27. Conforme a mi experiencia, he de destacar dos situaciones que en mi vida creo que han sido bastantes determinantes. Como no, la primera sería mi familia, en concreto mis padres, tanto uno como el otro, creo que ellos siempre han pensado en mí a la hora de hacer las cosas. Les admiro muchísimo porque fueron padres desde muy jóvenes y tuvieron la valentía de tenerme y eso es algo que hoy en día muy poca gente hace. Más bien que tenerme, el haber dejado todas sus cosas de lado para poder cuidarme. Por ejemplo, mi padre, él tenía una carrera profesional bajo el brazo, jugando en segunda división B de la liga española y estudiando Administración y Dirección de Empresa en la Universidad de La Laguna, y tuvo que dejarlo todo y ponerse a trabajar en un negocio familiar para poder ayudar a mi madre a sacar todo adelante y esto es, yo creo, algo que nunca le he agradecido en persona, pero es algo que admiro demasiado y que yo sinceramente me tendría que ver en la situación para tener el valor de hacerlo y que dudo mucho que lo hiciera, porque es toda una vida estudiando y esforzándote para vivir bien en un futuro para que luego todo se eche a perder. Además de esto, es el que económicamente ha sacado a la familia todos estos años y nunca nos ha fallado, trabaja en su finca y en su trabajo de sol a sombra para que a nuestra familia no le falte de nada, ha sido mi referente siempre, nunca me ha faltado de nada y siempre se ha quitado todo para dármelo a mi. En cuanto a mi madre, más de lo mismo, pero ella ha sido mi educadora moral, la que, con todos sus refranes, sus “comeduras de cabeza” como le digo yo, me ha hecho sacar todo adelante, mis estudios, mis problemas, etc. Siempre me hace ver las cosas, conoce todos mis puntos débiles y sabe cómo hacerlo, además de siempre quitarse todo para dármelo a mí y a mi hermana pequeña, que cuando le habla y le suelta todos esos refranes me recuerda a mi cuando era pequeño. Mis padres siguen juntos, se tienen mucho amor, y me parece que eso ha sido determinante a la hora de educarnos, ya que nunca hemos tenido los problemas de padres separados que otros han tenido y lo cual creo que ha influido bastante en nuestra educación.

    Por otra parte, me gustaría destacar bastante de qué manera un profesor que tuve en Educación Secundaria Obligatoria cambió mi forma de estudiar, de querer aprender. Lo recuerdo como si fuera ayer, y es una anécdota que siempre cuento, que contaré a mis alumnos y que siempre sonrío al contar porque creo que sin su ayuda no hubiese llegado hasta aquí. Cuando yo accedí a la ESO en el Colegio Nuryana, donde he estado toda mi vida, tenía un rendimiento académico muy bajo, venía de sexto con las asignaturas muy verdes, notas bastantes bajas y hecho un “ruin” de mucho cuidado, sin ganas de estudiar ni con la intención de hacerlo. Me habían advertido que la ESO ya no era Primaria donde te ayudaban y demás, sino que aquí cada uno tenía que empezar a coger responsabilidades. Yo, ingenuo, seguí en mi línea hasta que empezaron a marcar exámenes y más exámenes, el primer examen de naturales con este profesor, un 4,5. Mis llantos por haber suspendido llamaron la atención del profesor que empezó a interesarse en mí. Con el paso del tiempo, su manera de evaluarnos me iba gustando más, sus repasos antes del examen eran lo mejor, donde había tres equipos y el iba haciendo preguntas y por cada pregunta acertada era un punto para tu equipo más una regaliz que sinceramente, con regaliz o sin, su estrategia educativa, esos repasos eran perfectos para antes del examen ya que si ibas con todo sabido y acertabas todas las preguntas, podías optar a liberar el examen con un 9 de nota. Gracias a esto, empecé a cogerle el gusto a estudiar, lo cual se extendió al resto de asignaturas y se empezó a reflejar en mis notas. Me empecé a dar cuenta de que bastaba con un poco de organización diaria para sacarlo todo sin necesidad de agobiarme.

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  28. Sentir que hemos tenido algo que ver en los logros que consigan las demás personas gracias a nuestra ayuda, es la mejor manera de sentirnos satisfechos con nosotros mismos. No solo por haber aportado algo de nosotros, sino por haber vivido ese proceso pedregoso hasta ver como es alcanzado. La gratitud es un concepto que establece un nexo entre varias personas que sienten agradecimiento, por la ayuda que hemos recibido. Así es una palabra de la que el ser humano no se puede separar, necesitamos de ese sentimiento, para apreciar las pequeñas partes que compone la vida. Así la gratitud no es solo un sentimiento aislado, sino se trata de una emoción compartida.

    Tras la lectura, del post me he dado cuenta de que no siempre somos conscientes de lo que nos aportan otras personas e incluso de su esfuerzo. Por ello, me gustaría animar a todos a practicar la gratitud, a echar un vistazo a nuestro alrededor y mantener una atención activa ante las pequeñas cosas que nos aportamos mutuamente sin esperar nada. Además, de ser consientes que necesitamos de los demás, ya que nosotros no somos un “Dios” y no todo lo podemos.

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    1. Sofía García Casanova:

      Sentir que hemos tenido algo que ver en los logros que consigan las demás personas gracias a nuestra ayuda, es la mejor manera de sentirnos satisfechos con nosotros mismos. No solo por haber aportado algo de nosotros, sino por haber vivido ese proceso pedregoso hasta ver como es alcanzado. La gratitud es un concepto que establece un nexo entre varias personas que sienten agradecimiento, por la ayuda que hemos recibido. Así es una palabra de la que el ser humano no se puede separar, necesitamos de ese sentimiento, para apreciar las pequeñas partes que compone la vida. Así la gratitud no es solo un sentimiento aislado, sino se trata de una emoción compartida.

      Tras la lectura, del post me he dado cuenta de que no siempre somos conscientes de lo que nos aportan otras personas e incluso de su esfuerzo. Por ello, me gustaría animar a todos a practicar la gratitud, a echar un vistazo a nuestro alrededor y mantener una atención activa ante las pequeñas cosas que nos aportamos mutuamente sin esperar nada. Además, de ser consientes que necesitamos de los demás, ya que nosotros no somos un “Dios” y no todo lo podemos.



      Lo vuelvo a subir, debido a que no me deja poner mi usuario.

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  30. La palabra GRATITUD, es muy amplia y a penas la utilizamos o la expresamos a quienes nos hacen bien. La gratitud por vivir, la gratitud por tener una familia que te apoya, aprovechar esos pequeños momentos que no llenan y poder decirle a la otra persona, que te sientes agradecida de corazón. No nos damos cuenta, de lo importante que es expresárselo a la otra persona.
    Yo a quienes les doy mi gratitud, hoy y siempre, es a mis padres, son las personas a quienes les debo todo lo que hoy tengo y soy. Ellos siempre han estado en momentos claves de mi vida. Tener amigos está bien, pero muchas veces quienes están ahí, en las duras y las maduras son las familias.
    Tenemos que aprender a ser más agradecidos y muchas veces nos callamos y lo dejamos pasar. Expresar agradecimiento es reconocer a los demás, valorarlos, es más que un simple “gracias”. Muchas veces este valor no se tiene en cuenta o ni si quiera se piensa. Ser agradecido implica algo más que unas simples palabras que se dicen sin más, es una actitud que nace desde nuestro corazón, en aprecio a lo que la otra persona ha hecho por nosotros. Todo esto te hace reflexionar y ser consciente de la necesidad de aplicar más este valor en nuestro día a día, sobre todo, con aquellas personas que siempre han estado apoyándote incondicionalmente.

    Verónica Martín A.

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  31. Hoy en día, en un mundo de prisas donde no somos capaces de pararnos por un minuto a reflexionar sobre nuestra vida, decir "Gracias" se ha convertido en un "Taboo". Digo esto, porque a pesar de ser, a simple vista, una palabra sencilla de pronunciar, mucha gente no tiene el valor decirla y no precisamente por su complejidad, sino por el significado que esconde.

    Mis padres desde pequeña siempre me la inculcaron. Cuando un camarero me ponía el plato de comida que había pedido o cuando alguien me hacía un favor, ahí estaba la primera para decir gracias. En ese entonces a lo mejor no era consciente del valor de la misma, pero con el paso de los años, me he ido dando cuenta de la importancia que carga a sus espaldas. Un simple gracias, puede alegrar el día a una persona, además dice mucho de su educación y hace sentirse mejor con uno mismo.

    A lo largo de mi vida, he ido dándome cuenta de que a veces no es suficiente con un "Gracias mamá", "Gracias papá...". Es cierto que hay que estar agradecido por todo lo que nuestros amigos y familiares hacen por nosotros, pero también es cierto que es necesario demostrar con hechos lo que acabo de comentar. A veces la palabra gracias se queda corta, por lo menos para mí. Un gracias, por ejemplo, a un camarero tiene que estar acompañado de una sonrisa. Un gracias mamá, de un abrazo o un beso... Porque como todos sabemos, las palabras se las lleva el viento.

    Por todo esto, te recomiendo que te pares a pensar por unos instantes en tu vida, en todo lo que has dejado de agradecer a la gente que quieres (y a la que no también) y actúa si quieres cambiar un poco tu vida. Poner en tu boca un "Gracias" va a mejorarla, te lo aseguro.

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  32. Hoy en día, en un mundo de prisas donde no somos capaces de pararnos por un minuto a reflexionar sobre nuestra vida, decir "Gracias" se ha convertido en un "Taboo". Digo esto, porque a pesar de ser, a simple vista, una palabra sencilla de pronunciar, mucha gente no tiene el valor decirla y no precisamente por su complejidad, sino por el significado que esconde.

    Mis padres desde pequeña siempre me la inculcaron. Cuando un camarero me ponía el plato de comida que había pedido o cuando alguien me hacía un favor, ahí estaba la primera para decir gracias. En ese entonces a lo mejor no era consciente del valor de la misma, pero con el paso de los años, me he ido dando cuenta de la importancia que carga a sus espaldas. Un simple gracias, puede alegrar el día a una persona, además dice mucho de su educación y hace sentirse mejor con uno mismo.

    A lo largo de mi vida, he ido dándome cuenta de que a veces no es suficiente con un "Gracias mamá", "Gracias papá...". Es cierto que hay que estar agradecido por todo lo que nuestros amigos y familiares hacen por nosotros, pero también es cierto que es necesario demostrar con hechos lo que acabo de comentar. A veces la palabra gracias se queda corta, por lo menos para mí. Un gracias, por ejemplo, a un camarero tiene que estar acompañado de una sonrisa. Un gracias mamá, de un abrazo o un beso... Porque como todos sabemos, las palabras se las lleva el viento.

    Por todo esto, te recomiendo que te pares a pensar por unos instantes en tu vida, en todo lo que has dejado de agradecer a la gente que quieres (y a la que no también) y actúa si quieres cambiar un poco tu vida. Poner en tu boca un "Gracias" va a mejorarla, te lo aseguro.

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  33. Creo que como seres humanos nos caracteriza el inconformismo. Continuamente obtenemos logros, nos alegramos por diferentes sucesos y entristecemos por otros. Nos cuestionamos el por qué de todo lo que nos ocurre y tratamos en ocasiones de cambiar nuestra visión respecto a aquello que antes deseábamos con todas nuestras ganas. ¿Por qué? Porque cuanto más tenemos, más queremos. Y cuando logramos eso, nos aburrimos y lo dejamos marchitar.

    Desde mi punto de vista, deberíamos invertir todo nuestro esfuerzo y nuestras ganas no en quejarnos y pensar en desgracias, sino en agradecer todo lo que sí tenemos. Tenemos una familia que nos quiere, da igual si son muchas o pocas personas, seguro que a tu alrededor hay gente que te quiere y te valora. Además, tienes la posibilidad de estudiar (que ya quisieran muchos de nuestros abuelos y abuelas haberla tenido). Tienes tiempo libre para hacer lo que te gusta, da igual si te vas a un hotel cada fin de semana, o si disfrutas de una película abrazando a tu madre cada sábado. Estás sano. Si te esfuerzas vas a poder dedicarte a eso que tanto tiempo has deseado, ¡puedes ser maestro/a! Puedes. Porque eres afortunado de vivir en la época que te ha tocado. Porque tienes los medios y si lo deseas, también las ganas. ¿Realmente vale la pena quejarse por todo lo malo o por lo bueno que no pudo ser?

    Deberíamos agradecer más. Dar las gracias a quienes nos hacen felices, a la persona que te devuelve el cambio en el supermercado cuando llegas con prisas, pues no sabes lo que puede estar pasando él o ella. Dar las gracias a nuestros padres por darnos la oportunidad de vivir. A nuestros profesores por querer ser nuestros guías, a aquellos que dejaron huella en nuestros corazones, incluso sin habérselo propuesto. Demos gracias al universo, al destino o a quien rige nuestras vidas, porque somos muy afortunados. Date las gracias a ti mismo/a y valora la inmensa suerte que tienes.

    Recientemente, en prácticas escolares llevadas a cabo este curso 2018-2019 me hacía esta pregunta: ¿por qué ya no enseñamos a los niños a dar las gracias? Deberíamos crear desde muy pequeños la conciencia de lo que pretendo transmitir en este texto, pues me llamó mucho la atención ver lo poco que agradecen y valoran los niños aquello que se les da. Creo que no hay que excusarles porque "es cuestión de la edad" o "porque ya se darán cuenta de mayores". Hay que empezar ya, porque dar las gracias, junto a otros muchos valores, se está perdiendo.

    Propongo que todos pensemos en tres situaciones que deberíamos agradecer en nuestra vida actual.

    Demos más las gracias y valoremos más lo que tenemos.

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  35. En primer lugar, me gustaría abordar el tema de la gratitud desde una perspectiva más general, analizando lo que para mí significa este concepto y la importancia que tiene y que debe darse en todos los niveles de la sociedad, pero antes, haré un breve comentario sobre lo expuesto por nuestra profesora Lidia Santana.
    En primer lugar, considero muy conveniente el hecho de plantear este tema y hacer un llamamiento a todos los lectores/as jóvenes para que reflexionen sobre si están siendo agradecidos en su día a día en las diferentes situaciones que se le presentan. Me baso en mi idea de que es fundamental educar en valores a una sociedad que, con el paso del tiempo, parece que va perdiendo los pilares principales que la sostienen. Me explico. Los contratos precarios de muchos padres y madres repercuten negativamente en la educación de sus hijos/as de manera que la educación que estos reciben no es tan rica en valores y, por tanto, mucho más deficiente y carente. Esta es tan solo una de las causas por las que pienso que la gratitud en los jóvenes de hoy en día es una cualidad en peligro de extinción y por la que es tan necesario la lectura del texto propuesto.
    Por otro lado, el otro factor que me ha llamado bastante la atención respecto a este blog es la ilusión y la pasión que se deduce de la autora y la profesión que desempeña. Y es que, aunque este no sea un aspecto en el que se profundice, creo que tiene la misma importancia que el hecho de ser agradecido/a porque, bajo mi opinión, está todo relacionado: una persona con ilusiones es una persona feliz y una persona feliz, es una persona agradecida.
    Por último, me gustaría aportar mi visión sobre el concepto "gratitud" y determinar de qué forma lo enfoco yo en mi vida cotidiana. Para mí, este término significa algo más que una postura frente a la familia (que, por supuesto, se ha de adoptar cuando esta se ha desvivido para que no te falte de nada como es mi caso, por ejemplo). Creo que debe ser una forma de ser constante, fija y sincera de contemplar la realidad y de tratar al mundo que te rodea. En este sentido, creo que se ha de agradecer cada detalle que se recibe, pero no como si de un examen se tratase, para quedar bien o similar, sino de forma sincera, teniendo en cuenta el esfuerzo que se hace por la persona beneficiada (por mínimo que sea) y valorando los pequeños o grandes gestos positivos que tiene el entorno en la vida cotidiana (que te recojan las llaves cuando se te caen en la calle, que te pongan la gasolina al coche, que te dejen pasar al entrar a una tienda, que te digan "que aproveche" antes de comer, etc).
    En conclusión, quiero señalar que, como algunos compañeros y compañeras han expuesto en sus anteriores comentarios, pienso que un mundo lleno de "gratitud" es un mundo mejor . Además, como expuse anteriormente, pienso que sería una sociedad más feliz y donde predominarían las sonrisas ante los ceños fruncidos. Yo quiero poner mi grano de arena para ello, por tanto, muchas gracias Lidia y Zuleika por este texto, por la visión de la educación que nos han brindado durante el curso y por habernos acompañado tan positivamente a lo largo de este corto pero intenso tramo de nuestra experiencia académica. De verdad, gracias.
    Daniel Páez Valls, alu0101033334

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  36. Tras haber leído esto, pienso que deberíamos detenernos en muchas ocaciones para darnos cuenta y valorar las cosas que solemos dar por sentadas. A veces la palabra gracias se dice con tanta facilidad, que no sirve. La verdadera gratitud se dice con los ojos. Joel Pimentel Méndez. alu0101046624@ull.edu.es

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  37. Después de esta lectura que esconde un significado intenso, me doy cuenta de lo poco que usamos y ponemos en práctica la gratitud. He hecho una reflexión y acabo de ser consciente de que realmente no expreso la gratitud que debería a las personas que lo merecen, tampoco lo hacen las personas que me rodean y creo que en general, la sociedad. La realidad es que es una lástima que pase esto porque el significado que tiene la palabra gratitud es muy grande y deberíamos ponerlo en práctica porque como bien he leído en el post anterior, para mí demostrar y recibir gratitud es sinónimo de felicidad.

    Me hago un pequeña idea de lo que tuvo que significar para la profesora que le enviarán un correo con tal palabras, tiene que ser satisfactorio como persona que alguien la transmita eso por el trabajo que ha realizado durante estos años. Y sí, es uno de mis propósitos que en mi futuro como docente sea recompensada de tal manera por mi alumnado, pero para ello, antes tengo que realizar la labor de ser una estudiante y una persona que demuestra gratitud para conocer realmente lo que significa, para predicar con el ejemplo.

    Agradezco enormemente que existan post tan llenos de sentimientos como este, gracias a él, actualmente soy un poco más consciente de lo importante que es en nuestras vidas la gratitud. Espero que a partir de ahora, la demuestre más.

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  38. Ser agradecido es un valor que debería primar en todos los seres humanos. Es el pago mínimo y desinteresado que puede dar una persona a otra por la realización de un favor. En una sociedad en la que prima la velocidad de las acciones, las prisas y el realizar un sinfin de actos cotidianos, nos olvidamos de agradecer lo que otros hacen o han hecho por nosotros. Prima la necesidad, lo inmediato. Queremos que las cosas nos las hagan a cambio de nada ni de un simple gracias. A veces por olvido pero otras muchas por egoísmo.
    Pero hay muchas formas de ayudar. Por acciones directas como hacer algo por otra persona. O por acciones indirectas como lo son las publicaciones de libros, canciones o la realización de películas que transmitan mensajes de inspiración o ayuda indirecta.
    Sea como sea la gratitud es una acción y una actitud que como futuros maestros y maestras debemos promover entre el alumnado. Dar gracias es gratis y es una actitud que debemos tener en cuenta en nuestra labor docente pero también debemos tenerla en cuenta cualquier acción de trabajo cooperativo que hagamos. Quizás para no olvidarnos debamos dar las gracias nada más acabar la acción o escribirnos la palabra en la palma de la mano. Es gratis y la otra persona se siente valorada y compensada. Alexej Schustek García

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  39. Personalmente, me reconforta agradecer y que me agradezcan y es un acto que hoy en día, desafortunadamente, he notado que se ha estado perdiendo.

    Mi padre siempre me ha definido en casa como una niña que agradece todo, y es que yo misma me siento mal si no lo hago. ¿Qué nos cuesta agradecer lo que otras personas hacen por nosotros?

    Yo no necesito que la gente esté siempre agradeciéndome las cosas, pero si es cierto, que te llena de satisfacción que las personas valoren tu esfuerzo cuando haces algún acto por ellos, y con lo cual yo he aprendido a hacer lo mismo, puesto que no cuesta nada agradecer y animo a todas las personas a hacerlo.

    Nadie se merece el mundo entero, por ello, cuando alguien te da un pedacito de esa persona, aunque sea el más mínimo detalle, hay que agradecerlo. Y ya no solo hablo de las cosas materiales, puesto que en este mundo sumergido en un bucle que llamamos “redes sociales” es de agradecer (y mucho) que hoy en día una persona te regale un ratito de su tiempo. Para mi, conversar, abarcando diferentes temas, tomando un café y escuchándonos mutuamente sin la invasión de los teléfonos móviles, es algo que agradezco demasiado.

    Es cierto que, hay veces que miro la gratitud como algo difícil, ya que pienso que mi grado de gratitud hacia ciertas personas podría ser incluso mayor. Esto es, me considero una persona bastante agradecida, pero hay veces que, aunque no sea así, yo dentro de mí pienso que no he agradecido lo suficiente. Y es aquí donde quiero mencionar a mi familia. A ellos siempre les doy las gracias, por cada cosa que hagan ya que soy consciente de que todo eso tiene un gran esfuerzo detrás, que no viene del aire. Y vuelvo a mencionar lo mismo que anteriormente, no hago referencia solamente a lo material, hablo también del cariño y del amor que dan a mi persona, aún llegando cansados de una larga jornada laboral, y eso lo agradezco dando una misma respuesta de cariño. No obstante, a veces pienso como agradecer de otra manera todo lo que las personas que me rodean hacen por mí.

    Andrea Medina Hernández.

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  40. Agradecer, un acto tan sencillo, tan apreciado y muy poco valorado.Pocas personas tienen la capacidad de agradecer lo más mínimo, a mí personalmente, eso me molesta, pues me considero una persona muy agradecida, esto se lo debe a mis padres por la educación que me han dado. El hecho de que esa alumna de universidad que ni si quiera era alumna suya, le haya escrito un email agradeciendo el haber compartido sus conocimientos mediante un libro, el cuál le ayuda a dicha alumna a pasar el bache por el cuál pasaba en ese momento, es un acto de admirar y que muchas personas deberíamos reflexionar y aprender de ello. Pues el agradecer no solo reconforta a la persona que, de alguna manera u otra, ha ayudado con algo, si no que también la persona que agradece se siente bien consigo misma. O al menos eso me ocurre a mí, si yo no agradezco algo que siento que me ha ayudado y me ha hecho mejorar como persona, me siento incompleta e infeliz, pues me da la sensación de que no soy yo misma.

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  41. La gratitud es algo que no todos son capaces de mostrar, aunque considero que deberíamos aprender a mostrarla en algunas ocasiones, por ejemplo, en situaciones tan básicas como todo lo que hacen por nosotros y nosotras, nuestros familiares más cercanos (padre, madre, hermanos, hermanas, ...) día a día, como puede ser el prepararnos la comida o simplemente preguntarnos como nos ha ido el día. Considero que esto debería de ser algo natural en este tipo de relaciones, pues creo que las nutre y evita posibles conflictos innecesarios.

    Igualmente, considero que podemos llevar la gratitud más allá, a todas las personas que nos alegran y nos proporcionan felicidad en el día a día (pareja, amigos, amigas, compañeros, compañeras, ...). Pues, aunque podamos no apreciar lo que estas personas nos aportan, debemos ser agradecidos con ellos, pues es un valor poco estimado, el hecho de ser educado con tu entorno y agradecer los pequeños actos.

    Aun así, tampoco creo que debamos ser unos aduladores, es muy positivo dar las gracias, pues, tal y como podemos ver en el post, podemos tener la capacidad de cambiarle el día a otra persona. Sin embargo, creo que si nos excedemos, podemos llegar a cansar a la otra persona. Creo que hay que identificar el momento y la dosis justo para agradecer.

    Finalmente me gustaría comentar la gratitud en el entorno de la universidad. Creo que, desgraciadamente, hay muchos docentes en esta institución cuyo vocación no es la enseñanza, con lo cual, es el alumnado quién que termina "sufriendo" por su poca honestidad en relación con su trabajo, y no me refiero ante los demás, sino ante sí mismos, a darse cuenta de que no son felices dando clases y deberían dedicar su vida a algo que realmente les enriquezca. Pero, también cabe señalar que hay otros docentes, muy escasos en mi opinión, que sí disfrutan de la enseñanza y son capaces de transmitirlo muy eficazmente a su alumnado. Considero que debemos de agradecerles su labor a estos docentes, pues muchas veces son ellos los que consiguen que una gran parte del alumnado no abandone sus estudios por falta de motivación o incentivo.

    Andrea Rodríguez Pérez

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  42. Creo que la palabra gratitud, a pesar de la importancia que tiene, se trabaja muy poco, ya que en muchas ocasiones no somos conscientes de la suerte que tenemos de que no nos falte de nada; de tener cariño, amor y tranquilidad, poder estudiar, vestirnos, comer,…
    Pensamos que esto es lo normal, pero si saliésemos de nuestra burbuja, aunque fuera cinco minutos, nos daríamos cuenta de que somos muy afortunados y de que deberíamos dar más las gracias y quejarnos menos, ya que hemos “nacido con suerte” y no todo el mundo puede decir lo mismo.

    Esto se puede extrapolar tanto a la vida familiar como laboral, ya que todas las personas con las que nos encontramos día a día ayudan a la mejora de nuestra forma de ser, es decir, a nuestro crecimiento personal.

    A lo que me refiero es a que no valoramos la vida que tenemos; siempre optamos por tener “algo mejor” sin darnos cuenta que ya tenemos todo y a todos los que necesitamos para ser feliz, o al menos así lo veo yo.

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  43. Esta entrada me ha hecho reflexionar enormemente sobre mi paso por la Universidad, aunque no es la primera vez. Considero que, tal y como dice la alumna, estamos preocupados por aprobar cada asignatura, pasar cada curso y sacar la carrera. Porque eso es lo que nos corresponde ahora. Hemos salido del instituto y tenemos 4-5 años para prepararnos para el futuro. Sin embargo, no nos paramos a aprender, a reflexionar. No nos paramos a disfrutar de algo que realmente nos encanta. Y esto me resulta triste. Tampoco nos interesamos por aprender más de lo que no dan, leer libros sobre cuestiones relacionadas con la educación, que nos ayuden a nuestra futura práctica docente. No tenemos curiosidad. Muchas veces, la gran carga de trabajo en todas las materias y la actividad extraescolar hace que no dediquemos el tiempo suficiente a lo verdaderamente importante y que, cuando lo dedicamos, no lo hacemos al 100%. Estamos cansados o desmotivados.

    Con respecto a esta última idea, considero que el profesorado también juega un gran papel ya que deben marcarse el objetivo de incentivar esa motivación en el aula, al igual que lo es para mí es un futuro.

    Finalmente, me gustaría agradecer a todos aquellos maestros y todas aquellas maestras que han dejado rastro en mí, tanto en el colegio como en la Universidad, por su labor, su dedicación con cada uno de sus alumnos y alumnas y que, sobre todo, nos hacen crecer como personas.

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  44. Ana Merino Pintor

    Para empezar quiero decir que el sentido de aprender pienso que es algo que se tiene que motivar, pero a la par está dentro de cada uno el querer o no querer aprender. Digo esto porque creo que hay diferentes tipos de personas. Creo que hay personas que estudian para poder tener un empleo y seguir con su vida y, opuestamente, hay personas que desean realmente aprender sobre una o varias áreas que pueden o no estar relacionadas. En mi caso, a la hora de elegir una carrera tuve muchas dudas porque todo me gustaba, sabía que podía optar a cualquier grado, pero me costaba mucho elegir, al final decidí, que por mucho que todo me encantase, tenía una pasión y aquí estoy 4 años después y no 3 como pensé por motivos de salud, pero feliz de seguir aquí y con mil planes en la cabeza para seguir aprendiendo y disfrutando de crecer. No será mi primera y última carrera, y tampoco dejaré nunca de aprender, porque eso es lo que te hace seguir creciendo como persona y como profesional.

    Gratitud, una palabra muy pequeña para el valor tan inmenso que tiene. Cuando este sentimiento sale a la luz es puramente desde el corazón, este sentimiento no se puede fingir, ni se puede forzar. Se siente gratitud por diferentes cosas, yo por ejemplo, con mis abuelos. Son personas que me han educado, me han criado y me lo han dado todo y les muestro mi gratitud y mi amor todos los días. Siento gratitud, cuando alguien me ayuda sin motivos y sin ningún tipo de favor. Lo siento cuando piensa en algún que otro profesor o profesora que estuvo ahí, no solo enseñando si no también, con su amor, con sus valores y su dedicación. Siento gratitud, por todas aquellas personas que me hallan marcado para bien o para mal porque gracias a todos ellos soy quien soy hoy. Agradezco haber nacido donde nací y en la familia en la que nací. Por todo esto, creo que debemos empezar a dar más las gracias de corazón y de forma sincera y por supuesto, DECIRLO, porque decirlo es tan importante como sentirlo. Como dijo John F. Kennedy “Siempre hay que encontrar el tiempo para agradecer a las personas que hacen una diferencia en nuestras vidas”.

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  45. Personalmente también siento el hecho de que el valor de la gratitud se está perdiendo en las personas ,o que simplemente no se está expresando. La gratitud no se expresa con un simple “gracias”, el agradecimiento ha de ser verdadero y sentirse de verdad, ha de salir del corazón. Este agradecimiento se ve reflejado en el correo recibido por la profesora Lidia.
    Algo que no comparto de este texto es su visión del estudiante universitario ideal, o del que tendría que haber más. En mi opinión hay muchos perfiles de estudiantes universitarios con mucho que aportar, cada uno sacándole provecho a sus puntos fuertes y que aprendan de las destrezas de otros compañeros y compañeras. Para mí no hay un estudiante concreto que la universidad necesite, sino que ésta precisa de estudiantes de buenos estudiantes de diversa índole. En la diversidad se halla la riqueza.

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  46. En primer lugar, comparto la idea de que la gratitud es un valor inexistente en las generaciones actuales. Vivimos tan deprisa, que no tenemos tiempo para mirar el pasado y ver cómo hemos llegado al aquí y ahora, aunque no sólo cómo lo hemos realizado, sino quién nos ha ayudado a lograrlo. Siempre sabemos que la familia y los amigos estarán durante el desarrollo de nuestra vida, pero ¿y todos esos maestros y profesores que nos han ayudado tanto en nuestro desarrollo formativo como personal?

    En este blog, me siento muy identificada con la alumna que retomó sus estudios, puesto que en Bachillerato tuve la oportunidad de tener una profesora que me motivaba al saber, al curiosear... No sabía lo que era aprender hasta que llegó ella. No sabía las maravillas del saber, hasta que llegó ella.

    Es por esta razón, que le doy gracias no sólo a esta profesora que motivó mi camino, sino a todos los demás que, en cierta parte,me han ayudado a estar dónde estoy y a ser como soy.

    Por último, opino que deberían existir más estudiantes motivados, curiosos y con ganas de aprender, pero también es cierto, que no podemos exigir este tipo de perfil, si desde las escuelas no se desarrollan esas mentes pensantes. Es decir, no podemos querer estudiantes ideales si no tenemos un equipo docente que motive y desarrolle en sus alumnos ese perfil idóneo.

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  47. Tal y como menciona Lidia al comienzo de su entrada al blog, vivimos en un mundo de constante cambio, un mundo en el que la velocidad está tomando una enorme relevancia. Es en parte, culpa nuestra, de los docentes, de que la vida esté tomando este rumbo, pues nos centramos a dirigir un contenido con una finalidad determinada en un plazo previamente definido, forzándonos a nosotros mismos a tener que correr para llegar a dar todo el temario y así poder evaluar. Pero parémonos a pensar en esto por un segundo. Si nosotros mismos corremos para dar el contenido, ¿cómo no vamos a pretender que la sociedad de hoy en día, compuesta por aquellos a quienes supuestamente estamos educando, no vayan también a toda velocidad?. Primamos por una educación y evaluación rápida en lugar de una de calidad. Con esto, pretendo criticar abiertamente al sistema educativo, que bajo mi punto de vista está mal estructurado y somete a estrés a los profesores y estos a su vez, al alumnado, que sufren de lo mismo bajo cada una de las asignaturas.

    En definitiva, si no se puede enseñar bien, tampoco se educar bien, dejando de lado aspectos fundamentales como los valores. En este post la profesora Lidia menciona el valor de la gratitud, un valor que se expresa desde lo más profundo del corazón. Un valor que no solo, valga la redundancia, gratifica a la persona que la recibe, sino que de cierta manera, también afecta positivamente a la persona que la emite. Pues, ¿qué sensación hay mejor que la de sentir que haces algo bueno por alguien?. Sin embargo, y volviendo a apoyarme en la primera parte, en el mundo que vivimos de las altas velocidades, grandes cargas de trabajo y estrés, veo completamente normal no visibilizar este valor. No pongo en duda que las personas sientan gratitud hacia otras en determinados momentos, pero por un motivo u otro, nos limitamos a un simple gracias.

    Fabio Kloet León

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  48. Es innegable que, en la sociedad actual, las personas estemos ancladas en el vaivén del corre corre, de las prisas y de sus consecuencias. Nos cuesta buscar algún modo de salir de ese molde estancado siempre en lo mismo. Cuando vas pasando por diversos ámbitos sociales, tanto personales como académicos, es raro presenciar a alguna persona que ame su trabajo o que muestre un interés tal por aprender y adquirir mayor conocimiento sobre algún tema. Considero que este problema surge por ambas partes, muchos nos sentimos en la monotonía de querer avanzar, independientemente del proceso de aprendizaje y del camino que sigamos.

    En nuestro sistema educativo, se sigue premiando de diferentes formas el aprendizaje por memorización, en vez que hacerlo por la adquisición de saberes y competencias mediante otras vías, por lo que salir del paso es prioridad absoluta en un sistema que sólo te contempla como un número más. Sin embargo, a lo largo de mi trayectoria vital, he podido aprender de diversos docentes que rompían los esquemas, que te impulsaban a aprender, debatir, crear, etc. siempre con un objetivo en mente "Ver más allá de lo que ves". Con todo esto, solo puedo estar agradecido de lo que he visto y aprendido, de aquellas personas que me lo han transmitido y de la posibilidad de poder hacerlo ahora de primera mano con otras personas.

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  49. Según la RAE (2001) GRATITUD, el sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera.
    Si nos tenemos en cuenta la definición textual es un aspecto muy genérico sobre todo lo que puede esconder está palabra. La gratitud para mí se entiende como un acto de más que de favor es de agradecimiento hacia algo o alguien, vivimos en una sociedad que se olvida de dar los buenos días cuando va a comprar o le cuesta pedir perdón. Tener un acto de agradecimiento y reconocer la ayuda que las personas nos pueden aportar, eso sí es un acto que dicta mucho sobre las personas.
    Deberíamos de pararnos a reflexionar sobre cuántas personas no han ayudado o nos han brindado la oportunidad de aprender de ellos, de sus conocimientos o sus prácticas y no hemos agradecido esa labor. Parar nuestro mundo interior para analizar lo qué tenemos al lado, valorar y hacer crecer al resto con un pequeño gesto como pudo ser esté correo, eso sí es un gran acto de sabiduría.

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  50. Cuando hablamos de gratitud nos puede hacer recordar momentos determinados de nuestra vida en donde lo hayamos experimentado en primera persona o por ejemplo, situaciones que hayamos observado diariamente. Éstas pueden ocurrir en cualquier momento del día a día, puesto que somos seres humanos que nos relacionamos en sociedad, por lo que siempre existirá alguna persona a la que le debemos estar agradecidos/as por alguna acción que haya realizado en un determinado momento, como puede ser el/la chófer por parar la guagua en la parada en la que te encuentras, un/a dependiente/a que te ayuda a buscar una determinada prenda de ropa, un/a individuo/a que le cede el asiento a una persona mayor, etc. Vivimos rodeados de pequeños detalles que pertenecen y dan sentido al valor de la gratitud, sin embargo, no todos/as son conscientes de la situación. De esta manera, y tristemente, es común observar cómo gestos tan sencillos como el hecho de dar las gracias a las personas que, por alguna u otra razón te están ayudando, atendiendo o apoyando, están desapareciendo.

    Además, relacionándolo con el ámbito educativo, podemos observar la importancia de que, nosotros/as como docentes inculquemos valores de esta magnitud para poder contribuir al desarrollo de personas sociales que valoran situaciones y actitudes que el resto de sus compañeros/as, profesores/as o padres/madres tienen hacia él/ella. Asimismo, debemos aprovechar esta actividad para hacer una autorreflexión que nos permita volver a retomar el sentido de la gratitud hacia las personas que en algún momento han hecho o estén haciendo algo para nosotros/as. De esta forma, debemos comprometernos al cambio dándole una vuelta a lo que nosotros/as entendemos por gratitud, pudiendo sacarle el máximo partido a esta práctica comenzando por los pequeños detalles que vamos a encontrar dentro de nuestra rutina puesto que, para muchos/as, que se les reconozca dicho valor supone la alegría y motivación que en ocasiones olvidamos, como bien hemos visto en el email.

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  51. La alumna de Psicopedagogía de la Universidad de Zaragoza es un claro ejemplo de lo que muchos y muchas hemos vivido (al menos alguna vez) sobre los diferentes obstáculos e impedimentos a los que nos enfrentamos en nuestra búsqueda de conocimiento y desarrollo profesional. Entramos con ganas e ilusión de aprender, explorar y experimentar para desarrollar las competencias que necesitaremos para nuestro futuro profesional, pero en algunas asignaturas nos encontramos con objetivos totalmente alejados de nuestra meta profesional. En este sentido, hay asignaturas las cuales no nos aportan información tan relevante para nuestro desempeño laboral. También en muchas de las asignaturas lo que prima no es entender el conocimiento para saber aplicarlo sino memorizar el conocimiento para aprobar la prueba que tienes en convocatoria. Esto hace que no se promueva en el aula un ambiente enriquecedor basado en la comprensión y en el respeto mutuo, sino un ambiente basado en la desmotivación y ansiedad.

    En cuando a la educación superior, esta ha de adaptarse a las necesidades que presenta la sociedad y presentar planes de estudios ajustados a la realidad que rodea al estudiante puesto que el estudiante de 2023 vive en una sociedad totalmente alejada al estudiante que cursó el mismo plan de estudios en el año 2010. Para lograr mejoras en el sistema educativo debe haber cambios significativos (p.e. distintos enfoques de enseñanzas, metodologías innovadoras...).

    Mencionando la gratitud, se trata de una cualidad que muy pocos poseen y que muchas veces obviamos. En nuestro día a día damos por hecho acciones que hacen por nosotros y como es rutinario no somos agradecidos con nuestras familias, amigos o incluso profesores por ayudarnos o brindarnos su apoyo en todo momento. Debemos apreciar los pequeños privilegios y comodidades de los cuáles podemos ser beneficiados siendo agradecidos y reconociendo esa importancia que merece. Por lo que, la gratitud es un engranaje esencial de nuestra vida.

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  52. Tras leer la publicación, creo que la gratitud es una cualidad que se pasa por alto sobre todo en el ámbito universitario tanto por parte del alumnado como del profesorado. Es evidente que nos podemos encontrar todo tipo de perfiles en la Universidad, desde alumnos y alumnas sin interés por las materias y cuya aportación e implicación son inexistentes hasta profesores y profesoras pasivos, con falta de motivación y empatía que utilizan metodologías desmotivadoras para su alumnado. Cuando se dan estos casos, hay una mayor probabilidad de que la gratitud sea inexistente. No obstante, también existe profesorado que se muestra implicado, se esfuerza por mejorar y proporcionar una educación de calidad, así como existe alumnado que muestra interés y dedicación por las diferentes materias participando de forma activa. ¿Por qué en estos casos no somos agradecidos con los demás? En mi opinión, la cultura de gratitud va desapareciendo a medida que vamos superando las diferentes etapas educativas. En los centros escolares solíamos apreciar y reconocer más el trabajo del profesorado y del alumnado que en los institutos y en los institutos algo más que en las universidades. Por este motivo, considero que tanto los estudiantes como los y las docentes deben reflexionar y ser autocríticos con el fin de reconocer y apreciar sus contribuciones y esfuerzos. Un aula donde está presente la gratitud por ambas partes crea un ambiente positivo que puede mejorar la calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje, así como la relación entre el profesorado y el alumnado, llegando incluso a crearse ese sentimiento de pertenencia al grupo.

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  53. Gratitud, que falta le hace al mundo. Nos hemos convertido en presas del tiempo, de los quehaceres, de nuestra propia vida. El ir a mil por hora a todos lados, el tener la cabeza en mil cosas a la vez en todo momento, hasta cuando estamos con amigos, hasta cuando intentamos descansar.
    Nos falta vivir. Sí, estamos vivos, pero ¿Qué es estar vivo y no expresarlo? y expresarlo con lo mínimo, tal y como podemos leer en este Post, ¿Porqué algo tan sencillo nos cuesta tanto? Ni si quiera pensamos en lo fácil que es y cuánto puede llenar a una persona.
    Seríamos más felices y aprenderíamos a parar. Parar es muy necesario en algunos momentos del día (en la cúspide de nuestro estrés e incluso antes), en algunos momentos de nuestras vidas. Si nos paráramos a agradecer (y no hablo de al dios o cosa a la que probablemente acabamos haciéndolo y muchas veces le echamos las culpas cuando no vemos más allá, cuando no vemos lo positivo, aunque sea lo mínimo, y nos cegamos de negatividad), a nosotros mismos, por lo que nos ha costado llegar (pasado); a nuestra familia (presente), ese pilar que aguanta todo a pesar de los balazos que puedan llegarle de nuestra parte, porque podemos ser educados, buenas personas y amar a nuestra familia, pero ¿Cuántas veces le dices a tu familiar más cercano (en mi caso mi madre o mi abuela) gracias, o quizás un simple te quiero, que muchas veces significa lo mismo? Estoy segura de que pueden pasar días y esa palabra tan sencilla no sale de nuestras bocas, y cuánto cambiaria (futuro).
    Estamos acostumbrados a que nos quieran sin razón, en este caso son nuestra familia, es difícil (aunque no imposible) pensar lo contrario, pero ¿Qué pierdes demostrando el cariño con palabras, y no solo con gestos?, gestos que quizás das al par de días, ni si quiera al momento. Nos exigimos tanto que vamos siempre a lo más complicado, intentando superarnos así día a día y no nos damos cuenta de que lo simple llena más, de que no te tienes que exigir nada (o no deberías) para dedicar un simple GRACIAS, o un simple TE QUIERO. Para y hazlo ahora, quizás es algo "fuerte" escribir esto, pero, realmente no sabes quien podrá faltar en tu vida en minutos, horas, días... VIVAMOS, y vivamos el presente, que del futuro nadie sabe (y es en el que nos centramos siempre), y por supuesto, AGRADECE, siente, expresa, que no cuesta nada y hemos podido comprobar que merece la pena y llena mucho.

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  54. Como decía Antonio Escohotado un país es rico cuando tiene educación. En este contexto, educación significa que, aunque puedas robar no robas, que cuando tú vas paseando por la calle si la acera es estrecha te bajas y dices disculpas, que cuando vas a pagar la cuenta de un restaurante dices gracias, etc. En otras palabras, la riqueza de un pueblo es conocimiento ligado al respeto, la gratitud y la generosidad.

    Este texto refleja este tipo de educación, presentándonos una reflexión valiosa sobre el sentimiento de gratitud y su impacto en la vida de las personas. La historia de la alumna que expresa su agradecimiento por el libro y la influencia positiva que este ha tenido en su proceso de enseñanza-aprendizaje, no es más que una imagen emotiva de una excelente estudiante que de verdad se preocupa por aprender y no por aprobar.

    En este sentido, también es preciso realizar una crítica a la universidad, especialmente a las prácticas docentes. Esto es debido a que dicha discente menciona la falta de conexión con los educadores, la sensación de que se prioriza el aprendizaje memorístico sin comprensión y la realización de trabajos en grupo que carecen de verdadero significado educativo.

    Por ello, creo que tal y cómo se menciona en este escrito, la universidad no puede permitirse perder a estudiantes entusiastas y maduras como esta alumna. En definitiva, es necesario un cambio en la educación superior.

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  55. La gratitud es un valor poderoso que a menudo pasa desapercibido en la agitación de la vida moderna. En un mundo lleno de prisas, a menudo olvidamos reconocer y agradecer a las personas que han hecho una diferencia en nuestras vidas. La gratitud no solo es un gesto de aprecio, sino también una fuente de inspiración que puede impulsarnos a hacer más y alcanzar nuestro potencial. Ejemplos personales, como un correo electrónico de agradecimiento a una profesora, ilustran cómo la gratitud puede ser una fuerza transformadora que afecta tanto a quienes la expresan como a quienes la reciben.

    La importancia de reconocer las contribuciones de otros es un recordatorio fundamental. Tanto en el ámbito personal como en el educativo, la gratitud nos conecta y enriquece nuestras relaciones. En el contexto educativo, los profesores motivados por el reconocimiento brindan una educación de calidad, mientras que los estudiantes se benefician al valorar el esfuerzo de sus profesores.

    La gratitud también nos permite ver el mundo desde una perspectiva diferente, recordándonos que nuestras circunstancias a menudo influyen en nuestras vidas. En resumen, la gratitud es una fuerza inspiradora y transformadora que nos conecta con los demás y nos enriquece en nuestro viaje por la vida.

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  56. El término gratitud permite reconocer los aspectos pasados y actuales positivos, que de alguna manera nos han beneficiado. Cabe destacar que Emmons (2007) comenta la existencia de tres condiciones en el proceso de la gratitud:
    La persona que perciba aquello con que ha sido beneficiado como algo con valor. Esta condición hace referencia a la importancia que le otorga cada persona a lo que ha recibido y según su grado, se sentirá más agradecido o menos.
    La persona pueda reconocer al agente que lo ha beneficiado.
    Percibir el agradecimiento como un regalo o un premio que se recibe de forma gratuita y ser consciente de que a pesar de realizar, por ejemplo, un buen trabajo quizás podría no haber recibido este beneficio.

    En la vivencia que se presenta en este blog se reflejan las tres condiciones comentadas anteriormente.

    Respecto a la crítica planteada por la estudiante de Psicopedagogía en la Universidad de Zaragoza, destacar que el sistema educativo en numerosas ocasiones se centra en impartir ciertos contenidos de manera casi automática sin realizar procesos que permitan el razonamiento de las cuestiones planteadas. Cabe mencionar que actualmente podemos observar como en la mayoría de las aulas nos encontramos ante un grupo de docentes y discentes que comparten el mismo objetivo, impartir/recibir contenidos para otorgar/obtener un certificado de la titulación realizada.
    Ante esta situación, numerosos docentes que si desean que sus alumnos y alumnas aprendan de manera significativa se han visto obligados a abandonar la educación por la desmotivación creada por el propio sistema educativo.
    Asimismo, como se puede leer en este escrito, es importante que la universidad no pierda este tipo de estudiantes que desean aprender y para ello se debe llevar a cabo la aplicación de nuevas medidas que reflejen la importancia de una educación de calidad tanto a nivel de los procesos de enseñanza-aprendizaje como en las relaciones entre los docentes y el alumnado.
    Por lo tanto, el sistema educativo debe plantearse una reforma educativa en la cual se le de mayor importancia al aprendizaje así como a la profundización y reflexión sobre el temario impartido y que no se limite a abordar contenidos de manera superficial.

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  57. En relación a lo leido opino que el reconocimiento de nuestras fortalezas y logros desempeña un papel crucial en varios aspectos de la vida. En primer lugar, actúa como un poderoso motivador, proporcionando un impulso fundamental para enfrentar desafíos con confianza. Este reconocimiento no solo alimenta la autoestima, sino que también contribuye al desarrollo personal al proporcionar una comprensión más profunda de nosotros mismos. Al identificar nuestras habilidades, avanzamos en el desarrollo de quienes somos.
    Pero yo creo en cierta medida nuestra profesión responde a un modelo de sembrar para en un futuro recojer los frutos. Pero en muchas ocaciones, los profesionales de la educación no somos testigos de los frutos de nuestro esfuerzo y dedicación.

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  58. Nerea L. Mesa González
    Las personas pueden ser seres emocionales, racionales, sociales... que tienden a guardar lo que sienten, emociones o forma de pensar, por ejemplo, sin ser una excepción el sentir gratitud. La gratitud es ese sentimiento/emoción que surge cuando uno/a se encuentra conforme ante la labor de otra persona (estar agradecido con un familiar por los cuidados recibidos, el estar agradecido con un amigo que te ha apoyado en un momento de debilidad como puede ser una ruptura, etc.), llegando a sentie aprecio a la personas, siendo que forma parte de su vida (familia, amistades, profesorado, etc.) o ajena a ella (como es el caso del relato que se cuenta en el blog). No siempre, el demostrar dicho agradecimiento o expresarlo resulta fácil pero si debería de hacerse debido a que, por un lado, refleja tu forma de ser (qué valoras, qué necesitabas, tu situación... como es el caso relatado) y llegas a conectar con la persona a la que va dirigido ese agradecimiento. Vivimos en una sociedad globalizada en la que la educación, la forma de ser/actuar, la expresión de uno/a, la comunicación... es esencial, desde el respeto o las interacciones sanas como es el caso de dar las gracias, decir "buenos días/tardes/noches", ayudar a quienes necesitan ayuda si se le puede dar, etc. tomando de referencia a nuestro entorno (buenos/as profesionales que muentran a la persona con conocimiento teórico-práctica y con buena forma de ser, familias que hagan lo mencionado y/o diversas figuras de referencia).

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  59. Entiendo perfectamente la situación en la que se encontró la alumna y me identifico con la sensación de intentar entender los conocimientos impartidos mientras nos enfrentamos a distintos desafíos. En toda mi etapa como estudiante en la ULL, tanto en el máster como en la carrera, he experimentado momentos en los que el agobio y la desesperación han podido conmigo durante. Sin embargo, son situaciones como la que vemos en el post las que ayudan y motivan a persistir, a intentar buscar inspiración no solo en internet, sino a coger un buen libro de la biblioteca y empaparnos de todo ese conocimiento, que a veces solo estamos ante una mala racha y llega el momento donde encontramos algo, en el caso de la alumna, un libro, que nos hace salir a flote.

    Asimismo, también hay que resaltar las acciones de gratitud, como el gesto de agradecimiento de la alumna hacia su profesora. A veces no somos conscientes de la importancia que tiene un “gracias”, lo mucho que nos cuesta hacerlo, lo poco que tardamos en decirlo y lo feliz que hace a la gente a la que se lo decimos. Mostrar gratitud no solo mejora las conexiones personales sino que alienta a otras personas a ser agradecidas y a convivir en un entorno de generosidad, así que deberíamos empezar a ser más agradecidos con las personas de nuestro alrededor que nos acompañan y nos ayudan a mejorar.

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  60. Cuando se habla del constructo de gratitud se me viene a la mente lo desgastadas que están las relaciones sociales e interpersonales en la sociedad actual, donde la mayor interacción que poseen dos seres es mediante las pantallas. Considero que la educación ha disminuido con los años, donde antes se escuchaba un “buenos días”, “gracias”, “de nada”, poco queda ya de esas expresiones en una sociedad altamente egoísta y egocéntrica.

    La gratitud, siendo un pilar fundamental de la educación básica, conlleva reconocer y expresar el esfuerzo que realiza la otra persona, fortaleciendo los lazos entre ellas. Esto lleva de la mano poseer una relación estable y saludable, así como promover el bienestar emocional. Este es un acto humano, básico y que se encuentra extendido en todas las culturas, siendo, o como yo lo veo, un idioma universal; se manifiesta a través del reconocimiento hacia la contraparte de la relación. Sin embargo, escasas connotaciones quedan a día de hoy.

    Cuando escucho la palabra, si es verdad, que pienso en mi familia y mis amigos más cercanos. Pues al final conforman una red de apoyo indispensable a la que estoy eternamente agradecida y me encargo de intentar demostrárselo tanto con actos como palabras. Porque de nada sirve expresarlo, sin demostrarlo.

    Aunque es importantísimo en el ámbito diario, en las relaciones sociales y cotidianas, así como en las familiares; considero que la gratitud en el ámbito educativo es, igualmente, relevante. De manera que se fomente un aprendizaje completamente positivo con una bidireccionalidad, donde las personas tienden a sentirse más motivadas y comprometidas cuando se sienten valoradas y apreciadas. Así, se tiene en cuenta las perspectivas de las otras personas, sus experiencias y sus esfuerzos.

    Y es que, esta nueva sociedad cambiante, acelerada e individualista, hace falta un poco más de gratitud y un poco menos de mirar solo para el ombligo de uno.

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  61. Es verdad que actualmente solemos ir por la vida muy apresurados, pasando de una acción a otra casi de forma automática y debido a ello pasamos por alto muchas cosas que suceden a nuestro alrededor, no nos tomamos el tiempo de pensar y reflexionar cómo las acciones de otras personas hacen mella en nuestra propia vida, esto conlleva que demos por sentado muchas de estas cosas y no las apreciemos o no demostremos nuestra gratitud a todas aquellas personas que de una forma u otra aportan algo positivo a nuestras vidas. La gratitud es una cualidad poderosa que a menudo, entre los universitarios, pasa desapercibida en medio de las exigencias académicas y las responsabilidades diarias. Sin embargo, no deberíamos olvidar que la universidad nos da la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos, nuevas formas de pensar, nos permite enriquecernos tanto profesional como personalmente. Es por ello que, aunque nos encontremos inmersos en los múltiples desafíos que presenta la vida académica, deberíamos agradecer a todo aquello que facilita y enriquece nuestra vida universitaria; a los profesores que comparten sus conocimientos y experiencias en clase, a los compañeros que nos permiten tener diversas perspectivas de la vida y as todas las personas (amistades, familia, pareja…) que nos acompañan durante esta experiencia y nos comparten su sabiduría.

    En cuento al correo de esta estudiante, comenta muchas realidades que viven los estudiantes. La vida académica conlleva muchos desafíos (largas noches de estudio, plazos ajustados, mucha carga de trabajo, presión por altas expectativas…), que también se suma a las condiciones personales de cada persona. Esto a veces puede llevar a la desmotivación entre los estudiantes y esto se une a que muchos profesores emplean metodologías de enseñanza monótonas y repetitivas, en las que no se promueve el verdadero aprendizaje. Este sería un aspecto en el que reflexionar detalladamente y los docentes deberían tener en cuenta como pueden motivar a su alumnado mediante las metodología que toman en clase y cómo pueden transmitir sus conocimientos de la forma más beneficiosa y que promueva la curiosidad y las ganas de aprender de los estudiantes.

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  62. La gratitud, en este contexto, es el reconocimiento y aprecio profundo expresado por la estudiante hacia el autor del libro "Orientación educativa e intervención psicopedagógica". A través de sus palabras, se evidencia un agradecimiento por la claridad y humanidad con la que el autor aborda temas académicos, superando las dificultades que la estudiante enfrenta en su regreso a la universidad. Esta gratitud se traduce en valorar la obra por su capacidad para aclarar dudas, transmitir valores, y ofrecer una perspectiva alentadora frente a los desafíos educativos. La estudiante agradece no solo la calidad didáctica del libro, sino también la inspiración que le brinda para mantener una visión optimista del aprendizaje, a pesar de las frustraciones y desafíos en la universidad. En resumen, la gratitud se manifiesta como un reconocimiento hacia el autor por su contribución significativa a la experiencia educativa de la estudiante.

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  63. Con este pequeño texto se puede apreciar la importancia que tiene la gratitud en un mundo marcado por la prisa y la falta de sosiego. En esta lectura se comparte una experiencia personal en la que se destaca la relevancia de expresar el agradecimiento hacia aquellas personas que de alguna forma han contribuido a nuestro crecimiento o bienestar.

    El testimonio sobre el correo donde la persona expresa gratitud por el impacto positivo recibido tras la lectura del libro, destaca la conexión entre el trabajo de la autora como profesora y el impacto en la formación de los estudiantes.

    Además de ello, me parece importante destacar la actitud de la docente, al demostrar empatía tras comprender las dificultades de su estudiante y de que a pesar de los obstáculos que manifiesta, se esfuerza por aprender y buscar la motivación en su educación universitaria. Por ello, el gesto de la docente de compartir la historia con sus alumnos, muestra el deseo de fomentar una cultura de gratitud y aprecio por el aprendizaje.

    En definitiva, a lo largo de la lectura se destaca la importancia de la gratitud así como la pasión por el aprendizaje en el ámbito educativo, destacando la responsabilidad de los docentes de inspirar y motivar a sus estudiantes. Además, la narración de esta historia aporta autenticidad y hace que conectes emocionalmente, de manera que el mensaje se hace más efectivo.

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  65. Es innegable la gran importancia que tiene la labor docente en la sociedad. El hecho de
    fomentar el espíritu crítico del alumnado, así como su motivación, es lo que permite
    contribuir a crear una sociedad pensante e innovadora que desea continuamente
    aprender. Desde mi experiencia personal, me he encontrado con docentes de todo
    tipo: desde los típicos que solamente se dedicaban a leer presentaciones proyectadas
    hasta los que me permitían debatir y reflexionar sobre diversos contenidos. Sin duda,
    los maestros que más recuerdo (y con los que más agradecida estoy) son estos últimos
    porque me llevaron a plantearme cuestiones que hasta ese entonces eran
    inimaginables para mí. Asimismo, el correo electrónico aportado en este post me ha
    hecho reflexionar sobre mi futuro. Yo soy maestra de Educación Infantil y, sin duda, me
    gustaría dejar una huella positiva y significativa en mi alumnado despertando en ellos
    ese espíritu crítico y pensante. Mi meta principal es que cuando ellos y ellas sean
    personas adultas, me recuerden con agrado y gratitud. Una gran parte de nuestra
    personalidad proviene de nuestras experiencias vividas en la escuela, por ello, es
    importante estar agradecido con aquellos maestros y maestras que han contribuido
    positivamente en nuestros procesos de enseñanza-aprendizaje y nos han permitido ser
    personas con libertad de pensamiento y espíritu crítico.
    Por otra parte, es necesario abandonar esas actitudes egoístas y egocentristas que
    están vigentes en la actualidad y caminar hacia una comunidad más comunicativa y
    agradecida, ya que a veces no valoramos suficiente los esfuerzos que hacen otras
    personas por nosotros de manera altruista. En definitiva, el concepto de gratitud es
    uno de los más fundamentales a nivel vital puesto que este término nos abre las
    puertas a una sociedad más cooperativa y unida.

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  66. REALIZADO POR ELISA TOLEDO
    En el comentario expuesto podemos detectar varios conceptos relevantes. El primero puede ser el rol de los docentes de la universidad, otro, el perfil de los estudiantes universitarios, y, por último, un acto de gratitud voluntario en la era digital. A diario muchos estudiantes, incluso docentes utilizamos fuentes de autores que nos nutren de sabiduría, no obstante, el uso de este recurso por medio de la red online, despersonaliza el artículo o libro. Vivimos en una sociedad en la que estamos sobre informados y tenemos acceso a documentos prácticamente ilimitados, por lo que, en ocasiones, se nos olvida que estos tienen un autor. Cuyo objetivo es transmitir sus conocimientos. Probablemente estos no lo hagan por buscar reconocimiento, ahora bien, la gratitud altruista en medio de una época de “prisas” y sobreinformación, evoca el sentimiento de satisfacción hacia el trabajo realizado, el tiempo y el esfuerzo implicado.

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  67. Cuando pienso en el significado de la palabra gratitud pienso en que una persona aprecia aspectos no materialistas donde los demás ejercen un papel importante en nuestro bienestar emocional. Como la mayor parte del mundo lo primero que se le puede venir a la mente es a la familia o las personas que aunque no sean de sangre consideramos como familia, son las personas que desde nuestra infancia más nos han apreciado y educado por ello sentimos esta gratitud hacia ellos.

    Por otro lado, también siento gratitud por los docentes que me han marcado por lo brillantes y la ilusión que desprendían en las aulas. Me han enseñado tanto a nivel educativo como a nivel vivencial para yo decidir desde pequeña que ser maestra era la vocación de mis sueños. Estos profesores sin darse cuenta me han propulsado a enfocarme en el futuro que deseo desde pequeña jugando en mi casa a darle clase a los peluches.

    También leyendo algunos de los comentarios del post, coincido en que actualmente con la velocidad de vida que llevamos; con un ritmo sin pausa, muchas veces no nos llegamos a dar cuenta de simples detalles que nos regalan las demás personas. Una sonrisa, una mirada, un saludo, escucharnos, una llamada para preguntarte como te va el día, darnos el paso o incluso cedernos el turno son gestos personales y con mucha gratitud que al estar enfocados en los propósitos y metas a cumplir tanto a corto como largo plazo no llegamos a prestarle atención y/o agradecerlo.

    Como conclusión final, debemos mentalizarnos más de que desde nuestro futuro profesional como maestros y maestras es fundamental enseñar al alumnado a ver lo que es la gratitud y a sentirse agradecidos y afortunados de conocerlo y tenerlo tanto con las personas de su círculo como del exterior.

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  68. En primer lugar, me gustaría reflexionar sobre la ignorancia que tenemos muchos sobre el poder de la gratitud. Ser agradecido, ya sea dando las gracias o valorando todas las cosas que tenemos, nos hace alcanzar una poderosa energía positiva que nos motiva a vivir más y mejor y más felices, así como nos incita a seguir haciendo cosas por los demás. Pues nos invita a tener en cuenta las cosas positivas de nuestra vida y, además, a tener una actitud diferente frente a ella.

    La gratitud debería adquirir mayor importancia en nuestra sociedad y más ahora que vivimos en un mundo cada vez más interconectado, donde las relaciones humanas son cada vez más informales, pero más frías y menos agradecidas. Puesto que este post, no solo me ha hecho reflexionar el significado de gratitud, sino también, el desaliento de esa chica que escribió un correo agradeciendo la ayuda, el espíritu, la sabiduría que le proporcionó un libro y que ella esperaba encontrar en la universidad, que se había convertido en una realidad poco agradecida con el hecho y la oportunidad de proporcionar conocimientos, sabiduría, espíritu crítico a otros y recibirlos. De hecho, me he sentido identificada, porque muchas veces, nuestra actitud frente a las clases no es motivadora, de agradecimiento por estar dónde estamos y tener la oportunidad que no tienen otros de nutrirnos de conocimientos y de potenciar nuestras capacidades para desarrollar lo mejor de nosotros mismos.

    Ese libro ayudó y mejoró la vida de esa chica en muchos aspectos de su vida, y eso hizo que su autora se sintiera profundamente feliz, porque la gratitud se siente cuando nos ha mejorado la existencia y queremos devolverle el favor.

    Por último, considero que en el día a día hay muchos gestos que se infravaloran pese a que significan tanto. Por ello, he reflexionado que la gratitud es también valorar las oportunidades que tenemos y apreciar los buenos gestos que nos brinda el resto, esas pequeñas cosas en la vida, que sin ellas, sería mucho más triste.


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  69. El concepto de gratitud es un sentimiento de aprecio, reconocimiento y agradecimiento hacia alguien o algo que ha contribuido de manera positiva en nuestras vidas. A día de hoy, y con las prisas que vamos por todas partes, se nos olvida de agradecer a las personas que nos han ayudado al largo de nuestras vidas para ser las personas que somos ahora.

    Creo que a todo el mundo les gusta recibir agradecimientos, y es un acto muy sencillo que se puede expresar de diferentes formas, con un simple gracias o algún gesto amable. Este sentimiento promueve la conexión emocional, fortalece las relaciones interpersonales y contribuye al bienestar emocional y mental de las dos partes, el que da o el que recibe gratitud.

    Cuando estaba leyendo el post, estaba pensando en las maneras diferentes que hay en agradecer, y este hecho me ha hecho darme cuenta de que yo a veces dudo de mi manera de agradecer, porque yo me siento muy agradecida de mis amigos y familiares, porque siempre me expresan con palabras cuando les he ayudado en algo o solo agradecerme por ser la persona en que soy. Y eso a mí no se me da bien, yo tengo claro que soy una persona muy agradecida, pero mis actos de agradecimiento son a partir de acciones, como abrazos o sencillamente actos que les ayudan. A partir de aquí mi cabeza piensa si es suficiente y me hace dudar de mí mismo, y después de leer el artículo me ha dado la energía suficiente para ver que el mínimo agradecimiento ya es válido y es muy importante para las personas, y que nos da bienestar.

    Personalmente, al dar o recibir un gesto de agradecimiento me sale una pequeña sonrisa en mi cara y eso me hace muy feliz, creo que como personas tenemos que valorar más los gestos que hacemos y recibimos, porque nos sentiremos mejor, y viviremos con más plenitud.

    En conclusión, creo que no tenemos que mostrar mucho para agradecer, sino que tenemos que valorar los pequeños gestos que damos o recibimos y que nos hacen más presentes y vivientes.

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  70. Reflexionando sobre el post y la gratitud en general, no he podido evitar acordarme de cuánto damos por sentado los gestos cotidianos de quienes nos rodean, especialmente de mi entorno más cercano ¿Cuántas veces hemos olvidado agradecer a nuestros amigos por estar ahí en los momentos difíciles o a nuestra familia por su apoyo constante?

    En este viaje de aprendizaje y crecimiento, a veces olvidamos valorar esas pequeñas acciones que hacen que la vida sea más bonita, agradable y en definitiva, mejor. Desde una charla en un bar con un amigo sobre cualquier tema, hasta el simple gesto de un familiar que nos ayuda cuando más lo necesitamos, estos son los tesoros de la vida diaria.

    Todos hemos tenido esos momentos en los que alguien cercano hace algo increíble por nosotros, y cuántas veces lo hemos dado por sentado, acostumbrados a tenerlos siempre presentes. El reflexionar sobre la gratitud me ha enseñado a detenerme y apreciar esas pequeñas cosas que a menudo pasan desapercibidas. Me tomo este post como un recordatorio de la importancia de decir "gracias" y reconocer la generosidad que nos rodea.

    Entonces, mientras sigo mi camino en la universidad como estudiante de Magisterio, estoy aprendiendo a ser más consciente de expresar gratitud a quienes hacen mi vida más sencilla y divertida y a quienes me ayudan en mi camino académico sin importar lo pequeño que sea el gesto.

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  73. Muy bonita historia que cualquier profesor o profesora quiere tener. Hacer ilusionar a algún alumno o alumna es lo más grande puede tener, ya que hacer revivir la ilusión de alguien es algo impresionante.
    También el ser agradecido es una peculiaridad que está desapareciendo y cuando lo recibes por un trabajo bien hecho, por desgracia, te sorprende aunque debería de hacerse más habitualmente.

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  74. Muchas veces pasamos por alto lo que sucede a nuestro alrededor, ya que en la actualidad solemos vivir a un ritmo acelerado, pasando de una tarea a otra casi de forma automática y no nos tomamos el tiempo necesario para reflexionar sobre cómo las acciones de los demás impactan en nuestras vidas, lo que a menudo nos lleva a dar por sentadas muchas cosas y a no apreciar ni expresar gratitud. La gratitud es una cualidad poderosa que, lamentablemente, a menudo se pasa por alto entre los estudiantes universitarios, quienes se encuentran inmersos en exigencias académicas y responsabilidades diarias.
    La vida universitaria presenta numerosos desafíos. Esta realidad se suma a las circunstancias personales únicas de cada individuo, lo que puede generar desmotivación entre los estudiantes. Además, algunos profesores emplean metodologías de enseñanza monótonas y repetitivas que no fomentan un verdadero aprendizaje ni motivan a los estudiantes. Es importante reflexionar sobre este aspecto y considerar cómo los docentes pueden mejorar sus métodos de enseñanza para estimular la curiosidad y el deseo de aprender en sus alumnos.
    La universidad no solo brinda la oportunidad de adquirir conocimientos académicos, sino también de crecimiento personal y desarrollo de habilidades que serán valiosas en la vida. Es fundamental recordar y apreciar esta dimensión, incluso en medio de los desafíos y obstáculos que puedan surgir en el camino.
    Por lo tanto debemos cultivar la gratitud y reflexionar sobre cómo mejorar la experiencia educativa para todos, reconociendo la importancia de un enfoque educativo que promueva el aprendizaje significativo.

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  75. En primer lugar, se destaca el papel de los profesores universitarios, seguido por el perfil de los estudiantes universitarios y, finalmente, se menciona un gesto de agradecimiento voluntario en la era digital. A diario, tanto estudiantes como docentes, hacemos uso de fuentes de autores que enriquecen nuestro conocimiento. Sin embargo, el empleo de estas fuentes a través de distintas plataformas tiende a despersonalizar el contenido de los artículos o libros.
    En nuestra sociedad actual, caracterizada por una abundante información y un acceso casi ilimitado a documentos, es fácil pasar por alto que cada uno de ellos tiene un autor con la intención de transmitir su saber. Aunque los autores no busquen reconocimiento, la expresión de gratitud en esta época genera satisfacción hacia el trabajo invertido. El acto de agradecer, subestimado pero valioso, es esencial. La gratitud no sólo reconforta a quien ayuda, sino que también beneficia emocionalmente a quien agradece, fortalece conexiones humanas y contribuye al bienestar de ambas partes.

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  76. La gratitud es algo simple. Simple porque como bien dice el dicho es de bien nacido ser agradecido.
    Puedo decir que he tenido la suerte desde bien pequeña de tener unos padres los cuales me han enseñado el valor de esta palabra. Unos padres que les agradeceré infinitamente el haberme educado en el buen camino y el haberme inculcado el valor de dar las gracias.

    Hoy en día vivimos en una sociedad donde el simple hecho de dar las gracias desaparece poco a poco. Estamos tan centrados en pensar qué es lo que va ocurrir mañana, en pensar en el qué dirán que muy pocas veces nos paramos a pensar en las pequeñas cosas, en lo simple. La empatía y la gratitud son esas pequeñas cosas, insignificantes, que pueden hacer que un día malo se convierta en uno bueno.

    A su vez, me gustaría apuntar cómo viajar, conocer otras culturas, formas de vida me ha hecho darme cuenta del valor de la palabra gratitud. Me ha hecho sentirme agradecida de la vida que tengo y a saber tomar valor de ella.
    Por último , me gustaría apuntar como en el ámbito universitario, cada vez estas palabras se encuentran más alejadas del clima educativo en el que vivimos. Son muy pocos los profesores capaces de mostrar empatía y gratitud con su alumnado y, estudiando educación primaria creo que es algo primordial como para que no lo sepan transmitir. Vengo continuamente a clase donde supuestamente me tienen que enseñar a ser un buen docente. Sin embargo, cuando llego a ellas me encuentro, en algunas ocasiones, con el tipo de docente el cual no se debe ser. Esto es algo que se debe estudiar y reforzar ya que, al fin y al cabo, los profesores son modelos a seguir que en muchas ocasiones se recuerdan siempre.

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  77. Estoy completamente de acuerdo con este blog.
    En España, tanto las universidades como las instituciones educativas necesitan al tipo de estudiantes que demuestren ser como la creadora de ese email, que no solo busquen absorber conocimientos sino que se cuestionen, analicen y sobre todo que contribuyan en su proceso educativo. Ayudar y aportar en el proceso de sus compañeros también entraría dentro de ello. Las cualidades básicas que no deben de pasarse por alto, deben ser la pasión por aprender y el deseo de crecer de manera intelectual, sin ser subestimados en ningún contexto académico.
    El profesorado universitario debe de promover una mentalidad de aprendizaje activo entre los estudiantes, donde la responsabilidad no solo recae en los alumnos, sino también en los educadores, quienes deben crear un entorno que fomente el pensamiento crítico, el debate y la exploración intelectual.
    A modo de conclusión, espero que los estudiantes sigan este ejemplo y que más profesores estén dispuestos a apoyar su pasión por aprender.

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  78. Reflexionando sobre mis experiencias y lo leído en este texto, tengo claro que no damos las “gracias” muy poco, mostramos muy poca gratitud ante las personas que nos enseñan conocimientos, aprendizajes y valores nuevos. Vamos tan rápido por la vida que no nos fijamos en el esfuerzo que hacen muchos profesionales, sobre todo de la educación en enseñarnos sus conocimientos para hacernos mejor persona, y no se lo agradecemos porque damos por hecho que es su obligación. Somos poco agradecidos con las personas que nos enseñan, en cualquier ámbito, y yo creo que eso viene de educación, ya no en las escuelas, si no de la educación que se da en el hogar. Yo siento que hoy en día le damos menos importancia a mostrar nuestra gratitud ante el resto porque también vivimos en una sociedad más egoísta y que nos sentimos más el ombligo del universo. Leyendo el texto también me he dado cuenta de que también siento la necesidad muchas veces de agradecer a esas personas que por sus artículos o libros me enseñan unos conocimientos que me van a servir más que los que llegó a aprender en el aula, pero yo, como la mayoría de personas no estamos acostumbrados a escribir un mensaje a ese autor porque no sentimos la necesidad de tener que agradecérselo. Tampoco creo que sea un drama no hacerlo, pero mostrar esa gratitud ante gente lejana me parece una muestra de humildad y de valor hacia el trabajo de otra persona, una persona que ha utilizado sus conocimientos de forma sabia.

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  79. La gratitud es un valor significativo que a menudo pasa desapercibido en el ajetreo de la vida contemporánea. En un mundo caracterizado por la prisa constante, tendemos a descuidar el reconocimiento y la apreciación hacia aquellos que han dejado una marca en nuestras vidas. La gratitud no solo constituye un gesto de reconocimiento, sino que también actúa como una fuente de inspiración que puede motivarnos a lograr más y alcanzar nuestro máximo potencial. Ejemplos personales, como un simple correo electrónico expresando gratitud hacia un maestro, ejemplifican cómo la gratitud puede ejercer un impacto transformador tanto en quienes la expresan como en quienes la reciben.

    La importancia de reconocer las contribuciones de los demás es un recordatorio crucial. Ya sea en el ámbito personal o en el educativo, la gratitud fortalece nuestras conexiones y enriquece nuestras relaciones interpersonales. En el entorno educativo, los educadores motivados por el reconocimiento tienden a ofrecer una enseñanza de calidad, mientras que los estudiantes se benefician al valorar el esfuerzo y dedicación de sus profesores.

    La práctica de la gratitud también nos permite adoptar una perspectiva renovada sobre el mundo que nos rodea, recordándonos que nuestras circunstancias individuales pueden tener un impacto significativo en nuestras experiencias de vida. En resumen, la gratitud emerge como una fuerza inspiradora y transformadora que nos conecta con los demás y enriquece nuestro viaje a lo largo de la existencia.

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  80. La gratitud es un concepto muy importante el cuál debería usarse más a menudo en nuestro día a día. El hecho de estar agradecido por lo que nos rodea, no solo lo material sino por el hecho de estar con nuestra familia o seres queridos. Todos tenemos personas que nos importan y están siempre ahí para nosotros, por lo cuál debemos estar agradecidos.
    En mi caso puedo decir que estoy agradecida de tener una familia que piensa y cree en mí y agradecida por las oportunidades que he tenido durante todo mi proceso educativo. De haber tenido la oportunidad de formarme como alumna para poder ser una docente en un futuro.
    Este post me ha hecho recordar a todos esos maestros que tuve tanto en el colegio como en el instituto que me marcaron y seguiré recordando durante toda la vida. También me hace darme cuenta de la importancia e influencia que tienen los maestros en los alumnos, como podemos ver en este caso. Por lo que a mí me gustaría ser ese tipo de docente del cuál te llevas un buen recuerdo y acabas agradecido.


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  81. LA GRATITUD DE MANO CON LA DOCENCIA
    Según la RAE la gratitud es el sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra le ha hecho o ha querido hacer y a corresponderle de alguna manera. En este sentido, considero la gratitud como un valor fundamental que debemos tener todas las personas, siendo éste inculcado desde el hogar, ya que es donde se inicia la formación en valores desde edades muy tempranas, o así debería serlo.
    En el ámbito de la educación, es fundamental considerar este valor. Educar en gratitud por los demás, tener la iniciativa de querer ayudar y a dar de uno mismo lo mejor para contribuir a una sociedad mejor, y más consciente de la importancia del respeto.
    Durante el paso de los años, las experiencias vividas y las realidades a las que nos tenemos que ir enfrentando, es todo un proceso de adquisición de conocimientos y valores. Pero considero fundamental el no olvidarnos de que todo por lo que hemos pasado, nuestros alumnos van a pasarlo igual.
    Todos hemos sido alumnos, y sabemos lo que es estar en ese lugar, las buenas o malas experiencias que puedes vivir y la carga que tienen los docentes en ese sentido. Por ello, debemos siempre tener en cuenta a esas personas que serán nuestros alumnos y el impacto que tendrá nuestra presencia en sus vidas.

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  82. Cuando pienso en gratitud, lo primero que se me viene a la cabeza es mi familia. Sin duda alguna son las personas a las que les agradezco mi vida, ya que, siempre lo dan todo por mi. Es importante agradecer, valorar y apreciar las pequeñas y grandes cosas que hacen los demás por uno mismo.

    Mi madre es la persona con la que más agradecida debo estar, ella es única. Hablar de mi madre me emociona, dado que, el amor que me da es lo más especial que he podido recibir. Siempre intento mostrarle todo mi cariño y adoración hacia ella a través de acciones que se lo demuestren y no solo con palabras. Gracias a ella, puedo estar orgullosa de quien soy hoy y la persona en la que me he convertido.

    Asimismo, la gratitud es una de las emociones más bonitas que podemos experimentar como personas, puesto que, nos recuerda las pequeñas cosas que nos llenan de vida. Es un acto que nos llena de felicidad, te hace sentir reconfortado y más cuando lo hacemos con nuestros seres queridos, ya que, ayuda a conectar y reforzar las relaciones que tenemos con los demás.

    En conclusión, el agradecer es un regalo que nos podemos dar y permitir a nosotros mismos y a los demás, es un acto de amor que no cuesta nada hacer y con el que podemos conseguir y alcanzar grandes recompensas.

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  83. Joel Delgado Bethencourt

    La palabra gratitud es muy corta para todo lo que significa y muchas veces no tomamos consciencia de su valor. Continuamente se nos plantean situaciones en la vida cotidiana en dónde no somos lo suficientemente agradecidos con aquellos que nos ayudan, mejoran o alegran constantemente.

    Con respecto a este aspecto creo que la educación tiene un papel fundamental en su desarrollo ya que la gratitud o el sentirse agradecido debería de ser algo que genere desde una temprana edad en los niños, de manera que aprendan a valorar cada una de aquellas situaciones donde la gente que les rodea emplea algún acto en sus vidas. Los niños, por lo general, aprenden a decir, “gracias” y “de nada” desde muy pequeños, pero poco a poco esa costumbre va desapareciendo ya sea por vergüenza o timidez, o también por orgullo propio en casos de los adultos.

    Como también se nombra en el post, la alumna muestra gratitud por el apoyo que tuvo en el libro durante su periodo en la universidad como estudiante, y es aquí donde me gustaría mencionar los aburridisimos sistemas tradicionales de enseñanza-aprendizaje que existen actualmente tanto en las escuelas como en las universidades. Con estos métodos los alumnos simplemente se basan en aprobar dejando de lado el querer aprender y enriquecerse en conocimientos y saberes, por eso quiero intentar que mis futuros alumnos se sientan agradecidos conmigo cuando sean mayores por mi forma de enseñarles a aprender de una manera lúdica y eficaz.

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  84. Omayra Marante Rodríguez
    Hoy en día la palabra “GRATITUD” no es común entre los jóvenes, me incluyo, y es algo que debe cambiar ya que desde luego no solo se trata de una palabra con un significado, también de una palabra con esencia de actitud, es una palabra que sin acción pierde dicho significado.
    El acto de gratitud para la persona que la recibe implica una profunda conexión emocional y un reconocimiento de la bondad, generosidad o ayuda recibida. Cuando alguien expresa gratitud hacia esta persona, se siente valorada y comprendida, lo que fortalece los vínculos emocionales y promueve un sentido de aprecio mútuo y reciprocidad en la relación. Además, la gratitud puede impulsar sentimientos de satisfacción y bienestar de la persona que la recibe, al saber que su contribución ha sido significativa y ha tenido un impacto positivo en la vida de otra persona. Por todos estos motivos, quién no quisiera hacer sentir así de bien a la persona que ha proporcionado un cachito de su tiempo en ayudarte.

    Decir “gracias” no solo es un acto de cortesía, sino también una forma poderosa de fortalecer relaciones, promover la reciprocidad y cultivar un sentido de aprecio y bienestar emocional en la sociedad.

    Así es como tras leer esta experiencia ha conmovido en mi sentimientos, tengo la necesidad de agradecer a mis profesores, familia, amigos por todos esos momentos dedicados expresamente a hacer algo directamente o no que me ayudara a ser quien soy hoy. Por lo tanto, comienzo ahora con un gracias por compartir esta vivencia.

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  85. Ainara Delgado Páez

    Gratitud, aspectos no materialistas de la vida y la voluntad de reconocer que los demás desempeñan un papel en nuestro bienestar emocional. La importancia de saber apreciar lo que los demás pueden llegar hacer por nosotros.
    Leer este blog me hizo reflexionar de lo afortunada que soy con las personas que tengo a mi alrededor y de cuanto me pueden ofrecer.
    A veces no somos conscientes de la importancia de este término, el bien que nos podemos hacer los unos a los otros simplemente si reflexionáramos sobre ello y tuviéramos más conciencia.
    Coincido también con el hecho de mostrar nuestra gratitud a los otros, el como una persona que esté perdida en este ámbito concretamente la universidad, encontrando una pequeña ayuda, puede salir de ahí y encontrar una salida para ello, por lo que me he sentido identificada en esos momentos al igual yo creo que la mayoría de nosotros y puedo llegar a sentir incluso esa gratitud de la que dicha persona habla.
    Por último, me gustaría remarcar lo necesario que es que la universidad posea un buen profesorado que nos brinde diferentes oportunidades o ayudas, que nos permitan llegar a ser lo que queremos ser.

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  86. Ainara Betancor Rodríguez
    A raíz de la lectura de esta entrada del blog, me detengo a reflexionar sobre dos aspectos que me han llamado la atención: la gratitud y el deseo de aprender. El texto, destaca la importancia de expresar y recibir gratitud, concretamente en el ámbito educativo, donde cada gesto de reconocimiento puede significar mucho para quienes trabajan para facilitar el crecimiento y el desarrollo de otros.
    En este sentido, es crucial reconocer y agradecer a aquellos que nos ayudan a florecer y avanzar en nuestro camino formativo. La retroalimentación en el aprendizaje es fundamental: debemos nutrirnos unos a otros con conocimiento y experiencias, mientras mostramos nuestra gratitud a quienes nos guían y motivan en este proceso.
    Sin embargo, para que esto suceda, es esencial querer aprender. No podemos conformarnos con “memorizar y escupir” o “copiar y pegar”, especialmente en un mundo donde la tecnología puede llevarnos al camino fácil. La autenticidad y el esfuerzo son valores que no podemos dejar de lado, nos hacen ser únicos como especie y como seres individuales, más aún en una era dominada por herramientas como la Inteligencia Artificial.
    Es por todo esto que la actitud de la estudiante citada es inspiradora en este sentido. A pesar de los desafíos y obstáculos que enfrenta, ella demuestra una pasión por aprender y un compromiso con su proceso formativo. Es un recordatorio poderoso, especialmente para nosotros como futuros docentes, de la importancia de mantener viva esa llama de curiosidad y creatividad.

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  87. Primero que nada me gustaría empezar hablando sobre que es lo que entendemos como gratitud. Según la RAE entendemos como gratitud aquel Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera.

    Actualmente vivimos en una época en la que muy poca gente agradece las cosas ya que por "x" o por "y" estos valores se han ido perdiendo con el tiempo. Por lo que es muy importante que nosotros como futuros docentes fomentemos nuevamente estos valores a nuestros alumnos. Ya que a quién no le gusta que le agradezcan las cosas que hace por muy pequeña que sean. Además, que no hace falta mucho para agradecer a alguien y hay muchas formas para hacerlo ya sea desde un abrazo, tus acciones o simplemente un gracias.

    Aunque esto a simple vista puede parecer una boberia en esta historia se ha visto la importancia que tiene un simple agradecimiento. Puesto que estoy seguro que ese simple gesto de la alumna de agradecer el haber escrito ese libro a esta profesora le mejoró el día de principio a fin.

    Por lo que como conclusión creo que es nuestro trabajo como docentes fomentar nuevamente este tipos de valores tan importantes para la sociedad.

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  88. Para comenzar este comentario, hago alusión a la palabra “GRATITUD”. Se trata de la cualidad de ser agradecido, es decir, consiste en apreciar los aspectos de la vida y la voluntad de reconocer que los demás han desempeñado un papel en nuestro beneficio emocional.
    En primer lugar, al leer esta palabra lo primero en lo que pienso es en mi familia y en el sentimiento que me surge al pensar en ellos y en todo lo que he conseguido. Pienso en mi familia en general, en cada uno de los miembros que la conforman y en lo orgullosos que están por lograr lo que estoy haciendo. Pero, con las personas que más siento gratitud son mi madre, mi padre y mi hermano. Ellos han estado conmigo, no solo en los mejores momentos y en mis logros, sino también en cada lagrima derramada al no superar algún examen o al estar en una mala situación. Son los que han dejado de lado muchos caprichos para permitirme llevar a cabo esta carrera y esforzarme por mejorar y formarme.
    Sin embrago, al leer este post he pensado que realmente nunca les he agradecido con palabras la suerte que he tenido con ellos y he decidido hacerlo. Al obtener respuesta de ellos me han reconfortado sabiendo que, simplemente, por el hecho de estudiar y esforzarme en mi formación como maestra, es más que suficiente para ellos saber que les agradezco el esfuerzo que están haciendo por mí y que merece toda la pena del mundo.
    Para acabar, pienso que cada uno de nosotros deberíamos pararnos a pensar y agradecer a todas aquellas personas que han estado con nosotros en buenos y malos momentos puesto que se trata de algo bastante importante y que no solo reconforta a la otra persona, sino que a nosotros mismos también por ser agradecidos.

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  89. Nayara Hernández González.
    Este post me ha motivado en mi camino para llegar a ser docente y pensar que algún día niños/as estarán agradecidos por mi vocación y amor que le pongo a la hora de dar las clases. En mi opinión, este post destaca la importancia del sentimiento de gratitud en un mundo donde la prisa y la falta de sosiego a menudo nos hacen olvidar reconocer los esfuerzos y contribuciones de los demás. Es importante darle importancia a una cualidad positiva que puede tener un impacto significativo en la vida de una persona. Ser agradecido implica reconocer y apreciar las cosas positivas que otros han hecho por ti, así como valorar las bendiciones y experiencias positivas en tu vida. Cultivar la gratitud puede ser beneficioso para tu bienestar general y para construir relaciones saludables
    La anécdota personal compartida por la autora resalta el impacto positivo que puede tener el reconocimiento y agradecimiento sincero. El relato de la estudiante de Psicopedagogía que expresó su gratitud por el libro de la autora es conmovedor y revelador. A pesar de enfrentar dificultades y desafíos al retomar sus estudios, encontró en el material una fuente de inspiración y apoyo valioso. A mi personalmente, esa situación generaría en mi motivación en mi vida personal y profesional, pues al final está todo conectado. Por otro lado, al reconocer lo que otros han hecho por ti, es posible que sientas la motivación para contribuir positivamente en la vida de los demás.

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  90. Eva Borges González
    Primeramente, me gustaría mencionar y reflexionar sobre la manera en la que subestimamos el poder de la gratitud en nuestra vida cotidiana. Vivimos en un mundo tan acelerado y lleno de numerosas distracciones que pasamos por alto las pequeñas cosas por las que deberíamos de estar agradecidos.
    Considero que la gratitud desempeña un papel fundamental dentro y fuera del aula, fortaleciendo así relaciones y creando un ambiente positivo y enriquecedor. Con respecto al ámbito educativo, la gratitud fomenta la apreciación del alumnado por el aprendizaje y a su vez promueve la colaboración entre los alumnos y alumnas y los docentes. Por otro lado, en cuanto a las amistades u otras relaciones personales, la gratitud fomenta la conexión emocional y personal, permitiendo así construir relaciones sólidas y satisfactorias.
    Asimismo, considero que practicar la gratitud en nuestro día a día implica reconocer y valorar aquellos pequeños o grandes detalles que la vida y las personas de nuestro alrededor nos ofrece, mejorando nuestro estado de ánimo y poder así transmitir a los demás la importancia de la gratitud en nuestras vidas.
    Además de lo anteriormente mencionado, considero que la gratitud también debe manifestarse en aquellos momentos difíciles, obteniendo así nuevas lecciones aprendidas que nos permiten crecer personalmente. De esta manera, la gratitud se convierte en una herramienta que nos permite mantener una mentalidad positiva y autónoma.

    Para finalizar, me gustaría destacar también lo que menciona la escritora del comentario en este blog sobre las clases y el comportamiento que tenemos los estudiantes en la Universidad, debido a que muchas veces el alumnado se encuentra desmotivado por la falta de interactividad, innovación y participación en las clases, además de que algunos docentes se limitan a diálogos extensos que no fomentan ni el debate ni la participación activa, perdiendo así el alumnado el interés y la conexión con el contenido. Sin embargo, considero que los alumnos y alumnas deberíamos de agradecer el privilegio de poder estudiar en la universidad, debido a que tenemos la oportunidad de ampliar nuestros conocimientos académicos y crecer personalmente, además de adquirir nuevas habilidades y la posibilidad de tener un buen futuro.

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  91. La gratitud entre los estudiantes universitarios es un aspecto fundamental que puede influir significativamente en su experiencia académica y personal. Cuando los estudiantes expresan gratitud hacia sus profesores, compañeros de clase y el entorno universitario en general, se crea un ambiente positivo y colaborativo que promueve el aprendizaje, y el bienestar emocional.

    Por lo tanto, en muchas circunstancias de la vida no nos damos cuenta del valor de las demás personas. En general, de lo que hacen por nosotros, ya que cualquier acto de gratitud, por simple que lo parezca, puede resultar muy positivamente en nuestras conciencias, y por ello, me ha gustado mucho el gesto de esta persona, agradeciendo lo que le ha ayudado y aportado. A veces que nos reconozcan el esfuerzo y el buen trabajo nos hace sentir mejor con nosotros mismos.

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  92. El valor de la gratitud se ha ido perdiendo con el paso del tiempo. En la actualidad, nos olvidamos de agradecer tanto las oportunidades que tenemos en nuestro día a día como las buenas acciones que hacen los demás por nosotros o la ayuda que recibimos, ya que no apreciamos realmente la importancia que tiene el sencillo acto de agradecer, así como la importancia que puede llegar a tener para el resto de personas. Vivimos en una sociedad con prisas, en la que todo se da por sentado y se descuidan las relaciones interpersonales, mediante la gratitud podemos fortalecer estas relaciones y humanizar las mismas, sin embargo, nos han enseñado desde que somos pequeños a decir “gracias” de forma automática restándole valor al agradecimiento, sin llegar a comprender su relevancia en el bienestar emocional que supone, tanto a nivel individual como colectivo.

    En definitiva, la gratitud es un valor fundamental del que tenemos que tomar conciencia y el cual no debemos perder, ya que de esta manera contribuimos al bienestar individual y colectivo, mejoramos las relaciones interpersonales, promovemos la empatía, mejoramos la autoestima, y creamos un ambiente positivo en la sociedad.

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  93. Yamila León Lima
    Este blog nos hace ver la importancia de mostrar gratitud hacia aquellos que, de forma directa o indirecta, nos han ofrecido apoyo y ayuda. El ser agradecido y el impacto que ello conlleva, nos hace tomar decisiones que llevan de la mano nuestro futuro.

    En un mundo en el que vivimos con prisas, distracciones y con mucha falta de pausa, hace que no nos detengamos y pasemos por alto las pequeñas y grandes cosas por las que debemos estar agradecidos. Este poder de la gratitud cumple con un papel fundamental dentro y fuera del aula y en las vidas del alumnado. El impacto tan positivo que causa en ellos, ayuda en el fortalecimiento de las relaciones, tanto en lo emocional como en lo personal, en la creación de un entorno positivo y de confianza, en la comunicación entre el alumnado y los docentes, para así conseguir una enseñanza y aprendizaje basados en el interés y en las ganas de aprender.

    Me gustaría resaltar también lo que la autora comenta acerca de la universidad y el comportamiento de los estudiantes. En ocasiones, los estudiantes muestran desmotivación debido a la falta de motivación, iniciativa y participación en las clases, y algunos docentes no facilitan para nada esta situaciones, ya que se limitan a dar un contenido haciendo ver que no les fascina impartirlo, creando una clase pasiva sin interacción ninguna. Como consecuencia, se pierde el interés y la conexión con la materia. Sin embargo, considero que debemos ser agradecidos con la oportunidad que se nos da de poder estudiar y llenarnos de conocimientos de los cuales desconocemos, crecer como personas y potenciarnos al máximo para un futuro prometedor.

    Para finalizar, quería añadir que todos hemos sido ejemplos de experiencias negativas y positivas dentro del aula, todos nos hemos sentido decepcionados, tristes, desmotivados, pero también nos hemos sentido motivados, valiosos y potenciales, y hayamos querido o no en gran medida ha sido, por suerte o por desgracias, por los docentes. Me gustaría contar una experiencia personal, en la que tuve una muy buena relación con una docente que me motivó y me supo guiar muchísimo en mi vida académica. Fue mi profesora de economía de 4º de la ESO, desde un principio se nota lo buena persona que era y lo mucho que disfruta de enseñar, nos facilitaba muchísimo la asignatura, gracias a su implicación, a como nos motivaba siempre a dar lo mejor de nosotros, en todo momento miraba el lado positivo de cada alumno y de cada situación. Para mi fue un ejemplo a seguir, fui muy agradecida con ella, al igual que ella lo fue conmigo y con mis compañeros, a día de hoy seguimos incluso seguimos manteniendo el contacto. Su trabajo hizo tan bien en mí, que incluso me planteé estudiar la carrera de economía, no resultó ser así, pero sí que escogí el camino de la docencia, para poder llegar a mi alumnado desde la misma manera que ella lo hizo en mi.

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  94. La gratitud consiste en apreciar los aspectos de la vida, además de reconocer los diversos gestos que presentan las personas que nos rodean con nosotros, desde los grandes, hasta los más insignificantes. Nos han enseñado que el respeto se le presenta a todo el mundo y que es de gran relevancia en nuestra convivencia, pero últimamente la sociedad en la que vivimos se olvida de ello, no siente ni padece y mucho menos agradece.

    A cada uno de nosotros y nosotras nos gusta que se nos reconozcan los pequeños actos que hacemos por los demás, así sea prestar una goma en clase. No requiere de gran esfuerzo dar las gracias y esto nos llevará a generar un ambiente positivo y más cercano con la otra persona.

    Por ello, considero que el texto expuesto sirve de gran reflexión para todo el o la que lo lea, pudiendo llegar a cambiar su forma de ver las cosas, agradeciendo un poco más a los demás y llegando a ser más agradecido o agradecida con los pequeños detalles que nos ofrece la vida y por ende, los que forman parte de ella.

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  95. Ante la sociedad de cristal en la que vivimos, los sentimientos, en toda la expresión de la palabra, me suponen una terrible confusión. Cada vez más, nos animamos a nosotros mismo a vivir la experiencia del resultado de las emociones, pues desde las redes sociales y entre amigos, reivindicamos ser libres para ello. Sin embargo, nos cohibimos, cerrándonos en banda en cuanto identificamos tales respuestas. Parece ser que los jovenes tenemos miedo a sentir y con ello, nos hemos vuelto frívolos y brutos. Ya no solicitamos las cosas sino que las exigimos. Ya no agradecemos puesto que nos creemos con el derecho de recibir todo aquello que nos llega.
    Reflexionando sobre el artículo que estoy comentando, me encuentro aliviada de poder ser testigo de esta muestra de gratitud; pues esta chica, que ha decidido volver a estudiar y continuar con su formación, ha encontrado apoyo en las palabras de un libro que ha sido dedicado a la formación del profesorado. Ella no le ha temido a sentir y mucho menos a demostrarlo. Como prueba, su correo evidencia esa necesidad de agradecer por su evolución en el conocimiento de la orientación académica.
    Así mismo, como se nombra en dicho correo, me gustaría denunciar la falta de interés y compromiso del alumnado que entra a las aulas de las universidades en los tiempo que corren. Poder atender a la formación de grado se ha convertido en algo normal. Los chicos y chicas que cursan el bachillerato, lo hacen con intenciones de acceder a la universidad, sin entender realmente que entran bajo su propia elección. Por tanto, es responsabilidad de cada uno ir predispuesto a recibir las clases.
    Nos hemos acostumbrado a las cosas fáciles, a aprobar con un 5, a utilizar la inteligencia artificial, a esforzarnos lo mínimo posible; en definitiva, a la mediocridad. Es por ello que, con urgencia, se necesitan alumnos con ánimos de estudiante, con ansias de saber, con ganas de participar y emocionados por el aprendizaje.
    Como futuros maestros y tutores de niños y niñas en edades comprendidas entre los 5 y los 11 años, mis compañeros y yo debemos ser conscientes de esta desmotivación aplicable a todas las etapas educativas y buscar soluciones. Potenciar hábitos y educar en valores para criar a las siguientes generaciones para que valoren el conocimiento y el buen hacer.


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  96. El texto da a conocer la importancia del reconocimiento y la gratitud en el ámbito educativo. A través de una experiencia real, se puede apreciar cómo cada mínimo acto puede tener un gran impacto en este caso en ambas direcciones , tanto como para el que da como para el que lo recibe.
    La historia expone como el alumno a pesar de enfrentarse a dificultades en su vuelta a la universidad, encontró en el libro de la autora una fuente de inspiración y apoyo . Con el gesto de gratitud reconoció el trabajo de la autora y además dio importancia al valor del conocimiento compartido y su impacto en la vida del alumnado .
    La respuesta de la autora refleja la gran importancia de ofrecer apoyo a los estudiantes en su trayectoria de vida tanto personalmente como en el ámbito académico. Al decidirse a compartir el mensaje recibido como ejemplo estimulante demuestra cómo el reconocimiento en ambas direcciones puede fortalecer la comunidad educativa y fomentar un ambiente de aprendizaje mejor.
    Finalmente la entrada de este blog invita a reflexionar sobre la gratitud como una herramienta poderosa tanto para profesores como estudiantes, y la mejora de esta relación en las aulas, de la misma manera que fomenta un ambiente de colaboración y crecimiento mutuo en el contexto educativo. Por ello pienso y coincido con la autora de que es muy importante que los docentes asuman una responsabilidad en torno a cultivar en el aula el reconocimiento y la valoración del esfuerzo y la contribución de cada persona.

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  97. Celeste Martínez

    Mostrar gratitud, ser agradecido con lo que la vida nos pone en el camino, un valor fundamental para convivir en sociedad y sentirnos plenos.

    Desde muy pequeña, mi padre me enseñó a apreciar todo aquello que se presenta en el camino, sea bueno o malo, porque de una forma u otra siempre dejará una enseñanza que sin ninguna duda, enriquecerá nuestra persona e integrará en nosotros una nueva perspectiva de vida. Agradecer todo aquello que nos ocurre, es la manera más simple pero a la vez más completa de dejar entrar en nosotros todo lo bueno que nos espera.

    Como se menciona en el artículo, la importancia de emitir y recibir gratitud es fundamental. A la hora de recibir, se habla de sentimientos positivos de presenciar y de acoger, como la felicidad y la virtud de sentirse reconocido, de saber que tu esfuerzo ha merecido la pena, y que los demás son capaces de reconocerlo.

    Nos han enseñado a hacer las cosas sin esperar nada a cambio, pero no a valorar todo aquello que nos rodea y que aporta riquezas a lo que somos. En este caso, se habla de una de las mayores riquezas del ser humano, el conocimiento, y el acto de que se agradezca el hecho de aprender algo nuevo y de formarse, dice mucho de la persona que lo hace. Muestra ganas de continuar con su preparación, de alimentar su sentido crítico y de crecer personalmente.

    Llevando la gratitud al terreno docente y percibiendo este como un valor fundamental, debemos integrarlo en nuestro alumnado, enseñarlos a agradecer y mostrarnos agradecidos con ellos y ellas.

    Destaco el agradecimiento que la docente muestra hacia su alumnado, y menciona la ventaja de poder aprender de ellos y ellas y sentir que esa sensación es mutua y que se compensa con dicha correspondencia. También habla de una de las responsabilidades docentes esenciales: ”alimentar las ganas de aprender”, concepto que marca la diferencia entre un docente mediocre y uno pasional.

    ¡Que bonita forma de reflexionar sobre el concepto!

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  98. En medio de esta vida acelerada, el autor nos lanza una bofetada de realidad sobre lo poco que valoramos el agradecimiento en un mundo dominado por la prisa y la falta de pausa. Nos recuerda que entre tantas cosas, se nos olvida reconocer a quienes han influido en nuestro camino. Además también aprovecha para decirnos que la mejor manera de enseñar gratitud es con el ejemplo, y esto es algo con lo que estoy bastante de acuerdo.
    La historia personal del autor, ese correo electrónico que le llegó como un regalo inesperado, pone de manifiesto cómo la gratitud puede tejer lazos emocionales más allá de las fronteras físicas y temporales. La estudiante, agradecida por el impacto positivo de un libro del autor en su vida universitaria, comparte sus luchas en un entorno académico que, por momentos, parece más un obstáculo que un lugar de aprendizaje y esto es algo que nos ocurre en nuestro día a día, bastante en el ámbito académico.
    La respuesta del autor no es solo una palmada en la espalda, sino una especie de abrazo emocional. Su deseo de compartir esta experiencia con sus propios estudiantes nos indica una gran conexión con la importancia crear un buen ambiente en la clase.
    Al dar un paso atrás, el texto nos invita a darnos cuenta de lo que tenemos por sociedad actual, donde la prisa y la competencia han hecho que la gratitud pase a a un segundo plano.
    En resumen, este texto nos recuerda que la gratitud no debería ser un lujo ocasional, sino algo mucho más común. Nos invita a ser un tanto más agradecidos y a mostrar más nuestro aprecio hacia los demás. Es un recordatorio que parece muy obvio pero que en este mundo de prisas y agobios cobra mucha importancia.

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    1. La gratitud puede ser tan buena como mala. Pese a que culturalmente se proyecta sobre este concepto toda una serie de sentimientos y de ideas honestas y felices, esta no dice nada de por sí. La gratitud puede estar basada en un un respeto y una consideración genuina por algo o alguien que ha decidido compartirse, en busca de una conversación. La gratitud también puede ser estanca, puede basarse en una idealización del objeto que nos sugiere tal admiración. Puede provocar entre nosotros y eso que admiramos, una distancia irresoluble. La gratitud puede ser un gesto de fascinación y entusiasmo porque alguien decidió abrir un camino por donde pueden transitar nuevas palabras, nuevas conversaciones, nuevas relaciones y nuevos vínculos.
      Cuando consideramos una transmisión de saberes y de conocimiento siempre solemos pensar que estos fluyen de forma unilateral, solemos incluso pensar en ellos como un capital intelectual acumulable que nos facilita una serie de herramientas, conceptos, ideas… Todas esas cosas se pueden agradecer, no estamos concluyendo si esto es algo positivo o negativo. Pero podemos entender que el conocimiento no es una cosa definitiva, que más allá de ese atesoramiento de la información, puede perseguir el antiquísimo y humano placer de hablar, de hacer nuevos hallazgos en nuestros mapas y laberintos conceptuales, de encontrarnos en lugares donde antes no pareciera que pudiera haber palabras, o quizás es una necesidad. La gratitud puede ser una cosa honesta, la gratitud puede ser una cosa horripilante. Y sin embargo nunca es una cosa o la otra. Y es posible que después de pensar que agradecemos por agradecer, que tenía que agradecer la gracia de la gratitud en un ensayo de clase improvisado, si una llega tan lejos, hasta el final del par de parrafitos que escribí, también hay que agradecer el encuentro.

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  99. La gratitud es una de las cosas fundamentales para una buena relaxión respetuosa y cercana entre las personas. Aunque en tiempos modernos, da la sensación de que cada vez es más dificil dar un simple gracias. Por otro lado, y yendo a lo que el texto indica, el actual módelo universitario en especial en la carrera de magisterio parece qué tiene cómo objetivo que en el momento en el que nos enfrentemos al mundo laboral y escolar debamos ir improvisando porque la universidad no te ha preparado y es extremadamente irónico oir a los profesores que nos dicen que hay que educar de forma que el conocimiento se aprenda y se entienda sean los mismos que atosigan al alumnado mediante trabajos u exámenes donde la única manera de pasar las asignaturas y sacarse la carrera es aprenderse la información de forma superficial, escupirla y olvidarse de ella después y de modo en el que vayan desprotegidos para lo que les espera en la realidad ya que todo se trabaja desde un punto de vista teórico pero no emocional o práctico.

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  100. Nada más leer el título del artículo, me sentí identificado con la persona en la que me he convertido: un ser humano que agradece el más mínimo detalle que le otorgan. Recuerdo un día, mientras esperaba el tranvía para ir a la universidad, que una señora mayor dejó caer sus bolsas de la compra. Sin pensarlo, me acerqué a ayudarla a recogerlas. No era gran cosa, solo unos segundos de mi tiempo, pero la sonrisa con la que me miró y su sincero “muchas gracias, hijo” me hicieron sentir una calidez inesperada. Ese pequeño gesto me recordó que la gratitud no solo se expresa con palabras, sino que también se siente en la conexión entre las personas. Desde entonces, valoro más estos momentos, porque sé que un simple “gracias” puede alegrar el día a alguien, al igual que aquella señora alegró el mío.

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  102. A lo largo de la vida solemos pasar por alto gestos de gratitud hacia aquellos que nos ayudan o nos enseñan. Es fácil olvidar lo que otros han hecho por nosotros, pero la gratitud, como bien señala el texto, es una herramienta poderosa tanto para el que la emite como para quien la recibe.
    Hace un tiempo, cuando estaba pasando por una etapa difícil en mi vida, tuve la suerte de cruzarme con una persona que, de manera inesperada, me hizo sentir la importancia de la gratitud en los momentos más complicados. Un día, una amiga me invitó a tomar algo y hablar sobre lo que me estaba sucediendo. Cuando comenzamos a hablar, ella me escuchó de una manera tan atenta y sincera que, sin darme cuenta, terminé abriéndome completamente.
    Lo que más me impactó fue que, en lugar de darme consejos o tratar de solucionar mi situación de inmediato, me dio algo mucho más valioso: su tiempo, su atención y, sobre todo, su presencia. Me mostró gratitud simplemente por ser quien soy, por estar ahí a pesar de mis dificultades.
    Esa experiencia de gratitud me enseñó que, en muchas ocasiones, no necesitamos grandes gestos ni palabras grandilocuentes. A veces, un simple gesto de escucha y apoyo puede ser lo que realmente necesitamos para volver a encontrar el camino. Desde entonces, trato de recordar la importancia de estar presente para los demás, porque nunca sabemos cuánto puede significar para alguien el hecho de sentir que alguien valora su existencia y está dispuesto a ofrecer su tiempo sin esperar nada a cambio.

    Gabriela Pérez Pimentel.

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  103. En una era donde el individualismo ha alcanzado su máxima expresión, pese a estar supuestamente más conectados que nunca mediante las TIC, la expresión de gratitud sincera escasea cada vez más. Esto es algo triste de pensar dado que sintiéndonos, al menos emocionalmente, más solos que nunca, un sentimiento tan poderoso como la gratitud, tanto la que siente uno mismo como la que es capaz de generar en los demás, podría ser un motor de cambio espectacular además de un recordatorio de cuál es nuestro propósito como sociedad, el avanzar juntos hacia un futuro mejor.
    Sin embargo, ni estamos avanzando juntos, ni el futuro que tenemos delante de nuestras narices apunta a ser mejor que los tiempos pasados. Como ya he mencionado; y como bien señala la remitente del mail en que se basa la entrada del blog, la universidad es un reflejo a una escala más pequeña del mismo problema; cada uno va a lo suyo, ya no prima la cooperación sino la competitividad y el "éxito rápido", por lo que cuando se nos impone el trabajo colaborativo, realmente en la inmensa mayoría de casos en efecto los grupos se limitan a copiar y pegar "su parte" en una amalgama de egos reflejados en un trabajo donde con suerte en algunos casos se asigna a alguien para dar coherencia al conjunto. Lo que importa es aprobar repartiendo el "esfuerzo" en la dosis más pequeña posible per cápita, no contrastar conocimientos y aprender de lo que los demás o nosotros mismos podamos aportar. Lo más triste es que este modus operandi se ha impuesto en la mayoría de grados universitarios que requieren de trabajos en grupo, y se hace muy complicado narrar contracorriente. Por eso, mi más sincero aplauso a la remitente del mail y también comprensión a la desmotivación que esta realidad le ha causado. Algo tiene que cambiar, y mucho, pero en mi opinión, la universidad no es más que un reflejo del mundo en que estamos viviendo actualmente.

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  104. La GRATITUD, es algo tan valioso y es algo que no todo el mundo puede ver, la gratitud es el apoyo de tus maestros/as que en primaria te decían que aunque tu creyeras que no podías resolver ese ejercicio de Matemáticas o de Lengua Castellana, te apoyaban y te levantaban el ánimo, la gratitud es saber agradecer a los demás por lo que hacen por nosotros/as para hacernos felices, la gratitud es agradecer que tu padre o madre te haga una sopa cuando estabas enfermo/a y luego, hacer lo mismo por ellos cuando la situación sea la contraria, la gratitud es agradecer a las personas que trabajan limpiando las calles, los baños, las tiendas, los colegios, los hospitales, supermercados....
    Muchas veces, nos olvidamos de que siempre va a haber alguien que hará cosas por nosotros o nos acostumbramos a ello y no lo agradecemos/apreciamos.
    Para mí, lo más importante en una sociedad es saber agradecer lo que el otro hace por nosotros , pues solo así tendremos una sociedad con valores. Como bien dice la palabra "sociedad", somos innegablemente seres sociales ya lo decía Aristóteles, necesitamos de los otros para vivir, para convivir en sociedad y si no nos respetamos, si no tenemos gratitud para/con los otros, estaremos condenados a vivir en un mundo individualizado donde las personas solo velaran por si mismas, donde los jóvenes no ceden el asiento a las personas mayores ni las embarazadas, donde el/la maestro/a le da igual si el alumnado aprende y solo se preocupa por que lleguen sus vacaciones, donde en lugar de terminar una pelea en la calle se grabe esta con el móvil y donde se usa el internet para promover mentiras y odio. Nos hace falta más que gratitud, HUMANIDAD.

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  105. Creo que la gratitud es un valor fundamental que a menudo se pasa por alto en nuestro día a día, especialmente en un mundo tan acelerado como el actual. Este texto es una forma ideal de mostrar el impacto que puede tener en nosotros el reconocimiento y la apreciación de nuestros esfuerzos.

    El correo de tu alumna no solo es un testimonio del valor de tu trabajo, sino también un recordatorio de cómo la educación puede influir en la vida de las personas, especialmente en aquellos que, como ella, deciden retomar sus estudios en una etapa posterior de la vida. Su experiencia refleja las dificultades y frustraciones que muchos estudiantes enfrentan, pero también la importancia de encontrar recursos y personas que puedan inspirar y motivar.

    El hecho de que tu libro haya sido capaz de proporcionarle claridad y una nueva perspectiva sobre su camino académico es un logroimportante. No solo le ofreciste información valiosa, sino que también lograste transmitir un sentido de propósito y esperanza en un momento en que se sentía desalentada.

    Este tipo de agradecimiento no solo beneficia a quien lo recibe, sino que también enriquece a quien lo escribe. La gratitud fortalece las conexiones humanas y nos recuerda que nuestros esfuerzos tienen un impacto más allá de lo que a veces podemos ver. Al compartir esta anécdota, no solo rindes homenaje a tu alumna, sino que también inspiras a otros a reconocer y agradecer las contribuciones positivas en sus vidas.

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  106. La gratitud no trata solo de decir “gracias” cuando te regalan algo o cuando te dicen algo que no esperas pero que involuntariamente te saca una sonrisa, sino de ver lo positivo incluso en momentos donde mi vida se complica. Personalmente, he aprendido que, cuando me paro a pensar en todo lo que tengo y sobre todo en las personas que me rodean, todo se siente menos difícil.

    A veces, la vida se complica y en esos momentos nos olvidamos de apreciar hasta lo más simple, y que, en nuestra vida cotidiana no valoramos, como puede ser: un mensaje inesperado de un amigo, de tu pareja, de tu familia dándote los buenos días, o simplemente despertar y ser consciente de la oportunidad de vivir un día más. Ser agradecido, bajo mi punto de vista, es una manera de recordarme que cada día es una oportunidad en la que podré vivir cosas nuevas ya sean positivas o no tan positivas.

    Y es que, la gratitud no solo te hace sentir bien, sino que también te conecta con los demás de una forma más sincera. Como dije anteriormente es un recordatorio de que, a pesar de los altibajos, siempre hay algo nuevo por lo que sonreír y ser agradecido.

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  107. Me siento de alguna forma identificado con esta alumna por el hecho de sentir gratitud ante distintas situaciones que hemos vivido.
    Hasta hace varios meses mi forma de ver la universidad era la que se está criticando, memorizar para aprobar, asistir a las sesiones de las asignaturas simplemente por la obligatoriedad de asistencia, etc.
    Desde la realización de las prácticas en el primer cuatrimestre de este tercer curso de educación primaria, mi visión ha cambiado por completo. Estas prácticas han conseguido cambiar drásticamente mi forma de entender y apreciar la formación en la que nos encontramos y a tratar de aprender y poder poner en práctica la mayor cantidad de conocimientos y recursos que pueda.

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  108. La gratitud es un valor fundamental que a menudo pasamos por alto en nuestra vida diaria, especialmente en un mundo tan acelerado. Este texto destaca la importancia de reconocer y apreciar las acciones de aquellos que nos rodean, ya sean amigos, familiares o desconocidos. Lidia nos ha querido compartir una experiencia personal que resalta cómo un simple gesto de agradecimiento puede tener un impacto significativo tanto en quien lo recibe como en quien lo emite.

    El correo que recibió de una alumna no solo le brindó una sensación de felicidad, sino que también reconoció su esfuerzo y dedicación como profesora. Este tipo de reconocimiento es esencial, ya que nos motiva a seguir adelante y a mejorar en lo que hacemos. Al compartir su anécdota, la autora nos recuerda que la gratitud no solo enriquece nuestras relaciones, sino que también fomenta un ambiente más positivo y colaborativo.

    El mensaje del texto es claro: debemos esforzarnos por mostrar gratitud de manera consciente y activa.

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  109. Haciendo alusión al comentario, debo decir que por momentos me he sentido un desagradecido, en situaciones tan cotidianas como ir a beberte un café. Ese momento en el que te traen lo que has pedido y tú por tener la cabeza en otras cosas, no eres capaz de agradecer a esa persona su trabajo, por muy pequeño que sea, es de hacer mirar.
    Aunque es contradictorio, ya que yo en líneas generales soy una persona agradable y simpática, pero como comparte Lidia, vivimos a todo tren, saturados y agobiados la gran parte de nuestro tiempo libre, que ya en ocasiones no puede ni ser libre.
    Las tecnologías influyen mucho en aspectos como estos, nos hemos olvidado de los valores que cada persona debe adquirir y conservar con el tiempo.
    A día de hoy soy de esas personas que se siente mal si no agradece las cosas que hacen por mí o los que me rodean; el trabajar de cara al público en el sector de ventas, me ha enseñado lo mucho que puede afectar un simple “gracias” en otra persona. Te hace sentir ánimo y como su propia palabra indica agradece y valora el trabajo o los actos que haces por los demás.
    Hay que vivir más despacio y fijarnos en los detalles de las cosas, porque si no estaremos yendo por vida sin un destino final y sin disfrutar de ella, y eso sería una pena, con lo bonita que es la vida.

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  110. La historia que cuenta me pareció hermosa porque pone en el centro algo tan simple, pero tan significativo: la gratitud. Un "gracias" sincero, dicho en el momento adecuado, puede convertirse en un regalo inolvidable. Me hizo pensar en aquellos maestros que han dejado huella en mí, en cómo quizás nunca les dije lo mucho que aprecié su esfuerzo y su dedicación. Y eso me lleva a otro punto que él menciona y que creo que es crucial: la diferencia entre simplemente aprobar una materia y realmente aprender.

    Hoy en día, muchas personas pasan por la universidad como si fuera solo un trámite, memorizando lo justo para pasar los exámenes sin cuestionar, sin buscar más allá de lo que dice el programa. Pero cuando encuentras a alguien que realmente disfruta aprender, que va más allá, que tiene hambre de conocimiento, la experiencia educativa cambia por completo. Y cuando esos estudiantes se encuentran con profesores apasionados, que disfrutan enseñar y que valoran la curiosidad de sus alumnos, ahí es cuando sucede la verdadera magia.

    Por ello, lo escrito en él me dejó con una sensación cálida, una mezcla de inspiración y nostalgia. Me hizo querer agradecer a quienes me han enseñado algo valioso en la vida, no solo en lo académico, sino en cualquier aspecto. Me recordó que el aprendizaje es un camino de ida y vuelta, en el que tanto profesores como alumnos tienen la oportunidad de enriquecerse mutuamente. Y, sobre todo, me reafirmó la idea de que la educación no es solo una obligación o un requisito, sino una oportunidad maravillosa de crecimiento y transformación.

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  111. A partir de esta historia, surge que la importancia de la gratitud como un puente entre quienes enseñan y quienes aprenden, y cómo el reconocimiento sincero tiene un impacto que trasciende lo individual.
    En un mundo, donde muchas veces el esfuerzo pasa desapercibido, recibir un mensaje de gratitud puede convertirse en un motor de motivación, recordándonos el valor de nuestro trabajo. En este caso, la profesora que recibió el correo experimentó en carne propia lo que significa que su dedicación haya dejado huella en alguien, y esa simple muestra de reconocimiento le brindó una profunda satisfacción. A su vez, ella decidió responder con el mismo espíritu de gratitud, animando a la estudiante a no abandonar sus estudios y valorando su actitud crítica y entusiasta.
    Este intercambio nos recuerda que la educación no es solo transmisión de conocimientos, sino también inspiración, intercambio de ideas y construcción de valores. La universidad, idealmente, debería ser un espacio donde el aprendizaje se alimente del cuestionamiento, la curiosidad y el deseo de comprender el mundo más allá de los exámenes y el estudio memorístico. Sin embargo, como menciona la estudiante en su correo, muchas veces el sistema educativo se convierte en una estructura rígida que prima la memorización y la burocracia por encima del pensamiento crítico y la creatividad.
    Por eso, el ejemplo de esta profesora y de su alumna nos invita a reflexionar sobre nuestra propia actitud ante la enseñanza y el aprendizaje. ¿Reconocemos a quienes nos inspiran? ¿Somos conscientes del impacto que podemos generar con un simple gesto de gratitud? Por último, podemos comprender que cuando la educación se vive con pasión, y cuando se reconoce el esfuerzo de quienes la hacen posible, todos crecemos juntos.

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  112. Este post transmite un mensaje profundo sobre la gratitud y la importancia de reconocer el impacto que tienen las personas en nuestras vidas. Como futura maestra, me parece especialmente valioso como se vincula la gratitud con la educación, destacando el papel del profesorado en la inspiración y crecimiento de sus estudiantes.
    Además, la anécdota incluida aporta un toque personal y emotivo mostrando como un simple mensaje puede tener un gran significado e impacto tanto para quien lo recibe como para quien lo envía. Sobre todo me quedo con la reflexión sobre la necesidad de fomentar estudiantes críticos apasionados por aprender, que es algo fundamental en cualquier sistema educativo.
    En definitiva, es un post que no solo invita a la gratitud, sino también a la reflexión sobre el impacto de la educación y la importancia de valorar tanto el esfuerzo de los docentes como el de los alumnos y alumnas comprometidos.
    ¡Un mensaje inspirador!
    Y gracias por compartirlo con nosotros.

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  113. Tras leer este mensaje, solo se me puede pasar por la cabeza la enorme suerte que es recibir feedback y comentarios tan positivos de trabajos que uno ha realizado, donde has dedicado mucho esfuerzo. No siempre nos detenemos a pensar en el impacto que nuestras acciones pueden tener en los demás, pero historias como esta nos recuerdan el valor de la dedicación y el compromiso de lo que hacemos.

    En un mundo donde la inmediatez muchas veces nos aleja de la gratitud, esta demostración nos muestra cómo un simple mensaje puede convertirse en un reconocimiento profundo y sincero. No se trata solo de elogios, sino de la confirmación de que el esfuerzo invertido ha servido para algo, ha inspirado, ha facilitado el aprendizaje y ha dado sentido a una vocación.

    Es especialmente inspirador ver cómo la educación, tiene el poder de transformar y dar esperanza, no solo a quienes la reciben, sino también a quienes la imparten. Este relato pone en evidencia la importancia de una enseñanza comprometida, que va más allá de los contenidos y se convierte en una fuente de motivación para aquellos que buscan aprender.

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  114. Tras la lectura he podido reflexionar sobre lo importante que es expresar gratitud y cómo, muchas veces, damos por sentado el impacto que otras personas tienen en nuestro camino. Me ha emocionado la historia de la autora porque muestra que un simple mensaje puede llenar de sentido años de esfuerzo. A veces, como estudiantes, no nos damos cuenta de cuánto significa para un profesor saber que ha marcado la diferencia en la vida de alguien.
    También me ha hecho pensar en mis propias experiencias. ¿Cuántas veces he sentido gratitud por algo que alguien ha hecho por mí, pero no lo he expresado? Esta lectura me anima a cambiar eso, a tomarme el tiempo para agradecer a quienes han dejado huella en mi vida. Porque un simple “gracias” puede significar mucho más de lo que imaginamos.

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  115. En primer lugar, es importante recordar el significado de la gratitud para todos. La gratitud es una emoción de reconocimiento hacia aquello que nos aporta un beneficio o nos ayuda a crecer.

    En relación con el texto presentado, la estudiante expresa esta emoción a través de un mensaje en el que destaca cómo el libro le ha permitido mejorar sus conocimientos y fortalecer su trayectoria académica.

    Sin embargo, su mensaje también refleja otros temas de relevancia, como la vida académica en las sociedades actuales. En este sentido, es clave abordar un aspecto fundamental: los constantes avances tecnológicos en nuestra sociedad.

    El acceso inmediato a la información y la automatización de tareas han generado una tendencia entre los estudiantes a realizar trabajos con un mínimo esfuerzo, lo que puede derivar en un aprendizaje superficial o incluso nulo. Además, la estructura de los programas académicos en muchas universidades también influye en esta problemática. La carga excesiva de asignaturas y la exigencia de cumplir con trabajos y exámenes en plazos reducidos llevan a los alumnos a priorizar la cantidad sobre la calidad, afectando su proceso de aprendizaje.

    En conclusión, la gratitud expresada por la estudiante no solo resalta el impacto positivo del libro en su formación, sino que también invita a reflexionar sobre los desafíos del sistema educativo actual. Es fundamental encontrar un equilibrio entre el acceso a la tecnología, la calidad del aprendizaje y la estructuración de los programas académicos para fomentar una educación más efectiva y significativa.

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  116. La realidad de la sociedad y el sistema educativo actual se basa en la falta de gratitud, la mecanización del aprendizaje y la desconexión entre profesores y alumnos. Actualmente estamos en un mundo dominado por la inmediatez, donde preferimos los resultados antes que el proceso y la eficiencia de este. Nos hemos olvidado de que la educación no es solo transmisión de conocimientos, sino también formación en valores, pensamiento crítico y humanidad.

    Considero que no solo la persona que envió el correo se siente desmotivada por la falta de profundidad en la enseñanza y por la cultura del "corta y pega", sino a muchos de los estudiantes actuales estos factores los desmotivan y les hacen perder el interés por la educación, ya que es un claro reflejo de cómo el sistema educativo universitario no funciona como debería, sino que se trata de una fábrica de títulos.

    Por otro lado, pensar que una simple muestra de gratitud por parte de una estudiante cause tanta sorpresa y alegría en la autora del texto nos hace cuestionarnos muchas cosas, ¿hasta que punto estamos tan acostumbrados a no recibir un simple gracias? Parece que estamos tan centrados en nosotros mismos que olvidamos que existe más gente a nuestro al rededor y que muchas veces ellos nos hacen fortalecernos, y cuando ocurre al revés nos molestamos al no recibir un mensaje de gratitud, cuando somos los primeros en no agradecer a los demás.

    El texto también pone de manifiesto un problema que sigue afectando especialmente a las mujeres, como es la doble carga laboral y académica. La autora del correo, una mujer adulta que decide retomar sus estudios, se enfrenta no solo a un desafío intelectual, sino que también a la carga adicional que supone gestionar la vida personal, familiar y académica. Esto nos muestra cómo, a pesar de los avances en igualdad, muchas mujeres siguen teniendo el peso de una sociedad que no facilita su desarrollo personal y profesional en igualdad de condiciones.

    En resumen, existe una crisis de valores en la educación y en la sociedad, donde deberíamos intentar recuperar la pasión por aprender y la importancia de formar ciudadanos críticos. Por lo que este texto nos hace pensar en el tipo de sociedad que estamos construyendo y qué papel juega la educación en ella.

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  117. En la actualidad vivimos en un mundo en el que todo va velocidad rápida, en donde las muestras de gratitud cada vez son menos.
    En cuanto al artículo que encabeza esta parte del blog, estoy totalmente de acuerdo en la crítica que se plantea. Un modelo educativo que es fugaz y tan poco conciso en los aprendizajes que se quiere implantar en el alumnado no es ni eficaz ni conveniente. Aprendemos conceptos sueltos, que en el día de mañana vamos a ser incapaces de llevar a la práctica. Nos hacen llevar a cabo aprendizajes memorísticos, que al día después del examen vamos a desechar de nuestra memoria. Un aprendizaje más práctico, y prolongado en cuanto a temporalización de curso sería mucho más rentable, tanto para el alumnado como para los docentes.
    La gratitud que ella te transmite es de corazón, ya que ante tanta indiferencia o desconocimiento sobre la asignatura, tu libro le hace ver el una vía de escape que le resuelve, le llena de conocimientos y le vale para el día día ante su futura profesión o para ella misma como persona ya adulta.
    Cada uno de nosotros como futuros docentes tenemos que tener en cuenta este tipo de aspectos que se mencionan, porque si somos los que criticamos el sistema o al equipo docente, debemos ser capaces en nuestra futura función de llevar a la práctica ese cambio.
    Mi reflejo de gratitud lo quiero destacar hacia esta asignatura, ya que creo que es esencial en un centro de educación primaria. En mi paso por esta etapa, tanto como alumno como profesor en prácticas, se ha notado mucho la ausencia de una práctica como la que se hace en acción tutorial, que es igual de esencial que asignaturas como lengua o matemáticas. Además, gratitud para mí es ponerle buena cara a la vida, al día a día. A saber valorar y querer los detalles, un abrazo de un ser querido, un consejo de un amigo, una sonrisa cómplice de tu compañero... Se suele decir que los detalles simples son los que marcan la diferencia, y yo creo en ello.

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  118. La gratitud es una presencia constante en nuestra vida, una actitud que nos permite valorar las cosas buenas que recibimos, sin importar su tamaño.

    Al reflexionar sobre esto, vienen a mi mente imágenes cotidianas: la sonrisa de una señora cuando le cedo el asiento en el autobús y me agradece, el gesto amable de un cajero en el supermercado al desearme un buen día, o los pequeños actos de amabilidad de quienes me rodean. Pero, sobre todo, pienso en mis padres, quienes me han enseñado a ser agradecida por cada experiencia en mi vida. A ellos les debo un profundo agradecimiento por la confianza que depositan en mí cada día.

    Creo que la sociedad está en constante cambio, pero eso no significa que nos estemos volviendo menos agradecidos. Siempre ha habido personas con distintos niveles de gratitud, al igual que de trabajo o disciplina, y esto no es algo nuevo. Desde mi experiencia y el entorno del que estoy rodeada, puedo afirmar que la gratitud sigue siendo una parte fundamental de nuestras vidas. Es un valor que nos define como personas y, en especial, como sociedad.

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  119. La gratitud es un valor que, lamentablemente, se está perdiendo en la sociedad actual. Cada vez parece menos frecuente reconocer y agradecer a quienes, de manera directa o indirecta, contribuyen a nuestro bienestar o aprendizaje. La falta de gratitud se refleja en muchos aspectos de nuestro día a día. Por ejemplo, al subir a una guagua, pasamos nuestro bono de transporte y nos sentamos sin siquiera dirigir una mirada o un "gracias" al conductor, olvidando que detrás de esa máquina hay una persona prestando un servicio. En tiempos pasados, este pequeño gesto de cortesía era algo habitual, pero hoy en día parece estar desapareciendo.

    En el post de la profesora Lidia Santana, se observa un ejemplo conmovedor de gratitud. Una estudiante universitaria, a pesar de las dificultades que enfrenta en su formación, decide escribirle para agradecerle por su libro, el cual le ha brindado apoyo y motivación en su proceso de aprendizaje. Este gesto resulta especialmente significativo porque no es común que alguien se tome el tiempo de expresar su aprecio de forma tan sincera y desinteresada.
    Por otro lado, en el ámbito universitario, también se observa una falta de entusiasmo tanto en el alumnado como en algunos docentes. Muchos estudiantes asisten a clase únicamente por cumplir con la obligación, sin verdadero interés en aprender ni en reflexionar sobre el conocimiento. De la misma manera, hay docentes que parecen haber perdido la vocación con el tiempo, desempeñando su labor sin pasión ni compromiso. Sin embargo, casos como el que relata la profesora Santana nos recuerdan que aún existen alumnos y profesores que valoran el aprendizaje y buscan ir más allá de lo estrictamente académico.

    Es fundamental recuperar y fomentar la gratitud, ya que no solo beneficia a quien la recibe, sino también a quien la expresa. Ser agradecidos nos hace más conscientes del esfuerzo de los demás y fortalece nuestras relaciones interpersonales. Además, en el ámbito educativo, un ambiente donde se valore el esfuerzo y la dedicación puede marcar la diferencia en la motivación tanto de estudiantes como de docentes. En definitiva, pequeños gestos de reconocimiento pueden contribuir a crear una sociedad más empática y humana.

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  120. Muchas veces no nos paramos a pensar en todas aquellas personas que han dedicado tiempo de sus vidas a un propósito más que admirable, pero muchas veces no los suficientemente reconocido y valorado, el propósito de transmitir sus propios conocimientos y vivencias para enseñarnos y educarnos. El mensaje de aquella estudiante expresándole su gratitud tras la lectura del libro, libro que le ha sido enormemente útil y enriquecedor para sus estudios, me ha hecho ser consciente de lo poco agradecido que he estado con aquellos profesores y profesoras que han dado lo mejor de sí mismos para que yo tuviera los mejores recursos para poder sacar el máximo partido a mi educación.

    Ahora que soy un poco más consciente del papel tan loable que ejercen aquellos profesionales al publicar sus conocimientos y reflexiones, quiero dar mis gracias en este blog a todos aquellos profesores, autores y maestros de mi vida que han hecho que yo, a día de hoy, sea quien soy.

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  121. El comentario define el valor que tiene la gratitud. Un gesto que demuestra agradecimiento, respeto, educación,... diversos valores que para mí se otorgan a una gran persona. La palabra gratitud demuestra un poder muy grande en nuestra sociedad, donde tiene un gran valor significativo no solo para la persona que lo da, sino también para la persona que lo recibe. Un simple "gracias" puede generar una actitud positiva, un cambio de ánimo. Para mí, es algo que cada vez se va perdiendo un poco más el acto de agradecer hacia los demás, es por ello que me gustaría que se fomentase aún mas el valor que tiene esta palabra para que el simple acto de agradecer no pierda su importancia en nuestra sociedad.

    En el comentario se agradece el impacto que ha tenido un libro en la vida de una persona que quiere estudiar pero ciertos aspectos no la motivan a seguir a ello. Gracias a un libro ha vuelto a recuperar esa motivación por estudiar y aprender, donde expresa su GRATITUD por el impacto que ha tenido el libro en ella. La autora del libro se ha sentido de una manera eternamente agradecida al ver dicha gratitud que le muestra la persona a la que ha ayudado. Por ello, vemos
    la importancia de expresar gratitud hacia las demás persona no solo es un acto de reconocimiento, sino también una forma de valorar su impacto en la vida de los demás

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  122. El sentido de gratitud es algo que tengo la suerte de experimentar en muchos ámbitos de mi vida.

    Como estudiante, siento gratitud por poder estudiar. En mi familia, mis abuelos maternos solo recibieron educación primaria, y para mí, poder estudiar en una universidad en el extranjero, a solo 60 años de distancia, es algo por lo que estoy extremadamente agradecida. El año pasado fui como maestra voluntaria a un pueblo donde, con una misión, construimos una escuela: los niños no tenían lápices ni hojas, ni, de hecho, una escuela. Pensando en Italia, donde tenemos todo en abundancia, me sentí agradecida por poder viajar y descubrir la suerte que tenemos a través de los ojos de otro país y otra cultura, mientras que ellos estaban agradecidos por tener aquel pequeño edificio de tablones de madera, con algunas horas de clase a la semana.

    Como mujer, estoy agradecida de vivir en un país que, a pesar de las desventajas que aún existen, me permite estudiar, hacer deporte, trabajar. Estoy agradecida de haber crecido con una mente crítica, libre de soñar y con la posibilidad de hacer escuchar mi voz, aunque a veces sea difícil.

    Como hija y nieta, estoy agradecida de tener una familia que me ha criado con hábitos y valores sanos, que me ha permitido tener oportunidades de formación y me ha hecho entender que el cuidado es algo que, como seres humanos, siempre necesitamos, tanto para ofrecer como para recibir.

    La lista sería infinita, pero es curioso cómo la gratitud es algo que a menudo permanece en lo profundo de las personas y no sale a la superficie. Especialmente en lo que respecta a las relaciones interpersonales, si expresáramos nuestra gratitud a quienes nos rodean, creo que la calidad de vida de las personas mejoraría. Nos sentiríamos recompensados por nuestros esfuerzos, felices de haber influido positivamente en la vida de alguien, satisfechos por algo. Hablar sobre cómo nuestras acciones repercuten en los demás nos haría más transparentes en una sociedad donde todos estamos escondidos detrás de nuestras pantallas, y ayudaría a regresar a una sociedad en la que somos considerados personas, hechas de cuerpos, sentimientos y emociones, y no solo individuos trabajadores. Generaríamos lo que se llama el ‘Efecto Mariposa’, una serie de acciones encadenadas generadas por una pequeña: porque mi gesto de gratitud hacia otra persona puede servirle de ejemplo para llevar a cabo otros.

    Tendemos a enfocarnos en lo que nos falta, porque siempre estamos en busca de ir más allá. Por un lado, lo considero justo: cada día somos moldeados por las experiencias que vivimos y estamos siempre en camino. Esta inquietud a menudo no es comprendida por quienes nos rodean, que tienden a querer sofocarla. Por otro lado, la gratitud nos permite apreciar el paisaje, lo que vemos y experimentamos en este camino. Para que no sea un mero sobrevivir, sino un vivir plenamente.

    Para concluir, muchas gracias a la autora por habernos hecho detenernos y reflexionar sobre la gratitud en esta época de días que pasan rápidamente.

    Maria Ferrero

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  123. Con el tiempo, empezamos a hacer de lo extraordinario algo cotidiano y aburrido, desvalorizando lo que, en mi opinión, le da sentido a vivir: las personas que elegimos como compañeras de vida. Por desgracia, nos sumimos en una sociedad que mira a través de una pantalla móvil y en la que se prima la rapidez de las acciones y los resultados inmediatos. Avanzamos por una rutina veloz y monótona, “en piloto automático”, y nos olvidamos de que lo esencial está en los detalles más pequeños. En general, ya no nos fijamos en cosas tan sencillas, básicas y esenciales como pedir disculpas, saludar, escuchar activamente, sonreír, mirar a los ojos y agradecer. En estos últimos años, he tomado más conciencia que nunca de la importancia de hacer saber a cada una de las personas que me han ayudado en mi vida, lo agradecida que me siento por ese pequeño o gran esfuerzo que han hecho por mi. El sentimiento que arrastraba estos años, se hizo más latente para mí en 2024. Junto con mi familia, atravesamos un año muy difícil por un tema de salud muy delicado que, le dio un vuelco a nuestras vidas. Todo se nublaba mientras la desesperanza incrementaba. En esos momentos, es difícil sentir gratitud y ver un foco de luz entre tanta sombra. Sin embargo, supimos mantenernos unidos, valorar los pequeños avances diarios y, sobre todo, expresar gratitud a los médicos y a todo y cada una de las personas que se volcaron con nuestra situación. Mi madre siempre me recordaba: no olvides que pese a este bache en el camino, siempre debemos agradecer lo que tenemos y mostrar gratitud por el amor que recibimos.Finalmente y con la situación más en calma, puedo decir que jamás había sentido tanta gratitud.
    Casi en paralelo a esto, tomaba una decisión importante, mudarme del lugar en el que siempre he estado y, sobre todo, en el que he compartido tiempo y espacio con mis personas favoritas. Llegados a este punto, la añoranza y el recuerdo de mis días pasados me hacen sentir gratitud por la inmensa suerte de rodearme de personas que desean lo mejor para mi y ponen todo de sí mismas para que yo pueda volar tan alto como desee, personal y profesionalmente. Esas personas que me sostienen en la distancia y siempre me acompañan en los momentos más grises de todos. La distancia es tan sólo física, las almas siempre están conectadas.
    Espero recordar siempre que, en los momentos más grises debe haber cabida para la esperanza y la gratitud, porque eso nos mantiene vivos.

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  124. La gratitud es un sentimiento muy poderoso poderoso que, aunque a menudo no se note, tiene la capacidad de transformar nuestra vida y la de quienes nos rodean. Vivimos en un mundo lleno de prisas y distracciones, donde olvidamos detenernos a valorar lo que tenemos. Sin embargo, la gratitud es como un rayo de sol que ilumina los momentos sencillos y nos enseña a ver lo valioso de cada día.
    Ser agradecidos no solo significa decir "gracias"; es sentirlo de corazón y demostrarlo con pequeños gestos. Una sonrisa, una palabra amable o un simple abrazo pueden ser formas de expresar ese agradecimiento sincero. Cuando practicamos la gratitud, fortalecemos nuestras relaciones, ya que las personas a nuestro alrededor se sienten valoradas y queridas.

    En el ámbito educativo, la gratitud también juega un papel esencial. Agradecer a nuestros docentes por su dedicación y esfuerzo, aunque a veces no se exprese con palabras, crea un ambiente más positivo y enriquecedor. Mismamente, reconocer el privilegio de poder estudiar nos motiva a esforzarnos y a aprovechar cada oportunidad de aprender y crecer.
    Pero la gratitud va más allá de los momentos felices. También es importante ser agradecidos en los momentos difíciles, pues de ellos surgen grandes lecciones. Los desafíos nos ayudan a crecer, a ser más fuertes y a valorar con mayor intensidad los logros y las alegrías.

    La gratitud, en todos sus sentidos y ámbitos, es un regalo que podemos dar y recibir cada día. No cuesta nada, pero su valor es inmenso. Así que, como recomendación (incluido para mí), piensa en todo aquello por lo que podrías estar agradecido y exprésalo. Verás cómo, poco a poco, la gratitud transforma tu vida y te acerca a una versión más feliz y plena de ti mismo.

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  125. Gratitud, una palabra que, bajo mi punto de vista, cada vez se tiene en menos valor dentro de la sociedad en la que vivimos. Hoy en día siento que nos movemos de forma aislada e independiente, pensando en nosotros/as mismos/as, sin reparar en las personas con las que nos cruzamos y nos comunicamos. Son muchas las muestras de faltas de respeto que se ven diariamente y muy pocas las muestras de gratitud y educación. Sin embargo, creo que es uno de los valores que más debería tener presencia en nuestra rutina. Pienso que es un hecho que cuesta muy poco hacer, y que refleja mucho hacia fuera de la persona que eres.

    Durante el periodo de prácticas en el que he podido disfrutar de nuevo de esa sencillez, sinceridad e inocencia de los niños y niñas, creo que he reconectado de forma muy significativa con el concepto de gratitud. Ver el reflejo del alumnado cuando les ayudabas, mostrabas interés o simplemente los escuchabas, es un regalo que me llevaré para siempre. Creo que cuando alguien te muestra realmente su gratitud; te dice como le has ayudado, como de alguna forma su vida ha resultado un poco más sencilla o bonita con algo que has hecho por esa persona, es de las mejores sensaciones del mundo. El día en el que se terminó mi periodo de prácticas así me sentí, plena, tanto por sentir la gratitud que me transmitían todos los niños y niñas, como por mostrarle yo a ellos y ellas todo lo que había aprendido y lo bien que me habían hecho sentir, solo podía darles las gracias. Pero llegó Enero y con ello de vuelta a la universidad, vuelve el individualismo y el mirar cada uno por lo suyo. Es difícil a veces encontrar a personas con tus mismas inquietudes, con tus mismas ganas de aprender, de entender la educación y de afrontar lo que será nuestra futura profesión. A veces me da incluso miedo, porque estas personas con las que comparto ahora aula, serán los encargados/as de formar a las generaciones futuras. Pienso que si queremos generar un cambio, el punto de base está en mirar hacia dentro y hacia lo que queremos ver luego reflejado en nuestro alumnado. La iniciativa, las ganas por escuchar diferentes propuestas, debatir, comentar, participar… resulta a veces hipócrita incluso exigir cosas que luego no ponemos en práctica nosotros/as. Y esto ocurre muchas veces con algunos docentes, los cuales nos imparten sesiones en las que buscan que en un futuro nosotros/as eduquemos desde una perspectiva competencial, reflexiva, no memorística, pero luego su forma de evaluarnos es con una prueba en la que memorizas y copias y pegas contenidos.

    En conclusión, en una sociedad en la que prima la inmediatez, el individualismo y el hacer sin pensar, creo que es muy necesario hacer hincapié en valores tan esenciales como es la gratitud.

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  126. La gratitud, para mí, es un sentimiento profundo de reconocimiento y aprecio por los actos, grandes o pequeños, que las personas realizan por nosotros. Es una forma de conectar con lo positivo que nos rodea y de valorar las acciones que nos benefician, independientemente de si las esperamos o no. Este sentimiento no solo es un acto de cortesía, sino un gesto que nos hace conscientes de lo que tenemos y de quienes contribuyen a nuestro bienestar, sea de manera directa o indirecta.

    Ambos mensajes me parecen una gran reflexión sobre la importancia de la gratitud , no solo como una respuesta hacia los demás, sino también como una forma de fortalecer el vínculo entre la educación y el aprendizaje. La autora del correo refleja esa gratitud sincera, no solo por la ayuda académica recibida, sino por el impacto emocional y motivacional que le generó. Este tipo de agradecimiento, que va más allá de un simple "gracias", demuestra un reconocimiento profundo de cómo algo tan simple como un libro puede transformar una experiencia educativa.

    Hoy en día creo que al estar en una sociedad en la que vivimos más detrás de una pantalla que la vida, estamos perdiendo esa capacidad de expresarnos y aunque sean pequeños gestos debemos siempre estar agradecidos y demostrarlo. Este tipo de gratitud, expresada con sinceridad y reflexión, es un ejemplo claro de cómo los pequeños gestos pueden marcar una diferencia significativa. También esto depende de los valores de cada persona y de su educación. Educación que ha de inculcar la escuela y la familia.

    Por otra parte, me parece llamativo que se diga que los estudiantes hoy en día nos centramos en aprobar y no en aprender. Creo que en este apartado se demuestra la diferencia de generaciones y la importancia de la educación. Los estudiantes jóvenes como es en mi caso, estamos desde muy pequeños acostumbrados a que nuestro futuro dependa de una nota. Cabe resaltar que el último año de bachillerato los profesores se centran en dar contenido para preparar al alumnado sin importar el aprendizaje, debido a que tenemos que sacar la máxima nota en un exámen que decide nuestro futuro. Yo creo que no es que no queramos aprender, simplemente que no se nos ha ensañado para ello y que llevamos toda la vida a que se nos enfoque en un objetivo que no es real, que simplemente es aprobar. Está en cada uno el querer aprender y tener la motivación y la disciplina para ello, pero sí que es verdad que si desde muy pequeños se nos silencia y se nos corta nuestra curiosidad, va a repercutir en nuestro futuro y como nos desempeñemos en la clase. Para ello el profesor creo que debería crear el clima de confianza para que el alumnado participe y sea consciente de su aprendizaje.

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  127. En esta reflexión se habla mucho más allá de la gratitud. Es cierto, que este se considera el eje principal, sin embargo, creo que se pueden apreciar más aspectos a parte de este.

    Primeramente hablamos sobre ese valor que cada vez se está perdiendo más, tanto como otros que considero de buenos modales y que deberían ser siempre básicos en la enseñanza. No soy consciente de cómo se educó al resto de personas, pero a pesar de mi corta edad, sí que puedo decir orgullosa, que mi familia, se encargó de enseñarme a dar “Buenos días o buenas tardes” cuando se llega a un sitio o a dar “gracias” ante cualquier mínimo acto que otra persona haga por mí; tanto que hasta a mis animales les agradezco. La gratitud va más allá de sentir una “obligación” con tus congéneres cuando hacen alguna cosa por tí, incluso en ocasiones, puedes ser capaz de sentir gratitud por algo en lo que esa persona no se había percatado. Por ejemplo, yo he sentido alguna vez este sentimiento, cuando alguien ha dicho algo que quizás no era directamente relacionado conmigo, pero que me ha hecho reflexionar sobre algo de mí misma, aprendiendo así sobre algo que no sabía que podía mejorar o dándome cuenta de errores. Otro ejemplo sería, cuando he escuchado historias de mi abuela, que me han enseñado cosas sobre mi pasado y darme cuenta de lo agraciada que debo estar por todo lo que dispongo hoy en día o incluso de tenerles presente en mi vida.

    Y por otro lado, creo que se tratan otros temas de relevancia, como el papel que desarrollan los docentes hoy en las aulas, la disposición del alumnado con su aprendizaje o la pérdida de tantos valores que se han visto mermados poco a poco con el tiempo. En este caso, se hace referencia especialmente a la universidad, pues cuando uno llega a esta, la realidad es que todo son prisas y carreras, pues aunque intentes aprender e ir poco a poco adquiriendo conocimiento, las exigencias con los “tiempos a cumplir” no te lo permiten. Pasamos tres meses y medio con 5 asignaturas, que tratamos de aprovechar en la mayor medida que se nos permita, para superar el cuatrimestre y luego repetir todo ese proceso durante 4 años. Y por supuesto que así no se logra aprender casi nada, que no se logra una relación con el profesorado ni de los mismos con sus alumnos. Algunos por lo menos lo intentan, otros ya te dicen directamente la frase “es que con ciento y pico alumnos, es imposible atenderlos a todos y cubrir todas las necesidades”; básicamente somos un número más en estas aulas y la culpa claramente no es de los profesores o profesoras, es totalmente entendible que si tienes doscientos alumnos/as, no conozcas ni a un cuarto y más cuando la mayoría del alumnado, vienen a titular y ya está.

    Para finalizar, me gustaría añadir que la enseñanza para mí, va tan mal encaminada a estos niveles, que ya no solo pasamos por aulas masificadas, alumnos desligados de las enseñanzas o profesores que vienen a “leerte el PowerPoint” y pasar a la siguiente clase; sino que más allá de todo esto, se están formando profesionales en todas las áreas, que salen de un grado universitario, casi sin saber hacer nada con certeza de su profesión, pues las universidades por un lado te dan mucha teoría que no aprendes a llevar a la práctica en su mayoría, bien sea porque no te enseñan o por falta de tiempo, y para colmo, cada profesor tiene una forma distinta de enseñar. Por ejemplo en mi caso, una cosa tan básica y que debería tener un solo consenso como una Situación de Aprendizaje, cada cual la lleva a cabo a su modo y encima si preguntas, alguno te dirá con total frescura “que ya aprenderás cuando vayas a opositar”, como si no fuera algo que debiera aprender a hacer con los ojos cerrados en cuatro años de carrera de Magisterio.

    En fin, todo un sistema educativo que se habría que replantear, desde el método educativo hasta la vocación de aquellos alumnos que acceden a una carrera tan importante, como la de las futuras personas que moldearán los cerebros de niños y niñas; del futuro del planeta.

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  128. A través de esta reflexión quiero expresar la importancia de la gratitud en nuestra vida y dejar mi opinión sobre la manera de impartir enseñanza de la Universidad.

    En una sociedad dominada por la prisa, no hay cabida alguna a mostrar alguna vez gratitud por aquellas personas que nos han ayudado a formarnos no académicamente, sino también personalmente a través de enseñarnos el valor del pensamiento crítico y a tener confianza en uno mismo. En consecuencia, mostrar gratitud es mucho más que forjar vínculos emocionales fuera del ámbito educativo, ya que permite desarrollar en los estudiantes una mayor motivación a la hora de aprender pues valoran mejor las oportunidades educativas y el esfuerzo de sus profesores, mejorando de esta manera su rendimiento académico . Por consiguiente, me gustaría vivir en un mundo donde se formalice este tipo de acciones dado a fomentar personas mucho más optimistas y con una mayor estabilidad emocional.

    En cuanto a la educación universitaria, es una etapa fundamental centrada en aprender o adquirir una serie de conocimientos especializados y habilidades concretas para el mundo laboral. Sin embargo, su metodología de enseñanza en muchos casos es muy poco dinámica, no propiciando la participación activa del alumnado, convirtiendo el aprendizaje en algo monótono donde el docente solo se limita a dictar teoría de una presentación.

    No obstante, los fallos no creo que lo tengan solo los docentes debido a que los estudiantes se centran únicamente en aprobar la asignatura y pasar al curso siguiente, no en aprender. Cuando se forma un equipo practico, por ejemplo, realmente no se busca trabajar colectivamente entendiendo cada una de las partes, pues casi siempre se fragmenta la tarea por cada uno de los miembros facilitando de este modo la rapidez en la ejecución, pero no la compresión.

    En conclusión, para lograr una mejor enseñanza en la universidad, es necesario un cambio tanto por parte de los estudiantes como de los docentes. Este esfuerzo conjunto podrá crear un proceso de aprendizaje de calidad y hacer que la educación sea más enriquecedora.



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  129. Para comenzar este texto me genera una mezcla de emociones. Por un lado, me conmueve la gratitud expresada por la alumna, porque demuestra que, a pesar de las dificultades, el aprendizaje sigue teniendo un impacto profundo en las personas. Hoy en día considero que la gratitud se esta perdiendo y realmente es un elemento que debería de ser esencial en nosotros mismos.
    También me hace reflexionar sobre la importancia de los docentes que dejan huella. El comentario nos recuerda que la educación no es solo transmitir información, sino despertar el pensamiento crítico y la pasión por aprender. Me hace pensar en aquellos profesores que marcaron mi camino, los que me motivaron y me hicieron ver el conocimiento como algo vivo y útil, no solo como un requisito académico.
    Sin embargo, también siento cierta tristeza al ver reflejada una realidad frustrante: el desinterés y la falta de profundidad en la enseñanza universitaria actual. Es duro aceptar que en un espacio que debería fomentar el crecimiento intelectual, muchas veces se cae en la rutina.

    Por último, el texto me deja una sensación de esperanza. Saber que existen estudiantes que, a pesar de todo, siguen buscando algo más en su formación y docentes que valoran este esfuerzo, me hace pensar que todos deberíamos de cambiar nuestro punto de vista hacia la educación. Quizás si más personas compartieran este tipo de reflexiones, podríamos empezar a replantearnos cómo queremos aprender y sobre todo yo como futura docente como debo de enseñar.

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  130. Es una realidad que en la actualidad vivimos con prisas y sin apreciar lo que hay a nuestro alrededor. Afortunadamente me considero una persona que puede sentirse agradecida por muchos aspectos de mi vida, pero también es cierto que no tiendo a mostrar esa gratitud. Leer este texto me ha ayudado a reflexionar acerca de la importancia de agradecer el gesto de una persona que simplemente te regala algo de su tiempo pensando en ti. Considero que es de vital importancia mostrar a la gente sin vergüenza alguna tu agradecimiento hacia ella. Además también considero importante mostrar aprecio a todas esas personas que quieres o que te importan ya que al igual que te pasa a ti, puede que alegres el día a alguien o incluso una semana en la que no lo pasó del todo bien con un simple gesto de cariño. Mediante estos pequeños gestos puedes ayudar a la gente a evadir sus problemas y a sentirse más cómodos y confiados consigo mismos y más felices y optimistas. Uno de los problemas de la sociedad actual es que debido a las tecnologías tendemos a mostrar el agradecimiento en forma de mensaje, perdiendo así el valor de las palabras y el contacto físico.
    Como futura docente considero que tengo la suerte de tener la oportunidad de enseñar la importancia del agradecer y del apreciar a la gente que nos rodea. Creo que es importante fomentar este tipo de comportamientos para poder crear juntos un mundo más sano y más humano.

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    1. La gratitud es un valor muy importante para la vida tanto personal como profesional. Intento agradecer siempre cada gesto noble y amable. Pero también hay que agradecerse a uno misma, como docentes a compañeros, padres, madres, alumnos... Y como persona al entorno más cercano pero también a las personas desconocidas que hacen pequeños detalles por ti en algún momento del día

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  131. En los tiempos que corren, nadie se salva de la sobreestimulación. Con ese contexto, agradecer en plena consciencia, se vuelve más complicado de lo que quizás debería. El agradecimiento se siente en ocasiones bajo la espontaneidad, pero también se reflexiona, y hay poco tiempo para eso mismo, para sentir, para reflexionar, lo cual me hace dudar de hacia dónde vamos y hacia dónde queremos ir como humanidad, si es que tenemos tiempo para también cuestionarnos eso. En mi experiencia personal y tras tener una pérdida reciente, el agradecimiento está lejos de ser algo condicional por un acto concreto únicamente (el cual también es de agradecer), sino en el ser.
    Agradecer que algo sea. Agradecer la mera existencia de algo por como es esa existencia y tener la oportunidad de estar ahí para vivirlo, ya sea una persona o algo que apreciamos encarecidamente por su naturaleza o lo que hace de nosotros/as con su paso. Agradecer transforma, agradecer redirige, te enfoca, a veces incluso dolorosamente, a lo que realmente es importante en mente, sentimiento y acción.

    Solo puedo decir que NUNCA hay que esperar para agradecer. ¡Qué importante es agradecer en tiempo presente y en plena consciencia...!

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